En tanto, la canasta alimentaria, que marca el nivel de indigencia, registró en el mismo mes un costo de $ 21.573,1, pero aumentó más, un 4,2%.
La canasta básica aumentó 3,7% en noviembre y una familia necesitó $ 51.775,6 para no ser considerada pobre, informó ayer el INDEC. La canasta alimentaria, que marca el nivel de indigencia, registró en el mismo mes un costo de $21.573,1, pero subió aún más, un 4,2%.
En los últimos doce meses la canasta alimentaria acumula un aumento del 37,7% y la básica del 40%. En los primeros once meses del año, la canasta básica creció 33% y la alimentaria 38%.
El aumento de la canasta de noviembre, en comparación con octubre, se ubicó por encima del incremento de los precios minoristas, que fue del 3,2%. En la variación interanual y desde diciembre último, los incrementos que sufrieron ambas canastas también se ubican por encima del alza de los precios minoristas.
El costo nominal de la canasta total en los primeros once meses del año aumentó $ 12.815 y el de la alimentaria subió $ 5.989. En noviembre, el costo de la canasta básica total triplica el salario mínimo vital y móvil, que desde octubre se fijó en $ 18.900 para trabajadores mensualizados.
Para no caer en situación de pobreza, una familia formada por dos adultos y dos menores, que no paga alquiler, debió tener ingresos mensuales por $ 51.775. Para una familia de tres miembros, el costo de la Canasta Básica Total llegó en noviembre a $ 41.219 y la Alimentaria a $ 17.174.
En el caso de un hogar de cinco integrantes, el costo de la canasta total fue de $ 54.456, y el de la alimentaria de $ 22.690. Para un solo adulto, el INDEC estimó que en octubre el costo de la canasta total fue de $ 16.775 y la alimentaria de $ 6.981.
La canasta alimentaria está integrada por los artículos que reúnen los requerimientos calóricos y proteicos necesarios para un varón adulto, y la básica total incluye estos alimentos más el costo de servicios públicos y otros gastos.
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