La autoridad monetaria acató el pedido del Poder Ejecutivo de disminuir el rendimiento de los instrumentos financieros en pesos y fijó la tasa 27,25 por ciento. El objetivo es incentivar la suba del tipo de cambio para intentar contener los fuertes desequilibrios externos. El dólar cerró en un pico histórico de 19,66.
El Banco Central bajó la tasa de interés de referencia 0,75 puntos y la posicionó en 27,25 por ciento. La autoridad monetaria volvió a respetar el pedido del Poder Ejecutivo de disminuir el rendimiento de los instrumentos financieros en pesos.
El objetivo es incentivar la suba del tipo de cambio para intentar contener los fuertes desequilibrios externos. El dólar cerró en un pico de 19,66, con un alza de 22 centavos, y en el mercado esperan que supere los 20 pesos en las próximas semanas. Los déficit de 2017 en la cuenta turismo, de la salida de dólares por ahorro del sector privado y del intercambio comercial se ubicaron en niveles record de los últimos 30 años y marcaron una tendencia insostenible.
En el equipo económico también buscan frenar a tiempo la deuda acumulada con las Lebac, que ya superó el billón de pesos, y generaba una fuerte incertidumbre el ritmo de incremento en los últimos meses.
El comunicado del Central para justificar la baja de la tasa resulta irracional. Le dedicó casi cuatro párrafos a explicar que la tasa de inflación del 2017 fue mucho más elevada respecto de lo esperado y elaboró un cuadro para mostrar que las expectativas de inflación aumentaron para 2018, al ubicarse en casi tres puntos por arriba de la meta de precios oficial del 15 por ciento.
Esto llevaría a cualquier banco central del mundo, en el que se aplique un programa de metas de inflación, a subir la tasa de interés.
Pero el organismo a cargo de Federico Sturzenegger planteó que hay margen para bajarla, pese a que en los últimos dos años aseguró que iba a reaccionar con un aumento de tasa cada vez que el mercado tuviera mayores expectativas de precios. La autoridad monetaria no puede aceptar que ya no toma las decisiones de la política monetaria.
El Central detalló en el comunicado su interpretación sobre por qué fracasó en cumplir la meta de inflación del año pasado. “Si bien la inflación minorista de 2017 se redujo en casi 12 puntos porcentuales frente a la de 2016, la desinflación no fue tan rápida como lo buscamos”, indicó. Precisó que “la relajación prematura de la política monetaria entre octubre de 2016 y marzo de 2017 como el aumento de precios regulados por encima de lo estimado por el BCRA explicaron centralmente el desvío respecto de la meta”.
"Hubo error propio en bajar la tasa más rápido de lo que hacía falta", menciona el Central, pero aclara que hubo también un factor que lo excedió y fue el de los aumentos de la energía. “El alza de los precios regulados, en especial, gas y electricidad, incidió directamente en la inflación núcleo”, aseguró. La tasa de interés de referencia era del 24,25 por ciento a principio de 2017 y terminó el año en casi 28 por ciento.
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