Luego de oficializar al Estado como principal accionista de la empresa mendocina IMPSA, con el 63,7 por ciento y una inversión de 1.362 millones de pesos, el presidente señaló que el resultado de que se mantenga en pie "es por esfuerzo de toda la Argentina".
El presidente Alberto Fernández encabezó ayer el acto en el que se formalizó la capitalización a manos del Estado de la empresa mendocina IMPSA, escenario en el que destacó el "esfuerzo" conjunto que hicieron la Nación y la provincia de Mendoza y afirmó que “no hay derecho a que la distancia que algunos llaman grieta postergue el desarrollo y el futuro de la Argentina”.
Luego de recorrer la planta ubicada en la ciudad de Godoy Cruz, el primer mandatario recordó las diversas ocasiones en las que en su trayectoria como funcionario había estado en contacto con esa empresa mendocina que, tras años de esplendor, en el último lustro había quedado "en jaque" y al borde de la desaparición.
"Cuando era jefe de Gabinete me mostraron las aspas de los molinos eólicos, que nunca hubiera creído que eso se hiciera aquí, en Argentina. Ya siendo Presidente, IMPSA no me llegó con la alegría de aquellos años, estaba en jaque", afirmó Fernández, mientras a sus espaldas se mostraban las gigantescas turbinas que se producen en el lugar.
El jefe de Estado comentó entonces las "similitudes" entre las dificultades de la empresa y las del país, en especial las que refieren a los condicionantes de sus deudas.
En ese sentido, reconoció el trabajo de los negociadores que debieron pedirle a los acreedores "una quita" y "un plazo" de gracia para recomponer la situación financiera antes de pagar, tal como hizo el Gobierno argentino con los acreedores privados.
Además, señaló que la posibilidad de que IMPSA "se mantenga en pie es el resultado del esfuerzo de toda la Argentina" y destacó la posibilidad de trabajar en el salvataje junto con la provincia de Mendoza, cuyo gobernador Rodolfo Suarez es dirigente de la Unión Cívica Radical.
"La verdad es que terminan creando distancias entre nosotros, y a veces, por esa distancia, la gente padece. No hay derecho a que la distancia que algunos llaman grieta postergue el desarrollo y el futuro de la Argentina", señaló y afirmó por ello que si todos aprenden a "respetarse en la diversidad, todo será más fácil".
"Con el esfuerzo de todos, podemos hacer un país diferente y podemos sobrellevar la pandemia como lo estamos haciendo: enfrentando a un virus maligno que se lleva la salud y la vida de la gente, pero sin descuidar la necesidad de que la Argentina siga desarrollándose con más justicia social", agregó.
Las palabras del presidente fueron el eco de las que, unos momentos antes, había dicho el gobernador Suárez cuando afirmó que “las grietas no son una abstracción política” y que los políticos deben ser conscientes del “daño que generan en la gente”.
Luego de agradecer especialmente a los ministros Martín Guzmán y Eduardo “Wado” de Pedro por el apoyo que brindaron para facilitar la participación provincial en el recate de IMPSA, Suárez destacó la rapidez con la que se avanzó en el plan de capitalización: “Los que estamos aquí, estamos dando un gesto de empatía, no sólo con el ciudadano, sino con el empresario: nos podemos poner de acuerdo”.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, dijo que el proceso “pone fin a una larga crisis” que le “podría haber costado su existencia” a la empresa y auguró el inicio de “una etapa de crecimiento”.
Asimismo, aseguró que el caso IMPSA “ofrece un ejemplo cargado de simbolismo” de lo que significa “la idea de poner Argentina de pie”.
Juan Carlos Fernández, CEO de la empresa, explicó por su parte que el salvataje se inició luego de 6 años muy difíciles: “Fui a tocarle la puerta al ministro Matías Kulfas y al gobernador (Suarez) para darle factibilidad a la empresa. Todo se hizo en silencio”.
Esta solución permite “mantener las fuentes de trabajo y su tecnología” pero, además “permite competir en el exterior” con productos industriales que llegan a más de 40 países.
Finalmente, el titular de la UOM, Antonio Caló, celebró la recuperación, estimó que “los trabajadores están contentos”, dijo que IMPSA es “la décima fábrica metalúrgica” que se pone en marcha junto al presidente y subrayó que, aún durante la pandemia, se incorporaron más de 18 mil nuevos trabajadores metalúrgicos al mercado laboral.
Una empresa estratégica
La inversión de 1.362 millones de pesos del Estado nacional, que se suma a los 454.300.000 pesos que destinará la provincia cuyana, permitirá preservar años de inversión en el desarrollo de tecnología y en formación del capital humano, además de garantizar la continuidad de más de 720 empleos y el trabajo a más de 100 Pequeñas y Medianas Empresas mendocinas, añadieron las fuentes.
IMPSA es una empresa estratégica para el desarrollo nacional que cuenta con más de 100 años de trayectoria, exporta el 85 por ciento de su producción y tiene presencia en más de 40 países al generar equipamiento para la industria de oil y gas y de la energía hidroeléctrica, nuclear, eólica y solar fotovoltaica.
La compañía es referente internacional en materia de energía para la exportación de productos industriales de alto valor agregado, reconocida a escala global por su alto nivel de especialización y calificación.
Con esta inversión, el Estado nacional se transformará en el principal accionista con el 63,7 por ciento del total, a la vez que el provincial participará con el 21,2%, indicaron los voceros.
El 15,1% restante permanecerá en manos privadas: un 9,8% correspondiente a las acciones al fideicomiso de acreedores y el otro 5,3% para el fideicomiso de la familia fundadora.
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