Desde la presencialidad escolar hasta la producción en fábricas, pasando por lo que pasará con los comercios; las propuestas de Nación, Ciudad y provincia de Buenos Aires difieren en muchos casos. El presidente espera que termine la ronda de consultas con gobernadores y expertos y luego decidirá.
En las próximas horas habrá que definir las restricciones que, indudablemente, se deberán imponer porque el actual ritmo de contagios conduce al colapso sanitario.
Las reuniones para definirlas no cesan. El martes, el presidente se reunió por videoconferencia con 12 gobernadores para analizar la situación epidemiológica y ayer a la tarde, hizo lo propio con mandatarios del centro y sur del país, en otra videoconferencia de la que también participo el alcalde porteño, Horacio Rodríaguez Larrata.
Estos son los puntos neurálgicos que están en análisis sobre la mesa:
■ Comercios: El Gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires barajan un cierre total por 15 días, pero quieren ver los números de este miércoles y jueves. La CABA estaría a favor de dictaminar que no se puede atender más adentro, o sea, se vuelve a atender desde la puerta, nadie puede ingresar al comercio.
■ Shoppings: Por ahora, se extendería el cierre por otras dos semanas.
■Construcción: Habría acuerdo en frenarla dos semanas, por la enorme carga que significa en la circulación. Al Gobierno nacional esta variante no la convence mucho: la construcción impacta fuerte sobre los puestos de trabajo y la pobreza.
■ Colegios: el Gobierno nacional estaría favor de volver a la presencialidad un par de días por semana y el resto de las jornadas serían a distancia. El régimen porteño aceptaría que la secundaria vaya a distancia, pero no quiere ceder en la presencialidad en pre-escolar y primaria.
■Profesionales: Se insistiría en que todas las actividades profesionales -abogados, contadores, administrativos- regresen al home-office. Por supuesto que se mantendría esa situación en todo lo que tiene que ver con la actividad oficial.
■ Fabricas: parece haber acuerdo en que se mantenga la producción, siempre y cuando el transporte de los trabajadores esté a cargo de la empresa o de los mismos trabajadores. El punto neurálgico es no recargar el transporte público.
■ Gimnasios: Hay enorme disgusto del Gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires porque en la CABA siguen funcionando los gimnasios en lugares cerrados. Habría insistencia en que eso se frene.
■ Aire libre: El concepto general es detener todo lo que signifique actividades en lugares cerrados y trasladar lo que se pueda a lugares abiertos.
■ Circulación: Desde ya que continuará la restricción de circular de 20 a 6 de la mañana.
Uno de los acuerdos básicos a los que se llegaría es que hay que controlar. Hasta el momento, todos simulan que controlan, pero no hay verdaderas intervenciones, multas ni clausuras. Los intendentes son reacios a pagar el costo político que significa actuar con firmeza ante los incumplimientos, pero al mismo tiempo ven cómo se les llenan las terapias intensivas y tienen ambulancias dando vueltas durante horas sin conseguir camas.
El intendente de Tigre, Julio Zamora, tomó la decisión de cerrar plazas, polideportivos y el Puerto de Frutos por la enorme aglomeración de personas, algo que también tendrá que entrar en el radar: las actividades tienen que ser al aire libre, pero un ojo debe estar puesto en que no haya una cantidad descomunal de personas, sin distanciamiento.
Aunque no se habló del tema, el concepto europeo y norteamericano de stay at home order (orden de quedarse en casa) o lock down (cierre), es decir la cuarentena de marzo de 2020, no está fuera del menú de posibilidades si los casos no bajan. Hoy el diagnóstico es conocido por todos: hasta la semana pasada se orillaba los 30.000 contagios y la previsión era que treparíamos a 35.000 o 40.000. Eso no se produjo, pero mantenerse en los 25.000 actuales conduce indefectiblemente al desastre.
Fuente: nota de Raúl Kollmann para Página/12
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