lunes, 2 de enero de 2023

Alegría não tem fim: juró Lula y asumió por tercera vez como presidente de Brasil

El mandatario brasileño asumió su tercer mandato luego de haber gobernado el país entre 2003 y 2010 y luego de haber estado 580 días preso en forma ilegal por parte de la Operación Lavajato.



Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, asumió ayer la Presidencia de Brasil para un mandato de cuatro años, al jurar en el Congreso Nacional, acompañado por una multitud de 300.000 personas en la Explanada de los Ministerios, en la capital Brasilia.

El presidente brasileño asumió su tercer mandato luego de haber gobernado el país entre 2003 y 2010 y luego de haber estado 580 días preso en forma ilegal por parte de la Operación Lavajato, razón por la cual estuvo inhabilitado de participar en los comicios de 2018 en los que resultara electo el saliente presidente ultraderechista, Jair Bolsonazi, quien -como el cobarde que es- abandonó el país el viernes, con destino a Estados Unidos.

El flamante mandatario brasileño aseguró que se termina “el proceso de destrucción nacional” dejado por su nefasto antecesor Jair Bolsonazi, durante el discurso de asunción en el cargo ante el Congreso.

Lula prometió hacer un Gobierno de “reconstrucción” nacional y denunció el vaciamiento de las políticas públicas provocado durante la gestión del ultraderechista Bolsonazi.

El mandatario dijo que pretende “construir la democracia” de su país “sobre bases sólidas”. En este sentido anunció que se va a reunir con todos los gobernadores de los Estados brasileños “para definir prioridades”, “estructurar un nuevo pacto para generar empleos” y “buscar recursos” para financiar estos cambios.

Fustigó en varios tramos de su discurso al régimen “negacionista” y “oscurantista” que hasta ayer ejerció Bolsonazi. “Dije que la misión de mi vida sería cumplida cuando cada brasileño y brasileña pudieran comer tres comidas al día. Tener que repetir este compromiso hoy es el síntoma más grave de la devastación que ha impuesto al país en los últimos años”, se lamentó.

Asimismo, anunció que su Gobierno reforzará su política exterior basada en la integración latinoamericana en el Mercosur, la Unasur y el grupo Brics, además de mantener un diálogo “activo y altivo” con Estados Unidos, China y la Unión Europea (UE).


“Debemos romper el aislamiento al que fue sometido al país. Debemos ser dueños de nuestro destino”, aseguró Lula, quien además prometió activar la banca pública para reforzar el mercado interno de consumo y utilizar el Presupuesto para una nueva era de industrialización de la mayor economía de América Latina.

Da Silva llegó al Congreso brasileño unos 20 minutos antes para la ceremonia de asunción para convertirse en presidente de Brasil por tercera vez, tras haber sido recibido con honores militares por los titulares de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco.

En la ceremonia estuvieron presentes autoridades locales y visitantes extranjeros, entre ellos la ex presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), destituida en 2016 por el Congreso.

La ceremonia comenzó pasadas las 14:30, cuando el todavía presidente electo subió frente a la Catedral Metropolitana en un Rolls Royce descapotable de la Presidencia de la República que lo llevaría hasta el Congreso, donde prestó juramento, en un recorrido de 1.400 metros.

Lula subió al auto acompañado por su esposa, Rosángela da Silva, Janja. Pero antes de iniciar la marcha pidió que el vicepresidente Geraldo Alckmin y su esposa, Lu Alchkmin, se subieran al vehículo descapotable, cuyo uso estuvo en dudas hasta horas antes de esta ceremonia de asunción por razones de seguridad.

El gesto de Lula da Silva para su compañero de fórmula fue una muestra de la intención del mandatario de dar cumplimiento al acuerdo que forjó con Alckmin, un político de centro derecha, cuando le dijo que su función no sería la de un vicepresidente, sino que ambos presidirían juntos el país.

La historia de la lapicera con la que Lula rompió el protocolo de asunción: "Un homenaje al pueblo"

Aunque debía utilizar la pluma oficial del Congreso, el flamante mandatario decidió usar una propia, con una historia particular detrás.

Antes de sus primeras palabras como presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva contó que el bolígrafo con el que firmaría las actas que lo formalizaron como máxima autoridad del país estaba cargado de un valor sentimental. De esta manera, al hacerlo, rompió el protocolo que indica que el mandatario electo debe firmar con la pluma oficial del Congreso.

De acuerdo al relato del exsindicalista metalúrgico, un militante se lo obsequió en 1989, con la condición de que lo usase cuando ganara la presidencia ese año, algo que finalmente no ocurrió. Ahora, Lula asumió por tercera vez como jefe de Estado y firmó con ese mismo bolígrafo, en un gesto que calificó como un “homenaje al pueblo”.

"Estoy viendo aquí al exgobernador Wellington Dias, quería contar una historia. En 1989, estaba haciendo un mitin en Piauí. Fue un mitin grande, luego fuimos a caminar al São Iglesia Benedito. En la manifestación, un ciudadano me dio este bolígrafo y dijo que se suponía que debía firmar la toma de posesión, si ganaba las elecciones de 1989", contó.

Después, el flamante presidente siguió: "No gané las elecciones de 1989, no gané las de 1994, no gané las de 1998. En 2002 gané las elecciones y cuando llegué aquí se me había olvidado la pluma y usé la del senador Ramez Tebet". Ese parlamentario es, casualmente, el padre de Simone Tebet, a quien Lula anunció como su ministra de Planificación para este nuevo ciclo.

En esa línea, el hombre que llegó a la jefatura de Estado por tercera vez en la historia de Brasil, recordó que, en 2006, cuando consiguií la reelección, firmó con la pluma oficial del Senado. "Ahora encontré el bolígrafo y lo hago en honor a la gente del estado de Piauí”, afirmó justo antes de firmar los documentos.

Alberto Fernández participó del acto de jura de Lula en el Congreso nacional de Brasil


El presidente Alberto Fernández participó ayer, en el Congreso nacional de Brasil, de la jura de Luiz Inácio Lula da Silva como Jefe de Estado de ese país y de Geraldo Alckmin como vicepresidente.


El mandatario argentino asistió al acto acompañado por el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero; la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti; el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli y la secretaria de Cambio Climático, Cecilia Nicolini.

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