La comunicación, de carácter informal, se produjo en el contexto de la crisis desatada en el gabinete y de la ola de funcionarios que ofrecieron su dimisión al presidente.
La vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, llamó por teléfono al ministro de Economía, Martín Guzmán, en medio de una fuerte tensión política dentro del Gobierno tras una ola de renuncias puestas a disposición del Presidente Alberto Fernández por parte de distintos integrantes del gabinete.
En esa conversación de carácter informal, según pudo saber Currín, Cristina le negó al titular del Palacio de Hacienda que haya exigido su renuncia al cargo. Ambos acordaron, además, volver a hablar en el corto plazo.
La salida de Guzmán, no obstante, había sido uno de las principales demandas al presidente por parte del sector kirchnerista del Gobierno, tras el resultado adverso obtenido por el oficialismo en las elecciones primarias celebradas el domingo pasado.
El ministro de Economía había sido ayer el protagonista central del acto que encabezó el Alberto Fernández para presentar la ley de Hidrocarburos pero que, en los hechos, le sirvió para hacer una defensa de su gestión. En su discurso, resultó llamativo el hecho de que Guzmán nombró en reiteradas ocasiones a la vicepresidenta, al gobernador Axel Kicillof –que se encontraba presente en el lugar–, y al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. También nombró a Máximo Kirchner, el jefe de La Cámpora y titular del bloque oficialista en diputados.
“Me gustó mucho cuando Cristina habló en Tecnópolis de la persistencia de la convicciones. Gobernamos 21 meses en un contexto de enorme incertidumbre donde la adaptabilidad fue fundamental”, elogió a la vicepresidenta, según versiones una de las impulsoras de su salida de gabinete. “Junto con Máximo, Cristina y Axel siempre trabajando para cuidar a la gente”, afirmó Guzmán.
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