Luego de las críticas Daniel Funes de Rioja, el ministro defendió la política económica en un almuerzo organizado por el propio presidente de la Unión Industrial Argentina.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, defendió el rumbo de la política económica en un almuerzo organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICYP), que lidera Daniel Funes de Rioja, a su vez flamante titular de la Unión Industrial Argentina (UIA).
“Si la idea es un país de impuestos bajos y gastos bajos no es nuestra idea”, aclaró Guzmán en respuesta a una crítica del auditorio sobre lo que pagan las compañías locales; y agregó que “el Estado tiene rol en la macroeconomía y en la generación de condiciones propicias para la actividad privada; que debe ir a la par”.
“El tema de cómo atacar la informalidad de la economía no se resuelve solo con política impositiva porque es un problema del desarrollo, estructural y macroeconómico que requiere de generación de trabajo”, insistió en respuesta a un empresario que atribuyó la cuestión a la presión tributaria.
El funcionario aprovechó para cargar contra el nefasto régimen de Miauricio Macri Blanco Villegas en lo que fue además un tiro por elevación al sector del empresariado presente en el lugar, que fue muy afín al proyecto de la alianza de derecha Cambiemos: “El gobierno anterior aplicó la reducción de impuestos y el achicamiento del Estado a través de reformas con la idea de que eso iba a generar un sendero de creación de empleo pero eso no pasó ni pasa nunca. Si vemos las reformas impositivas de (los ex presidentes de los Estados Unidos) Ronald Reagan, George Bush y Donald Trump, y las de muchos países del mundo, nunca funcionaron”.
En esa línea defendió su administración como ejecutora de una política “integral” con una visión definida por el Estado y remató con una alusión a la afinidad que tuvo el auditorio con el equipo del hijo bobo de Franco Macri: “Conducimos nosotros e invitamos a todos a trabajar bajo nuestra conducción. Y queremos que inviertan porque nosotros construimos las condiciones”.
En varios pasajes de su presentación, Guzmán defendió la política industrial del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y del secretario de Industria, Ariel Schale.
Declaró que las reformas basadas en promesas de expansión “terminaron en más incertidumbre y debilitaron al sector privado y a la industria, que con nosotros crece pero que con el gobierno anterior caía”.
También dijo que Kulfas “es un absoluto convencido de la importancia del desarrollo de la industria. Cuando digo ‘sin industria no hay futuro’ los primeros que están en el frente buscando el desarrollo industrial son él y Schale”.
Con la frase que citó el ministro de Economía parafraseó el slogan de la UIA “sin industria no hay nación”, que es a su vez un texto del ex presidente Carlos Pelegrini. Fue un momento importante desde lo simbólico porque supuso un guiño a ese sector del empresariado en un momento de tensión con la conducción de Desarrollo Productivo.
El martes invitado a la primera reunión del Consejo Directivo de la entidad fabril, Kulfas criticó a Funes de Rioja por no reconocer la asistencia del Estado a las empresas frente a la emergencia de la pandemia de Covid-19 y lamentó “un mal comienzo de gestión” del referente alimenticio.
Aunque el universo del CICYP trasciende ampliamente a los industriales y abarca a todos los sectores de la representación empresarial, este miércoles Guzmán se dirigió muchas veces a los fabriles en forma directa, incluso definió a la industria como “absolutamente fundamental” para el desarrollo al que apunta la política nacional.
Otras definiciones
La interpelación a los empresarios formó parte de un largo discurso en el que el titular de Economía desarrolló los ejes de la política que desarrolla su cartera.
Entre otros, manifestó que el Gobierno “tiene una visión muy clara del rumbo que no solo incluye las condiciones macroeconómicas sino la posibilidad de tener una estructura capaz de generar trabajo y empleo, agregar valor en la economía, poder generar divisas para sostener el crecimiento del mercado interno y recorrer el sendero que describía Daniel (por Funes de Rioja)”. En la apertura, el empresario trasladó la inquietud del CICYP por “la recuperación de lo perdido por causa del Covid-19 y por asegurar un crecimiento sostenido y sustentable, inclusivo desde el punto de vista de las empresas y de la sociedad”.
El ministro también aseguró que la política oficial está orientada a “tranquilizar” la economía desde un enfoque privilegia la generación de condiciones macro en equilibrio con un Estado activo aplicando medidas contracíclicas. También puso el énfasis en las exportaciones como horizonte clave para asegurar la llegada de dólares.
En ese marco destacó los resultados de los últimos cinco meses, en especial en lo relacionado con el tema cambiario que, afirmó, “ya no es una alerta”; y sobre la inflación, que según apuntó antes de que se conociera el informe del IDEC, continuó en mayo con la desaceleración de abril y marzo.
Sobre ese punto retomó las críticas al régimen macrifascista: “Querer atacar la inflación con política monetaria es una idea no va a ningún lado. Es necesario un enfoque macro integral con política cambiaria, fiscal y monetaria, que es una de las patas del problema”. También apeló a la “colaboración entre todos los agentes de la economía, incluyéndolos a ustedes”, porque “hay que plantear un horizonte de inflación pero hay un elemento es la expectativa y la formación de precios asociada a esa expectativa. Encontramos recepción de los sindicatos en un tipo de diálogo que es necesario para todos y vemos que están las condiciones dadas para que la inflación vaya reduciéndose”.
Fuente: nota de Martín Ferreyra para Tiempo Argentino
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