lunes, 6 de diciembre de 2021

Los pronósticos de los encuestadores y lo que se viene para la segunda mitad del mandato de Alberto Fernández

Entre los encuestadores subsiste cierto debate. Algunos sostienen que el oficialismo está débil para enfrentar la situación, mientras que otros consideran que, superada la pandemia, tiene buenas condiciones para avanzar en todos esos terrenos.


El próximo viernes se cumplen dos años del gobierno de Alberto y Cristina Fernández. El pronóstico es que en los dos que faltan, la economía argentina va a crecer y que habrá recuperación, pero, aún así, el oficialismo tendrá que enfrentar varios desafíos para llegar bien a 2023: que se cierren las internas dentro del Frente de Todos, se logre el acuerdo con el FMI, se mitigue la inflación, se refuercen los ingresos de los sectores más humildes y se consiga una convivencia con la oposición. Ese es el diagnóstico de algunos de los consultores y encuestadores más conocidos del país. Entre ellos subsiste cierto debate. Algunos sostienen que el oficialismo está débil para enfrentar la situación, otros consideran que, superada la pandemia, tiene buenas condiciones para avanzar en todos esos terrenos.

Para Hugo Haime, de Haime y Asociados, “la coyuntura es favorable desde el punto de vista de la opinión publica. Pero la gente opina que la grieta debe terminar y en eso está de acuerdo el 75 por ciento de los votantes, La deuda con el FMI debe ser pagada opina el 85 por ciento y, si se paga y se ordenan las cosas, casi la mitad cree que la economía mejorará en 2022. También hay consenso en aprobar el llamado al diálogo a la oposición y en que la oposición debe aceptar este dialogo. En síntesis están dadas todas la condiciones para dos años claramente diferentes a los vividos. Condiciones sine qua non: que el gobierno termine con las internas y Alberto Fernández afirme claramente su liderazgo político En conclusión: cerrado el acuerdo con el FMI es necesario que quede claro el rumbo y el modelo”.

Eduardo Fidanza, de Poliarquía, no está de acuerdo: “El gobierno está en una situación de debilidad, por dos razones. Primero, por los resultados electorales y, en particular, por haber perdido la mayoría propia en el Senado. Le será muy difícil que las votaciones de leyes le resulten favorables, además de la insuficiencia de sus propias bancadas porque la mayoría de las terceras fuerzas no son afines al oficialismo. Segundo, la interna apenas disimulada y no resuelta del gobierno también contribuye a debilitarlo y no se advierte cómo se resolverá, más tomando en cuenta el probable acuerdo con el FMI, que el sector liderado por CFK suscribirá, según parece, bajo protesta”.

También Federico Aurelio, de Aresco, piensa que el cuadro de situación no es para nada sencillo para el oficialismo: “El Gobierno, como principal responsable de la administración del Estado, tiene el desafío de mejorar las graves problemáticas que viene transitando la Argentina hace décadas. Durante los dos primeros años de gestión las problemáticas se profundizaron y no hay señales claras de que las mismas mejoren en el corto plazo. En ese marco va a desenvolver su gestión el Gobierno, con una sociedad escéptica y golpeada por la continuidad de la crisis durante tantos años”.

Roberto Bacman, al frente del CEOP, cree que el oficialismo parte de una derrota electoral, que podría haber sido peor, pero que marcó la aparición -señala el consultor- del no-voto peronista como forma de protesta. “Aún así, el desafío para los dos años de gestión que el oficialismo tiene por delante es doble: por un lado, la política, ante la necesidad de construir nuevos acuerdos políticos y conseguir el respaldo parlamentario a fin de garantizar la gobernabilidad. Por otra parte, y fundamentalmente, la economía, ante la necesidad de cumplir con el compromiso de la campaña de 2019 que consiste simple y llanamente en encender la economía. Bajar la inflación y encender la economía son sus principales desafíos y le quedan dos años para lograrlo”.

Facundo Nejamkis, de Opina Argentina, también cree que la cuestión interna del Frente de Todos es una clave de los dos años por venir, pero que también el centro está en la economía.

“El mayor desafío que enfrenta el gobierno no es alcanzar un acuerdo con el FMI sino poder sostener el crecimiento económico alcanzado este año al mismo tiempo que intenta controlar el proceso inflacionario. Desde el punto de vista político deberá resolver dos aspectos. En lo interno, lograr mecanismos de resolución de diferencias en la coalición que no tengan impacto negativo en la opinión pública, especialmente en la credibilidad del gobierno y de la figura presidencial. Hacia afuera, el gobierno deberá relacionarse con una oposición fortalecida luego de la victoria electoral y que, además, contará con mas diputados y senadores. Veremos como funciona este ejercicio", sostiene.

Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados, menciona una cuestión que igualmente es señalada por otros consultores: que es imperioso que el presidente Alberto Fernández recupere la centralidad. Es otra manera de aludir a los debates del Frente de Todos. “El gobierno está amenazado por diversos peligros. La amenaza política comprende la necesidad de que el presidente recupere centralidad luego de todos los cimbronazos que hubieron durante estos dos años. El cierre del acuerdo con el FMI evitando el default, y manteniendo la recuperación económica que se está produciendo, permite avanzar con un moderado optimismo y sin grandes conmociones. Se prevén actualizaciones en los precios de los servicios, (manteniendo la segmentación que proteja a los sectores más vulnerables), del tipo de cambio y los combustibles. En dicha recuperación deberá mantenerse la capacidad de decisión que otorga el presidencialismo”.

Analía Del Franco, de Del Franco Consultores, se suma a los que son más bien cautelosos y que plantean un cuadro que no es sencillo, pero con oportunidades: “Las expectativas de la población respecto al futuro del país no son altas, pero comienza a percibirse más optimismo respecto al futuro personal, esto resulta un buen indicio que implica - también para el presidente- crecer en confianza . Es un momento en que el gobierno puede recuperar la iniciativa hacia en una nueva dirección. Para eso , se requiere tanto de cohesión interna como de gestión para recrear los objetivos que se planteaban en el 2019 y mostrando conducción”.

Finalmente, Artemio López, de Equis, insiste con su postura de que la clave está en la distribución de la riqueza y que hacia allí debe apuntar el gobierno: “La clave es mejorar el poder adquisitivo de los ingresos familiares a nivel nacional. Imaginemos que jubilaciones y pensiones mínimas están por debajo de la línea de indigencia, lo mismo que el salario mínimo vital y móvil, mientras el salario medio de la economía está en 86.000 pesos y una línea de pobreza para cuatro miembros en 70.000 pesos mensuales. Esta estrechez de ingresos le pone un techo de cristal al crecimiento futuro, que en argentina, recordemos, se explica en un 70 por ciento por el consumo doméstico”.

Como se ve, en los consultores predomina la cautela y hasta la duda. Se pensaba que saliendo de la pandemia, la situación fluiría casi automáticamente. Pero no. La palabra más usada por los encuestadores es desafíos: acuerdo con el FMI, distribución de la riqueza, inflación, debates internos, errores propios, acoso de la oposición y hostigamiento de los grandes medios. Nada menos.

Todo pasa por las internas de Juntos por el Cambio

A diferencia del diagnóstico con el oficialismo, respecto de la oposición casi todos los consultores están de acuerdo: tiene un importane caudal que tiende a no bajar del 40 por ciento; no creció en estas elecciones, se dinamizó con un nuevo papel del radicalismo, pero arrastra una interna de difícil pronóstico, con un problema llamado Miauricio Macri Blanco Villegas.

Analía Del Franco: “La oposición se encuentra en una fuerte tensión de empoderamiento interno, algo inusual para este espacio hasta el 2019. La recuperación del espacio radical incorpora otra dinámica al espacio. Y esto por el momento implica mirarse hacia adentro. A excepción de la CABA, el resto de las provincias que gobiernan es a través de dirigentes radicales. Esta nueva situación de Juntos por el Cambio, por un lado los dinamiza y amplia su espectro, pero por otro lado tensiona y desgasta frente a la opinión pública”.

Hugo Haime: “La oposición ha demostrado que tiene un 40 por ciento de electores. Los tuvo en 2017, en 2019, en 2021. Se ha fortalecido y ha generado la emergencia de nuevos dirigentes en muchas provincias. Hay claramente tres líneas que no necesariamente son convergentes en su oferta al electorado. Los halcones, los radicales y las palomas del PRO con Larreta a la cabeza. Y tiene el problema Macri. En tanto el ex presidente y quienes se definan como halcones tomen protagonismo y hegemonismo, les será muy difícil crecer. En síntesis no todo es color de rosa en la oposición”.

Eduardo Fidanza: “Sumida en sus internas y sin un liderazgo claro, la oposición parece no tener en cuenta, o ser indiferente, al hecho de que en las elecciones legislativas apenas conservó su caudal, que si bien representa un piso alto muestra que terceras fuerzas podrían complicar sus chances de cara a 2023”.

Federico Aurelio: “El principal espacio opositor, inicia la carrera presidencial con un triunfo nacional de casi ocho puntos. Es una base muy importante pero no suficiente para garantizar la carrera presidencial 2023. Internamente las distintas alas del PRO no están encolumnadas en un sólo liderazgo. Además, la UCR presenta varios dirigentes bien posicionados a nivel nacional que si se unifican en un candidato pueden presentar una primaria competitiva al candidato que defina el PRO”.

Roberto Bacman: "Por estos días en Juntos por el Cambio se viven tiempos de reacomodamiento. Son varios los anotados para la carrera presidencial, tanto los pertenecientes al riñón del PRO como los dirigentes que provienen de la Unión Cívica Radical. Todo parece indicar que muchos dirigentes del centenario partido que parecía haber perdido la memoria, se acordaron que son parte de una alianza y también piden derecho de pista y más de uno se apuró a aclarar que ampliar la coalición hacia la derecha (obviamente hablando de los libertarios) es un límite que no están dispuestos a atravesar”.

Facundo Nejamkis: “La oposición esta atravesada por dos tensiones. Primero, la competencia por la sucesión del liderazgo del ex presidente Macri. Segundo, por las diferencias ideológicas que la atraviesan, especialmente alrededor de la mirada sobre la experiencia de gobierno 2015-2019. Hay sectores que plantean que el error fue no haber sido mas duros en la aplicación de un programa de reformas estructurales. Otros piensan que las dificultades pasaron por no haber ampliado la coalición de gobierno, y que se deben buscar consensos con otros actores del sistema político para llevar adelante un programa exitoso de gobierno. Es posible que la coalición se termine reconfigurando si no logra procesar estas tensiones”.

Ricardo Rouvier: "Juntos por el Cambio que expresó, a las pocas horas de haber ganado, una disputa de fracciones internas que muestran diferencias políticas y lucha de individualidades. El conflicto sufrió un escalamiento que desnudó una unidad endeble. Las diferencias dentro del PRO, la avanzada radical en la coalición con sus precandidatos, y el rol de juez y parte de Elisa Carrió, señalan escasa energía centrípeta para la consolidación de la oferta electoral. Todo indica una lucha por el poder en la coalición que tendrá su desenlace. Igual que en el Frente de Todos; si Juntos no logra administrar sus diferencias pondrá en peligro lo que los coloca en la probabilidad de triunfo: la unidad”.

El Frente de Todos y la campaña presidencial

Los consultores también son bastante unánimes respecto de las chances del oficialismo en 2023. Coinciden en que las condiciones son mantener la unidad, acentuar la distribución de la riqueza para que vuelvan los sectores humildes que estuvieron ausentes en las elecciones legislativas y elegir los candidatos en las PASO y no, como en 2021, por acuerdos entre los dirigentes. Algunos de los consultores mencionan como factores claves la inflación y la inseguridad.

Artemio López: “Si se despliegan las políticas de distribución del ingresos que se corresponden con un shock distributivo que comience a transitar el camino que se prometió en el contrato electoral del año 2019 y aún por varios factores -deuda, pandemia- no se concretó, el futuro electoral de Frente de Todos conservando la unidad actual será muy competitivo, porque como se vió en la elecciones de medio mandato, las coalición conservadora opositora tiene un techo de 40 puntos que no puede perforar aún en circunstancias socioeconómicas muy dificultosas para el oficialismo como las del año 2021”.

Ricardo Rouvier: "El oficialismo tiene dos tareas por delante: una la gestión; y lo segundo la preparación y fortalecimiento de la coalición. Cualquiera de ambas alianzas que sufriera una ruptura, favorecería en mucho la posibilidad del adversario para el 2023. Hay actores a considerar en una supuesta reconfiguración del peronismo a futuro; los gobernadores, la CGT, los movimientos sociales y el resto del movimiento. En éste escenario sigue siendo protagonista la vicepresidenta con sus votos que suman más que cualquier otro competidor en una eventual primaria. Según las propias palabras del Presidente, los futuros cargos electivos serán elegidos a través de primarias, ese sería un significativo paso adelante que permita cobijar la pluralidad existente y darle una racionalidad política necesaria”.
Fuente: nota de Raúl Kollmann para Página/12

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