miércoles, 3 de noviembre de 2021

Distribución desigual de vacunas: el problema de la estrategia mundial para superar la pandemia

Las naciones ricas recibieron 16 veces la cantidad de vacunas entregadas a los países pobres. Las consecuencias de esta brecha no son solo morales porque porque deja paises sin vacunar, lo que también favorece la aparición de nuevas mutaciones. El propio director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió “cooperación".


Mientras el mundo supera los cinco millones de muertos por el nuevo coronavirus y la OMS alienta la aplicación de terceras dosis o dosis de refuerzo para bajar las tasas de mortalidad entre los grupos de riesgo, un dato pone en duda la estrategia mundial para frenar la pandemia de covid-19. Según aseguró unas de las jefas científicas del organismo días atrás, la cantidad de vacunas de refuerzo aplicadas a nivel mundial triplica las dosis aplicadas en los países de bajos ingresos, lo que demuestra la distribución desigual de vacunas y la falta de acceso a las mismas en gran parte del mundo.

El dato, que confirmó la científica en jefe Soumya Swaminathan, coincide con los gráficos que se desprenden del registro tomado por Our World in Data. El mismo Financial Times publicó un informe en donde sostiene que las naciones ricas recibieron 16 veces la cantidad de vacunas entregadas a los países pobres. Y que, según una reciente publicación, los países de más recursos aplicaron en los últimos tres meses más dosis de refuerzos que las dosis totales aplicadas en los países pobres en todo el año.

Para los especialistas, el problema en el desequilibrio en el acceso a las vacunas no solo representa una injusticia social, ya que las tasas de mortalidad en estos países se mantienen altas, sino también podría significar el fracaso del plan de vacunación a nivel mundial así y tal como fue planificado.

Así lo explica la infectóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, Leda Guzzi, para quien este fenómeno representa un problema “gravísimo”: una “desgracia moral” para aquellos países que no pueden acceder a las vacunas y una “desgracia biológica” para la humanidad en su totalidad.

“Mientras más ciclos reproductivos tenga el virus, esto es que siga circulando, más chances de errores en la transcripción del arn va a tener, lo que favorece la aparición de nuevas mutaciones”, sostiene la infectóloga. Según la médica, al problema de la aparición de mutaciones se le suma el de la presión selectiva que ejercen las vacunas y las poblaciones vacunadas.

Qué es la presión selectiva

Es la presión que ejercen las vacunas en la reproducción de determinadas variantes del virus y no de otras. “El problema es que las variantes que empiezan a emerger suelen estar presionadas selectivamente por las áreas donde sí hay altas tasas de vacunación y esto puede hacer que surjan nuevas formas del virus que presten resistencia a las vacunas”, explica Guzzi sobre la importancia de avanzar con la vacunación de manera pareja en todo el mundo.

En ese escenario, explica la infectóloga, habría que adaptar las vacunas para ir cubriendo las nuevas variantes del virus. “Es un riesgo latente para los próximos años y una situación que puede afectar la campaña de vacunación de los países más desarrollados y de todos los países. Tiene implicancias mundiales”, afirma la médica.

Curva de mortalidad, el efecto de las vacunas


Para Guzzi, el impacto de las vacunas puede verse sobre todo en la evolución de las curvas de contagios y las curvas de internaciones y muertes. “Con las nuevas olas por la variante delta se pudo ver como en los países donde las tasas de vacunación son bajas la curva de muertes sigue a la curva de contagios. En cambio, en los países donde hay altas tasas de vacunación las curvas están desacopladas, aumentan los casos pero los fallecidos y las internaciones son muchos menos”, explica.


Como muestra el gráfico de Our World in Data, con distintos tonos de verde, mientras algunos países alcanzaron la aplicación de entre 150 y 190 dosis cada 100 habitantes otros ni siquiera llegaron a las 10 dosis cada 100 habitantes, algo que sucede en muchos países de África.

En este sentido el propio director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió “cooperación mundial” ya que el hecho de que se apliquen dosis de refuerzo "está impidiendo que otros países vacunen a sus poblaciones de mayor riesgo". Tedros reconoció que las muertes son más altas en los países y poblaciones con menos acceso a las vacunas y que en definitiva la oferta de vacunas “es limitada” y reconoció que “al final, esto es un juego de suma cero".
Por Alejandra Hayon para Página/12

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