Coincidirán en la Cumbre de las Américas que se realizará en Los Angeles. Blinken felicitó a Cafiero por el voto contra Rusia en la ONU.
Alberto Fernández ultima detalles para un encuentro con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Será en la Cumbre de las Américas que se realizará en Los Angeles en junio y tendrá la presencia de todos los países de la región con la excepción de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
La reunión estaba prevista para el año pasado pero Washington la terminó reprogramando dada la escalada de los casos de coronavirus que azotó a Estados Unidos.
Ahora con la guerra en Ucrania, Biden busca reunir apoyo contra Rusia y mostrar que cuenta con una región alineada contra Putin.
En ese sentido, el canciller Santiago Cafiero relegó de las decisiones a su vice, Pablo Tetamanti para consolidar un endurecimiento de la línea contra Putin que se vio reflejada en las últimas votaciones en la ONU y la OEA e incluye el apoyo argentino para expulsar a Rusia el Consejo de Derechos Humanos.
Esa decisión causó un enorme impacto en el kirchnerismo y sectores de la izquierda latinoamericana, donde algunos ya hablan de "la traición a Putin". Pero la Cancillería parece decidida a profundizar el giro pro albertista que inició con Cafiero. El secretario de Estado, Anthony Blinken, se enteró de la decisión argentina antes que los propios socios de la coalición de Gobierno y llamó a Cafiero para manifestarle su satisfacción con la decisión tomada. La decidieron en una cumbre muy cerrada, Alberto, Cafiero y el embajador en los Estados Unidos, Jorge Argüello.
En ese marco, en el Gobierno ven en esta cumbre la oportunidad para concretar un encuentro entre Alberto y Biden que vienen gestionando el embajador Jorge Argüello y el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Béliz pero que todavía no pudo concretarse por la pandemia y las dificultades internas en ambos países. Beliz es visto por el kirchnerismo como un hombre de Estados Unidos en el gabinete, encargado de dinamitar cualquier entendimiento político o económico con China y Rusia.
Al respecto, fuentes diplomáticas aseguraron que la participación de Alberto es de "alta prioridad" y consideran muy probable la bilateral con Biden pero aclaran que "no hay novedades ni gestiones específicas". No obstante, su condición de presidente de la CELAC harán que Alberto no solo hable en representación de Argentina sino del bloque regional en su conjunto.
Sobre la importancia de la cumbre, en Cancillería destacan que su importancia porque "impulsamos todos los mecanismos multilaterales como forma de debatir en un contexto global muy complicado".
Fuentes diplomáticas que trabajan en la organización de este encuentro aseguran que "el objetivo es lograr un documento unificado y un plan de acción para la región" pero advierten que la casi segura no invitación de Estados Unidos a Cuba, Venezuela y Nicaragua podría generar enojos en el Caribe que, según la fuente consultada, dejarían de participar si la Casa Blanca toma esa postura. "Sabemos que juega mucho la política interna de Estados Unidos, sobre todo en relación a los latinos de Texas y Florida", añade la fuente.
Por eso, la Cancillería esta tratando de morigerar esa posición de la Casa Blanca en el ámbito diplomático del Grupo de Seguimiento de Cumbres. El equilibrio no es fácil dado que Alberto tiene la mirada puesta en el Caribe pero al mismo tiempo no quiere generar fricciones con Estados Unidos y quedar asimilado a gobiernos de corte autoritario.
El acercamiento del Gobierno con Estados Unidos,comenzó con las negociaciones con el Fondo Monetario en donde "la política se impuso por sobre la tecnocracia", según afirman en Cancillería.
Aunque la Cumbre de las Américas traiga a la memoria la retórica antinorteamericana que alimentó la liturgia kirchnerista por una década con el "No al Alca de Mar del Plata", esta vez en su versión albertista, el camino elegido por el peronismo parece ir exactamente en la dirección opuesta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario