La investigación recurrió a modelos computarizados para simular cómo podría desenvolverse la pandemia, en función de las medidas establecidas por los Estados y, por ende, en distintos escenarios posibles.
A nivel global, podría ser necesario que los países dispongan hasta 2022 períodos alternados de distanciamiento social para evitar que nuevos picos de contagio de covid-19 desborden los sistemas sanitarios, de acuerdo con un estudio realizado por investigadores de Harvard que fue publicado en la revista Science.
La investigación recurrió a modelos computarizados para simular cómo podría desenvolverse la pandemia, en función de las medidas establecidas por los Estados y, por ende, en distintos escenarios posibles. Una de las posibilidades que plantea es que el distanciamiento físico social estricto, acompañado por un seguimiento riguroso del sistema de salud público para establecer los contactos que derivaron en contagios, podría erradicar el virus. Eso sucedió, apuntó el estudio “Proyectando la dinámica de transmisión del covid-19 en el período post pandémico”, con el N1H1, que causó el estallido de casos de gripe de 2003. Sin embargo, con el número de 2 millones de contagiados a nivel mundial, esa posibilidad parece cada vez más lejana.
El estudio también relevó la posibilidad de que el covid-19, luego de la primera ola de infecciones globales, se convierta en una enfermedad estacional, que continúe circulando en todos los países. Es posible, señalaron los investigadores, que ese tipo de transmisión permanezca, una vez pasado el pico de la pandemia.
Los modelos y los datos observables señalan que “la implementación precoz de un férreo distanciamiento social es esencial para controlar la diseminación” del covid-19. Además, “en ausencia del desarrollo de nuevas terapias o medidas preventivas, como la búsqueda agresiva y el hallazgo y puesta en cuarentena, las medidas de distanciamiento intermitentes podrían ser el único modo de evitar el desborde de las capacidades de cuidados intensivos, mientras se lleva adelante el proceso de inmunización de la población”.
“Las estrategias de distanciamiento social podrían reducir la expansión” de las infecciones que constriñen los sistemas de salud, al tiempo que distanciamientos altamente efectivo podrían reducir la incidencia del covid-19 lo suficiente como para “hacer una estrategia basada en trazar los contactos y cuarentena factible, como en Corea del Sur y Singapur”, sostiene el informe. En cambio, los períodos de distanciamiento hechos por una sola vez “podrían derivar en un pico de epidemia único y prolongado, con la extensión del peso sobre el sistema de salud pública y una duración del distanciamiento que dependa de su efectividad”.
En uno de los escenarios posibles estudiados, el virus podría haber llegado para quedarse, tal como la gripe, recorriendo el planeta de manera de manera estacional. De ese modo, a 20 semanas de medidas para limitar la transmisión le seguiría un pico de la epidemia elevad como una dispersión sin controlar. En esa previsión, “el distanciamiento social resulta tan efecto que prácticamente no se llegó a lograr inmunidad en la población”.
Para los investigadores, “el distanciamiento intermitente podría ser necesario hasta 2022, a menos que se incremente sustancialmente la capacidad de cuidados intensivos, o que esté disponible una vacuna o un tratamiento”.
El artículo señala que los autores “están al tanto de que el distanciamiento prolongado, aún cuando sea intermitente, posiblemente tenga consecuencias profundamente negativas en lo económico, lo social y lo educativo”. Sin embargo, detalla, al estudiar los modelos no buscan avalar alguna política en particular sino “identificar trayectorias posibles de la epidemia bajo distintos acercamientos, identificar intervenciones complementarias como extender la capacidad de las unidades de terapia intensiva e identificar tratamientos", además de "estimular ideas innovadoras” que permitan expandir la lista de opciones para controlar la pandemia a largo plazo.
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