lunes, 27 de septiembre de 2021

Rumbo a noviembre: la estrategia del Frente de Todos para los que no fueron a votar

Un informe que circuló la semana pasada indica que 1 de cada 4 electores que en 2019 apoyaron al actual oficialismo optó por no ir a las urnas. Tanto en Casa Rosada como en La Plata sostienen que parcialmente se explica por la economía y en parte por la falta de trabajo territorial. Cómo remontar la cuesta.


Antes de las PASO, en el Gobierno repetían que “las elecciones se ganan por un voto”. Hoy más que nunca ese volvió a ser el objetivo central con el que el Frente de Todos rediseña la campaña –con la idea de provincializarla– y afina la estrategia para salir a cazar los votos perdidos por el desencanto y el ausentismo que se vio en las elecciones del 12 de septiembre.

Tras la crisis política y los cambios obligados en los gabinetes de Alberto Fernández y de Axel Kicillof, el objetivo de la coalición gobernante está puesto hoy en conseguir al menos los 360 mil votos que la separan de la alianza de derecha Juntos en la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más importante del país.

El 12 de septiembre pasado, Diego Santilli, del PRO, y Facundo Manes, de Dar el paso, obtuvieron 3.149.989 de votos (37,99%) mientras que Victoria Tolosa Paz, por el Frente de Todos, consiguió 2.789.022 (33,64%). Una diferencia de 360.967 votos.

Tras haber analizado los números de la derrota, en el peronismo esgrimen que la principal causa fue el ausentismo y aseguran que uno de cada cuatro votantes que los había elegido en 2019 no fue al cuarto oscuro este año. La concurrencia a las urnas fue del 68,29% en la provincia.

Entre los estudios que respaldan esa teoría está el de la consultora Inteligencia Analítica (IA), que dirigen Marcelo Escolar y Sebastián Galmarini, sobre “migración de votos”, una de las que analizaron en detalle en el comando del oficialismo. El trabajo revela que más de 869 mil electores del Frente de Todos, que lo habían votado en las PASO de 2019, “se fugaron al ausentismo”. Esto representa un 23%, es decir, 1 de cada 4 votos. Otro dato que marca el trabajo es que más de 405 mil votantes –es decir, un 10%– migraron su voto a la oposición.

Entre las principales conclusiones, el informe destaca que el Frente de Todos solo logró retener el 57% de los votos respecto de 2019: no solo migraron a la oposición sino que “se fugó al ausentismo” el 36% de los votos que había obtenido el peronismo en la misma elección de hace dos años, lo que es en números 1.239.000 sufragios. En contraposición, Juntos retuvo el 81% de los votos obtenidos en las PASO de 2019 –que es el 59% de los votos 2021–, sumó votantes del Frente de Todos y perdió solo el 7% (238 mil electores) por la no concurrencia.

¿Cuál es perfil de los votantes peronistas que no fueron el 12 de septiembre? La consultora habla de un “patrón geográfico periférico” en el Gran Buenos Aires coincidente con “zonas de clase media baja y baja, con fuerte concentración en asentamientos precarios”. Barrios populares. Mientras que los que cambiaron su voto en este turno electoral y eligieron al macrifascismo son de clase media y clase media alta que viven en “centros urbanos” y en “los principales corredores de urbanización y transporte”.

¿Cuál es la estrategia en la que trabaja el gobierno para lograr captar más votos el 14 de noviembre? Trabajar sobre el territorio, distrito por distrito y barrio por barrio. Tanto en Nación como en la provincia de Buenos Aires trabajan hoy en el rearmado de la campaña que comenzará formalmente el 30 de septiembre y que, para el gobierno, estará enfocada en fomentar la concurrencia a votar, por un lado, y en inyectar recursos con más medidas que las anunciadas la última semana, por otro.

A diferencia de las PASO, la idea que suma cada vez más fuerza en el Frente de Todos es la de “desnacionalizar” la campaña y hacer foco en la provincia. El eje será el del “renacimiento” de la provincia, según explicaron desde la gobernación bonaerense, en línea con el discurso de reactivación pospandemia. En el marco de esta nueva estrategia habrá más apariciones de Kicillof en la calle y en los distritos para retomar la mística de 2019.

La campaña sumará caras nuevas también debido a las modificaciones en los gabinetes nacional y provincial. El desembarco de Martín Insaurralde como nuevo jefe de Gabinete, de Leonardo Nardini como flamente ministro de Infraestructura y de Cristina Álvarez Rodríguez como nueva titular de la cartera de Gobierno oxigenó el staff bonaerense y le sumó “la visión territorial” que los jefes comunales venían reclamando desde diciembre de 2019.

En los primeros movimientos, Insaurralde y Nardini sumaron a sus equipos a un intendente y un legislador, ampliando así la injerencia del sector, y también se mostraron con la candidata Victoria Tolosa Paz.

Desde algunos sectores del peronismo bonaerense, que le reprochaban a Kicillof su poca territorialidad, esperan que la llegada de los nuevos ministros aceite los vínculos pero que, además y más importante, todo el mundo se comprometa a levantar la elección. “Ya no son más Axel y Tolosa Paz, sino los intendentes”, sintetizan.

La “mesa política” que se activó esta semana entre Kicillof y los jefes comunales de la Primera y la Tercera Sección electoral fueron la primera señal de esta nueva etapa. Allí se acordó armar dos tipos de campaña: una para el primer cordón del conurbano, más basada en redes sociales y comunicación digital, pensada para sectores medios más asimilados a la ciudad de Buenos Aires; y otra más tradicional para el segundo y tercer cordón, con la conversación casa a casa, boleta en mano, que no se pudo hacer para las PASO. Es que, explican, para el día de la elección, además de garantizar el transporte, también es importante el encuentro colectivo que se produce en los barrios a la hora de ir a votar. “Ahora habrá un compromiso muchísimo mayor de los intendentes y un despliegue electoral más grande”, apuntaron fuentes del Gabinete provincial.

Evalúan que hubo un traspaso de hasta 400 mil votos de esos 1.600.000 que perdió el Frente de Todos, una parte a la izquierda, otra al voto en blanco y el resto fue ausentismo. A eso le suma que en noviembre habrá 800 mil electores que quedaron sueltos y que votaron a partidos políticos que no pasaron el piso. Por caso, Guillermo Moreno, quien sacó un 1,8%, votos que en el oficialismo miran con esperanza.

También apuestan a que las medidas que tomen desde Nación tengan un rebote efectivo en la gente y a que muchos votantes se asustaron con la eventual vuelta del macrifascismo, tras el sorpresivo resultado. Sin embargo, admiten, “habla bien de nuestro pueblo, que prefirió antes que no votarnos a nosotros no ir a votar”
Fuente: nota de Gimena Fuertes y Jorgelina Naveiro para Tiempo Argentino

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