miércoles, 22 de marzo de 2023

Cristina: “No me importa si me van a meter presa, sino que volvamos a reconstruir un estado democrático”

La vicepresidenta expuso junto a ex mandatarios de la región con fuertes críticas a la Justica, a los medios y al régimen de Macri. "Nos persiguen porque igualamos a la sociedad", dijo. Además, defendió su gestión en derechos humanos.



Cristina Fernández de Kirchner tuvo que frenar su discurso muchas veces anoche, en el Salón de la Ballena Azul del fastuoso palacio del ex Correo donde hoy funciona el Centro Cultural Kirchner. Rodeada de ex mandataros regionales y juristas, la vicepresidenta sonrió cada vez que los dirigentes y militantes que se habían congregado en el auditorio para escucharla le dedicaron los ya clásicos, encendidos cantos de “Cristina Presidenta”. En una de las primeras interrupciones, la ex presidenta inclusive se puso de pie, para devolver el gesto a sus seguidores.

La ex jefa de Estado ingresó al auditorio pasadas las 19.30, junto al ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, uno de los presidenciables de su espacio político que espera su aval para avanzar hacia las Primarias. 

Fue un gesto de cercanía con el referente camporista moderado y uno de sus dirigentes los más cercanos. 

Minutos antes habían hecho su entrada, juntos a pesar de las diferencias subterráneas que los atraviesan, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y su ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés Larroque. Máximo Kirchner el titular de La Cámpora, eligió no participar. Había pasado casi una hora desde el horario en que estaba previsto que hablara para cerrar la segunda jornada del Foro Mundial de Derechos Humanos.

El discurso de Cristina contuvo fuertes críticas a la Justicia, a los medios de comunicación y a Miauricio Macri. Y al igual que en la Universidad de Río Negro, hace menos de dos semanas, la vicepresidenta hizo referencia al concepto de “economía bimonetaria” que viene repitiendo en sus mensajes desde hace dos años.

Se preveían esas referencias, entre las cuales llamó a resolver los problemas de la Argentina en conjunto con los otros espacios políticos y pidió garantías constitucionales. Pero la gran incógnita era, y sigue siendo, sobre sus definiciones electorales. 

Si bien no respondió a las dudas sobre si se presentará como candidata en las PASO, ni nombró a un delfín, tampoco negó que sostenga, en algún punto, la ambición de volver a competir por el sillón de Rivadavia a pesar de su “proscripción”.


“No me importa si me van a meter presa, sino que volvamos a reconstruir un estado democrático en el cual las garantías que establece la Constitución no sean cartón pintado. Se trata de volver a construir un país como el que alguna vez tuvimos. Se puede hacer porque alguna vez lo hicimos”, dijo en el pasaje más aplaudido de su alocución.

Aunque no dijo qué hará, o a quién bendecirá -esta vez no mencionó ningún nombre-, la vice dejó la puerta abierta nuevamente a una candidatura, al reivindicar, en repetidas ocasiones, su propia gestión y la de Néstor Kirchner. “Cuando me tocó asumir en 2007, en el Congreso había oficialismo y oposicion, y las leyes se votaban sin amenazas, según la convicción de cada uno. Y también le tocó a él reconstruir un Poder Judicial que tenía la mayoría automática que habia denunciado”, dijo.

Además, volvió a denunciar, rodeada de ex presidentes y líderes miembros del Grupo de Puebla, que está sometida a una ”persecución” en su contra que tiene como objetivo “no solo volver a imponer un modelo económico, sino también disciplinar” a “los dirigentes del campo popular y nacional”.

Y sobre el final de su alocución hizo una pregunta sugerente, que respondió de manera sugerente, y que representa el eje de los interrogantes a lo largo y ancho de su espacio: “¿Quién se va a animar otra vez a, por ejemplo, tareas como recuperar las AFJP, o recuperar YPF o decirle no al Fondo Monetario Internacional?”, dijo. Una militante le contestó con un grito: “Vos, Cristina”.

Aunque CFK no pareció escucharla, se contestó a sí misma, a medias: “Esto no es tarea de una persona, esto es tarea de una sociedad y de fuerzas populares y democráticas que deben organizarse con convicción y con fe. La verdad siempre sale a flote”, dijo, dejando abierto el juego de la interna, una vez más, cuando faltan tres meses para el cierre de listas.

“Son los riesgos de la política, porque cuando uno decide jugar de un lado, sabe que no es gratis. Si vas con los otros y con los medios, no hay problema. Te ven rubia y con los ojos azules. El problema es cuando uno decide jugar del lado del pueblo y de las grandes mayorías populares”, finalizó.

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