Se trata de Ramón Juárez, portero del Colegio Galileo Galilei. Estaba internado desde el martes en la Clínica Paredes de Laferrere.
Ramón Juárez tenía 58 años y era portero del colegio Galileo Galilei, en Palestina y Corrientes. Estaba internado por coronavirus desde el martes.
El miércoles comenzó a recibir asistencia de oxígeno y murió en la madrugada de ater en la Clínica Paredes de Laferrere.
Se trata del séptimo trabajador de la educación que fallece en la ciudad de Buenos Aires desde el retorno de las clases presenciales, y el primero del ámbito privado.
Su caso se conoció mientras sigue el paro de los sindicados docentes mayoritarios -UTE y ADEMYS- contra la presencialidad impuesta por el nefasto régimen de Horacio Rodríguez Larrata pese a la virulencia de la segunda ola de coronavirus. Y se suma a la lista de docentes y auxiliares víctimas fatales del covid-19 en el distrito.
El primero fue Jorge Langone, profesor de taller en una escuela técnica de Villa Lugano. Luego murieron el auxiliar docente Juan Carlos Ramírez (55) de la escuela 21 DE 3, y el estudiante de una escuela Willian Marín, de 22 años. Después fue Marcelo Mendoza: tenía 55 años, siete hijos y varios nietos. Era preceptor en la escuela CENS 62 de San Nicolás y tomaba tres colectivos a diario para llegar.
Días atrás se conocieron los casos de Mónica Suárez, maestra de nivel inicial en el Distrito Escolar 20, y Marcela López, personal administrativo del Distrito Escolar 8.
Cuando ocurrió la primera muerte, desde la comunidad educativa de Jorge Langone las y los docentes advirtieron que Larreta y su ministra de Educación, Soledad Acuña, “piensan avanzar sobre nuestros cadáveres”. Más de un mes después, docentes y familias siguen reclamando no ser obligados a la presencialidad en plena pandemia, en un distrito con los niveles de contagio y muerte más altos del país.
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