Pese a las irregularidades que los peritajes encontraron en los cuadernos del ex chofer Oscar Centeno, la Cámara Federal rechazó un planteo de nulidad del empresario Armando Loson. Ni bien se conoció la decisión de los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, el juez Julián Ercolini elevó a juicio a Loson y a ex funcionarios acusados.
La Cámara Federal porteña rechazó un planteo de nulidad de un empresario procesado en la causa de las fotocopias de los cuadernos, que había reclamado invalidar la acusación en su contra ante las múltiples alteraciones detectadas en los supuestos escritos del ex chofer del Ministerio de Planificación Oscar Centeno.
La decisión fue de los camaristas okupas de la sala I del tribunal, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, quienes confirmaron que la acusación contra el empresario Armando Loson debe seguir adelante y denegaron el planteo de nulidad. Ni bien se conoció la decisión de la Cámara, el corrupto juez Julián Ercolini, a cargo del expediente, dio por finalizada la instrucción y elevó a Loson a juicio, así como también a los ex funcionarios Roberto Baratta y Juan Manuel Abal Medina, entre otros imputados por supuestas coimas.
Los peritajes de los cuadernos encontraron alrededor de 1500 tachaduras, cambios, enmiendas, aplicaciones de corrector y escritura superpuesta. Si bien los peritos indicaron que la letra de las anotaciones correspondía a Centeno, también advirtieron que las tachaduras, los cambios y correcciones fueron hechas con otras cuatro letras y con cuatro tintas distintas.
"No escapa al tribunal que la pretensión de la defensa apuntaba a la declaración de nulidad de las anotaciones referidas a Loson en su conjunto y no sólo de los fragmentos (palabras) que habrían sido alterados", sostuvieron en el fallo Bruglia y Bertuzzi, los jueces designados a dedo por Miauricio Macri en la Cámara Federal, donde permanecen gracias a la parálisis en que la patética oposición y la execrable Corte Suprema mantienen al Consejo de la Magistratura.
Para los camaristas, el reclamo de Loson "requiere que la incorporación de la prueba hubiera infringido las disposiciones procesales, en contra de las garantías del justiciable, lo cual no surge del legajo". Así, consideraron que "los cuestionamientos formulados deben ser necesariamente reconducidos a la discusión sobre el valor o fuerza probatoria de aquellos elementos" (los cuadernos tachados y enmendados), algo que debería suceder en el juicio oral y público.
Bruglia y Bertuzzi indicaron haber tomado en cuenta que "el contenido registrado en los 'cuadernos' (ocho ejemplares en total, que comprenden de 2005 a 2010 y de 2013 a 2015) fue oportunamente ratificado por Centeno", quien se desempeñó como chofer de Baratta, exsubsecretario de Coordinación del Ministerio de Planificación Federal, en su declaración como imputado colaborador. Lo llamativo es que Centeno dijo inicialmente que había quemado los cuadernos en una parrilla y sólo se conocían fotocopias. Luego, en 2019, tres días antes de las elecciones, aparecieron porque un individuo supuestamente desconocido se los habría entregado a un periodista del pasquín derechoso La Nación.
Los camaristas sostuvieron que la parte principal de la causa ya fue enviada a juicio oral y está en etapa de preparación ante el Tribunal Oral Federal 7, con Cristina Fernández de Kirchner entre los procesados. "De manera tal que, como se adelantó, consideramos que el juicio es el ámbito natural donde el autor de las anotaciones podrá eventualmente responder los interrogantes que se le formulen y podrá también la parte hacer valer ampliamente todas las pruebas y defensas que hagan a sus alegaciones", agregaron.
Eel peritaje de la Policía Federal sobre los cuadernos determinó que los primeros se escribieron a lo largo de diferentes días, posiblemente después de cada viaje realizado por el chofer Centeno. En cambio, los últimos cuadernos (los números 7 y 8) muestran “una secuencia continua de escritura, sin alternancias temporales, discrepante de la modalidad de registro que usualmente se lleva para un llenado de constancias diarias”, según declaró el comisario jefe a cargo de la División Scopometría, Alejandro Centofanti. Es decir, los cuadernos 7 y 8 se escribieron de un tirón, lo cual habilita la sospecha de que le fueron dictados a Centeno. El dato no es menor, ya que en los primeros cuadernos Centeno nunca mencionó dinero, sólo a dónde iba. Es en los últimos cuadernos donde aparecen menciones a coimas. Y sobre esa base el fallecido juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli construyeron la causa, tras quedarse irregularmente con el expediente.
Pulgar abajo para Stornelli
En simultáneo, la Cámara Federal rechazó un planteo del procesado fiscal Carlos Stornelli para que la denuncia del empresario Loson sobre las falsedades en las supuestas anotaciones de Centeno tramite en el juzgado de Ercolini, junto con el expediente principal. El empresario del Grupo Albanesi -que se dedica al negocio de la energía- denunció que "Centeno no habría sido veraz en su declaración como arrepentido y/o en sus anotaciones manuscritas" referencias a él. También insistió en que el dinero que entregó y que está bajo investigación no fue para sobornar a funcionarios sino para contribuir con la campaña electoral del oficialismo entre 2003 y 2015. Esa denuncia tramita ante el juez Marcelo Martínez de Giorgi, pero el fiscal Stornelli pidió que pasara a manos de Ercolini, subrogante en el juzgado que ocupó Bonadio.
La Cámara, en un fallo unipersonal de Bruglia, no sólo rechazó el planteo de Stornelli sino que proclamó, además, que es "propicio en este caso, que sea un magistrado ajeno a la valoración de esta prueba que se denuncia como irregular, quien lleve a cabo la pesquisa"
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