El grupo de dirigentes llevó a cabo ayer su quinto encuentro, en el que discutió y aportó material para el que será su nuevo manifiesto, titulado “Latinoamérica cambió”, que se dará a conocer próximamente.
Presidentes, ex mandatarios, funcionarios, legisladores y referentes de izquierda y centroizquierda enrolados en el Grupo de Puebla coincidieron en la necesidad de la unidad de la región para enfrentar los desafíos de estos tiempos y advirtieron que la pandemia del coronavirus dejó expuesta de manera muy marcada las desigualdades sociales dentro de América Latina y entre esta zona y Europa.
El Grupo de Puebla llevó a cabo ayer su quinto encuentro, en el que discutió y aportó material para el que será su nuevo manifiesto, titulado “Latinoamérica cambió”, que se dará a conocer próximamente.
El debate virtual reunió a una destacada paleta de figuras de casi todos los países de la región y España, entre ellos los presientes de Argentina y Bolivia, Alberto Fernández y Luis Arce; y los ex mandatarios Rafael Correa (Ecuador), Luiz Inácio Lula Da Silva y Dilma Rousseff (Brasil); Fernando Lugo (Paraguay); Ernesto Samper (Colombia) y José Luis Rodríguez Zapatero (España).
La coordinación estuvo a cargo del chileno Marco Enríquez-Ominami y parte del debate lo coordinó la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad argentina, Elizabeth Gómez Alcorta.
“Es esencial que América Latina vuelva a integrarse y vuelva a discutir. Unidos podemos lograr mucho más que separados. La pandemia demostró que todos corremos frente a lo desconocido cada uno por su lado. Hubiera sido mejor un lugar donde reunirnos y negociar conjuntamente las vacunas, por ejemplo”, resaltó el presidente Fernández.
Juzgó además que “la unidad es una deuda, pero además algo que conviene, para que cada día se afiance del mejor modo la democracia en el continente” y subrayó que “voy a poner todo de mí para que así sea. Cuentan conmigo para trabajar en esa unidad”.
Repasó además la breve historia del Grupo, desde el triunfo de Manuel López Obrador en México hasta las victorias del Frente de Todos en Argentina y del MAS en Bolivia, “y la que esperamos ahora para tener otro gobierno progresista en Ecuador”, donde hay elecciones convocadas para el 7 de febrero.
Consideró finalmente que “una mejor integración, el respeto por la diversidad y terminar con la desigualdad que signó a América Latina en los últimos años son los desafíos por delante”.
A su turno, Rousseff advirtió que la democracia en su país está "totalmente corrompida", pero que la responsabilidad no es únicamente de Jair Bolsonazi, porque él sería "producto de la corrosión", sino que el inicio de toda la degradación pasa por el juicio a adversarios políticos y al "golpe" que sufrió Lula con el proceso judicial en contra y ella misma con el juicio político en 2016.
Rousseff pidió que el manifiesto inicial en el que se habla de "golpes blandos" sea modificado, porque "que no haya tanques en la calle, invasión de domicilios, cierre del Congreso Nacional y tortura explícita no significa ningún tipo de blandura".
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, destacó la “urgencia de que América Latina recupere sus resoluciones y trabajos conjuntos” y puso como ejemplo de esa necesidad como los países de la región procuran acceder a las vacunas contra el Covid-19 “en condiciones muy desfavorables en comparación con Estados Unidos y Europa”.
“La lección más importante de la pandemia es la conveniencia de instalar con alta prioridad el desarrollo de nuestra tecnología, nuestra capacidad de respuesta y peso político. Solidaridad e igualdad, con perspectiva de género”, reclamó Ebrard.
El colombiano Samper, uno de los coordinadores del texto, puso de relieve “los vientos progresistas de la región en cuyo marco se presenta esto” y fue más allá aún y destacó “la muy importante agenda que propone (Joe) Biden en Estados Unidos, en migración, en cambio climático, sobre Cuba y hasta sobre el proceso de paz en Colombia, que está en una suerte de `modo avión` peligroso”.
Samper instó a que las ideas volcadas en el próximo manifiesto sirvan de “bases” para los candidatos progresistas en futuras elecciones en la región, e insistió en que “nada de lo que propongamos va a llevar a ninguna parte si no somos capaces de integrarnos”. “La integración es el comienzo de la solución de los problemas”, expresó.
Desde España, el ex presidente Rodríguez Zapatero realzó “el rol fundamental de sólida fortaleza y certidumbre” que da el Grupo, ponderó “la búsqueda de la unidad en el terreno de las ideas” y consideró que debe trabajarse “en 3 puntos centrales: la afirmación democrática, la respuesta social y la integración”.
Propuso el ex mandatario que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) “haga una radiografía del estado de la vacunación en cada país de América en comparación con los países desarrollados, de modo de hacer evidente la desigualdad” y aconsejó “un diálogo más directo con la Unión Europea”.
“Cuando más debates, mejor. Las grandes conquistas, los grandes avances se lograron ganando el debate de las ideas; la movilización intelectual es lo que mueve la conciencia política”, dijo.
Correa, en tanto, consideró que la pandemia fue “una terrible prueba que desnudó nuestras debilidades, pero a la vez le da la razón al progresismo”, porque la región tiene el 8 por ciento de la población pero el 30 por ciento de contagios, y advirtió especialmente los graves cuadros sanitarios de Perú y Ecuador, “con dos gobiernos neoliberales”.
“Es preciso superar las crisis con el menor costo y decidir quién carga con esos costos. Se trata de una relación de poder, según quien está al mando. El nuevo colonialismo es el cognitivo, así que tenemos que generar conocimiento”, afirmó el ex presidente ecuatoriano, que vive en Bélgica desde que dejó el Palacio de Carondelet.
Coincidió con él el senador argentino Jorge Taiana en cuanto a que la pandemia “reprodujo la escandalosa desigualdad estructural” de las sociedades, elogió “la amplitud” que permita pensar “una salida para las situaciones de Cuba y Venezuela” y llamó a pensar “no solo la salud como bien público, sino también la educación”.
“La soberanía nacional es también una cuestión relevante. Y a diferencia de tiempos pasados, hoy la soberanía es sinónimo de integración”, concluyó Taiana.
Del debate participaron también los ex ministros brasileño Aloizio Mercadante y Celso Amorin; la ex ministra colombiana Clara López; el ex canciller ecuatoriano Ricardo Patiño; el senador colombiano Iván Cepeda; y la titular de la RREE española, Arancha González Laya.
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