Un relevamiento realizado por el director de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés revela que no hay ejemplos en los que se hayan dejado clases presenciales con más de 650 contagios cada 100 mil por semana. La CABA está por encima de esa cifra.
La ciudad de Buenos Aires es el distrito con mayor cantidad de muertes por millón de habitantes del país. Además, superó los 1354 contagios cada 100.000 personas en los últimos catorce días.
No hay registros de países que mantengan las escuelas abiertas con esas cifras. Sin embargo, el nefasto régimen de Horacio Rodríguez Larrata incumple el DNU de Alberto Fernández que suspende las clases presenciales por dos semanas.
La Capital Federal contabiliza 2422 fallecidos por millón de habitantes y supera ampliamente la media nacional que está en 1348. De las 24 jurisdicciones, CABA es la que tiene el peor índice. Le siguen Tierra del Fuego (2162), Santa Cruz (1887), Río Negro (1787) y Buenos Aires (1787).
En el otro extremo se ubican Catamarca (46), Formosa (111), Misiones (187), Santiago del Estero (335) y San Juan (326). Otras provincias con grandes centros urbanos se encuentran en niveles medios: Chaco tiene 840 muertos por millón, seguida de Salta (878), Córdoba (872) y Mendoza (860).
Si bien en la última semana se produjo una desaceleración en la velocidad de contagios con respecto a la anterior, los números siguen siendo alarmantes. Según un relevamiento realizado por el físico investigador del Conicet Jorge Aliaga, el promedio de contagios del período del 10 al 16 de abril fue de 2898, mientras que la semana siguiente fue de 3049. La provincia de Buenos Aires, que tomó restricciones con más anticipación, tuvo un amesetamiento más pronunciado. Pasó de 11.840 contagios a 11.798 en el período del 17 al 23 de abril.
“El promedio de casos semanales en la ciudad fue subiendo desde febrero, pero en la última semana cambió la velocidad de crecimiento. No es tan rápido. En la Provincia, que tuvo mayor control de actividades, los casos de la última semana en comparación con la anterior son casi iguales. El estancamiento es mejor. Son consecuencia del DNU del 9 de abril sobre el cierre nocturno y el pase a virtualidad de la administración pública nacional. El Poder Ejecutivo invitó a las jurisdicciones a sumarse y la Ciudad dijo que no. Si no cerrás nada, es muy difícil”, dijo Aliaga.
Otro de los indicadores que alertan sobre la situación en la capital del país es el de incidencia y razón de casos. Según definió el Ministerio de Salud nacional, en enero de este año se considera una incidencia elevada cuando se llega a 150 casos en los últimos 14 días cada 100.000 habitantes. Hoy la gran mayoría de las provincias supera esos valores y el promedio nacional es de 720. Con 1354, la CABA es la segunda peor ubicada después de San Luis, que alcanzó la cifra de 1500. Las otras grandes juridiscciones tienen valores inferiores. Por ejemplo: Buenos Aires tiene 943, La Pampa 808, Córdoba 625 y Santa Fe 627.
Los números son contundentes, pero el régimen porteño los minimiza. Un relevamiento realizado por el director de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, Axel Rivas, muestra que no hay experiencias de aulas abiertas con estos indicadores. El investigador analizó la literatura científica relacionada al impacto del cierre de las escuelas en la reducción de contagios de Covid-19 y si bien no hay coincidencias en que suspender las clases impacta en el contagio, no encontró países que mantengan la presencialidad con estos indicadores. “No logré encontrar ningún sistema educativo nacional o subnacional que haya mantenido escuelas abiertas con más de 650 casos cada 100 mil habitantes por semana, como ocurre en CABA ahora”, afirmó Rivas.
Los estudios que releva dan cuenta de la reducción de los contagios a partir del cierre de las aulas en Estados Unidos e Inglaterra, entre otros. “Esto es lo que han hecho casi todos los países que tuvieron nuevas olas: cierre de escuelas con cuarentenas fuertes para frenar ocupación crítica en terapias intensivas. En 2021: Francia, Inglaterra, Alemania, Portugal, Chile, Uruguay, entre otros. Algunos mantuvieron cierres casi constantes desde 2020 como México o Brasil. Casi toda América Latina está en estos momentos con escuelas cerradas, con excepción de Nicaragua y Cuba. España no cerró con la segunda/tercera ola, pero nunca tuvo la cantidad de casos de Argentina ahora o de otros países vecinos. Suecia cerró las secundarias”, detalló.
Además, un estudio difundido recientemente por la revista científica Nature muestra que la suspensión de clases es la segunda medida más importante para reducir los casos. La investigación hecha en más de 200 países muestra que la no presencialidad escolar tiene un 73% de contribución a la baja de los contagios. Sin embargo, Rodríguez Larreta sostiene que "con la situación sanitaria” actual “no hay dudas de que los chicos tienen que estar en las escuelas".
Otro de los índices preocupantes es el de la ocupación de camas de terapia intensivas en los establecimientos públicos. Según el último reporte oficial del sábado 24 de abril, el 79,7% están ocupadas. De un total de 450, hay 359 en uso. Una cifra superior al máximo del año anterior que se registró en agosto cuando se llegó a 308 de utilización.
“De cada 10.000 personas que estaban vivas en febrero de 2020 en CABA, 24 murieron de COVID-19. Ganó la postura de mantener la mayor cantidad de actividades posibles que puedas tener funcionando mientras que no te colapse el sistema de salud. Y cuando tenés esa política, tenés 2422 muertos por cada millón de habitantes. Porque aunque no tengas los casos todos juntos para que no te colapse el sistema, si los casos los tenés distribuidos, el porcentaje de gente que se te muere es la misma”, explicó Aliaga.
Fuente: nota de Celeste del Bianco para Tiempo Argentino
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