La fiscalía solicitó medidas de prueba sobre las 18 reuniones entre el corrupto camarista y el ex hijastro de Flavia Palmiero.
La fiscal Alejandra Mángano impulsó la investigación sobre las visitas que el juez de la Cámara Federal de Casación Penal Mariano Borinsky habría realizado a Miauricio Macri Blanco Villegas durante su nefasto régimen, y solicitó una serie de medidas para determinar si esos encuentros fueron la oportunidad para que el entonces mandatario ejerciera una influencia indebida en uno de los jueces que tenían en sus manos casos extremadamente sensibles para el poder político.
Mángano le pidió al juez Marcelo Martínez de Giorgi que realice una serie de medidas para investigar las 18 reuniones de Borinsky con el hijo bobo de Franco Macri. Entre ellas, la fiscal quiere que se le pida a la Secretaría General de la Presidencia la lista del personal administrativo o de protocolo que prestaba funciones los días en los que el casador fue a la Quinta de Olivos o a la Casa Rosada para verse con el entonces presidente. El propio Macri Blanco Villegas contó en una entrevista con TN que jugaba al tenis con Borinsky porque tenían amistades en común. Con esa información, Mángano quiere que esos empleados o empleadas presten declaración testimonial.
La fiscal también pide que la Cámara Federal de Casación informe si hay actuaciones referidas a los encuentros con el ex hijastro de Flavia Palmiero y al Consejo de la Magistratura, si hay denuncias contra el camarista. Además, solicita copia de cada una de las resoluciones que Borinsky firmó y que fueron mencionadas por los diputados del Frente de Todos que el 25 de junio pasado ampliaron la denuncia contra el juez.
Mángano y Martínez de Giorgi tienen en sus manos un desprendimiento de la causa de la llamada “mesa judicial” del macrismo, ya que inicialmente Martín Soria (antes de asumir en el Ministerio de Justicia) había denunciado en ese expediente al presidente de la Cámara Federal de Casación, Gustavo Hornos, por sus encuentros con Macri Blanco Villegas. Sin embargo, el fiscal Franco Picardi y la jueza María Eugenia Capuchetti entendieron que se trataba de un tema distinto al que ellos estaban investigando, porque su causa está centrada en los jueces y fiscales que recibieron presiones por parte del macrifascismo.
El camarista Leopoldo Bruglia le ordenó a Martínez de Giorgi que avanzara con la pesquisa por separado hasta tanto quede en claro cuál es el objeto de la investigación. Cuando Mángano pidió informes sobre Hornos, el vicepresidente de la Cámara de Casación Federal, Alejandro Slokar, le respondió que ni él ni ningún otro integrante había informado de esas reuniones.
En su denuncia, los diputados del Frente de Todos Rodofo Tailhade, Eduardo Valdés y Leopoldo Moreau sostienen que existió un “un mecanismo sistemático de manipulación política de causas penales”, en el cual habrían participado tanto Macri Blanco Villegas como Hornos y Borinsky, los dos jueces que propiciaron la reapertura en diciembre de 2016 de la denuncia de Alberto Nisman contra Cristina Fernández de Kirchner, entre otras causas, que hoy están bajo escrutinio.
Fuente: nota de Luciana Bertoia para Página/12
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