Un predio en una de las zonas más deseadas en la Capital Federal es señalado por personas cercanas a Bergoglio como parte de la polémica por el manejo discrecional de propiedades. La empresa a la que se vendió y la audiencia con sus empresarios.
La polémica que agita a la Iglesia argentina por el proceso de auditoría ordenado por el Papa Francisco desde Roma por un supuesto manejo discrecional en la venta y alquiler de propiedades del Arzobispado porteño comenzó hace meses. Desde el inicio del último verano que personas cercanas a Jorge Bergoglio señalaban el proceso en comienzo.
En el foco de la tormenta había dos presbíteros ligados a la contabilidad del arzobispado, con la Delegación para la Administración Arquidiocesana. La interna, aseguran, es ideológica: sacerdotes progresistas, de una mirada social, contra sacerdotes mucho más conservadores; curas de Poli contra curas del Papa. De cara a estas versiones, representantes del Arzobispado y diversos obispos que fuentes cercanas al Papa señalaban como citados a declarar en el proceso de auditoría, no lo negaron: directamente no ofrecieron una respuesta, amparados en la dispersión del verano.
Había también un enroque en el tablero, una salida que le permitió al ultraconservador Poli ganar aún más poder en su rol como arzobispo y virtual hombre fuerte de la Iglesia argentina. “El vicario general de la Arquidiócesis, el segundo al mando, administrador del Arzobispado y que también lo fue durante varios años de toda la Conferencia Episcopal Argentina fue monseñor Joaquín Sucunza, que acompañó a Bergoglio y ordenó las cuentas durante 20 años”, asegura una fuente particularmente cercana a Francisco.
Uno de los accesos al predio de Puerto Madero |
A mediados de junio de 2021, Sucunza deja su rol económico. Dos hombres ligados a Poli tomaron la delantera. “De repente empiezan a aparecer operaciones como ‘nuevas’”, sigue el hombre leal al Papa, pero “casualmente fuera del circuito normal de la administración anterior, sin rendiciones claras ni destino”. Sucunza, que celebró sus 50 años de sacerdocio a fines de 2021 y según la agencia AICA renunció por su edad el año pasado o fue llevado a renunciar, depende de la versión aunque continúa como obispo auxiliar. Fue contactado por este medio en su despacho. Tampoco regresó los mensajes.
Esta semana, un artículo del pasquín envuelve huevos Clarín que citó la investigación ordenada por Bergoglio empujó a la Iglesia a reconocer la situación. Poli estaba en viaje a Roma: la Iglesia negó en un comunicado que la auditoría hallara “delitos o negociados” y que fuera a la Santa Sede a recibir un castigo. No es la primera vez que el cardenal tiene que enfrentar críticas por un manejo discrecional del multimillonario patrimonio eclesiástico. En noviembre de 2020, se supo cómo el cardenal primado se presentó en el Tribunal N°3 como “fiador personal” del cura Fernando Pascual, acusado de violar monjas y preso en el penal de Ezeiza, para que cumpla la prisión domiciliaria en un domicilio del Arzobispado.
Lo que preocupa, ahora, es saber cuáles eran esos negocios que generaron la ira del Papa. El hombre leal a Bergoglio dice “miren a Puerto Madero”.
Todo está en documentos del Gobierno de la Ciudad: el 29 de diciembre de 2020, se realizó una audiencia pública para el análisis del predio “sito en las calles Aimé Painé Nº 1682, Rosario Vera Peñaloza Nº 403, Julieta Lanteri s/n y Encarnación Ezcurra s/n”, presidida por María Luján Azcurra, actual Directora General de Evaluación Ambiental. El predio en cuestión medía poco más de diez mil metros cuadrados. Ya funcionaba una parroquia en ese lugar, la iglesia Nuestra Señora de la Esperanza, la conocida parroquia de Puerto Madero. En el predio “se encuentra en un templo preexistente, con frente a la calle Aimé Painé, casi boulevard Rosario Vera Peñaloza, y deja libre el resto de la manzana, con dos frentes sobre los parques públicos”, según consta en la versión taquigráfica. Los dueños habían aplicado desde mucho antes al Gobierno porteño, la Dirección General de Interpretación Urbanística había considerado factible el desarrollo el 15 de noviembre de 2019.
El plan, de por sí, era ambicioso. “Se construirá un jardín de infantes, una escuela de educación primaria y secundaria; un local y una oficina comercial; una estación de servicio con un shop de ventas y oficinas administrativas. Y también se proyecta la instalación de un local gastronómico y un local concesionario de venta de automotores. Aclaramos que, respecto del uso anterior del predio, era un terreno baldío”, dijo vía Zoom la profesional que elaboró en informe técnico de impacto ambiental.
El cura del lugar también habló. “Soy el párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Esperanza desde el mes de marzo de este año”, por 2020. “Al asumir la parroquia ya estaba en marcha el proyecto constructivo. En la Diócesis de Buenos Aires siempre supimos que este terreno estaba destinado a hacer una escuela. Antes de que yo asumiera como párroco se fue armando el proyecto que estamos compartiendo en esta audiencia. Creo que es parte de nuestra misión, como Iglesia, ofrecer espacios de educación en un barrio que está creciendo. Ya no es más un barrio de gente sola; empieza a haber muchas más familias, las que van a poder tener acceso a una educación de calidad cerca de su casa. Y también, teniendo en cuanta la cercanía del barrio Rodrigo Bueno, el que tiene cantidad de jóvenes y de niños que tienen que viajar mucho para conseguir un espacio educativo, nosotros, desde la parroquia, se lo podemos ofrecer”, continuó.
Había otro hombre de la Iglesia citado al Zoom, el sacerdote Pablo Juan Corbillón, delegado del arzobispo Poli en la Vicaria Pastoral de Educación, que no se conectó al ser llamado.
Y después estaban los empresarios que controlaban el predio. La intervención en la audiencia que sigue es reveladora: a la empresa, el Arzobispado le entregó la concesión del terreno por cuarenta años.
“Buenos días. Junto con mi socio y amigo Antonio estamos en este proyecto desde hace mucho tiempo. Nos llevó bastante tiempo poder encuadrarlo porque no solo era un tema de poder realizarlo en base a una situación comercial que fuera factible para nosotros ya que es una concesión a cuarenta años, y hay que encuadrarla dentro de eso”, el hombre afirmó.
“Sino que también están las necesidades y requerimientos que tenía el Arzobispado tenía y había que compatibilizarlo de tal manera para poder cumplir con el requisito fundamental que tienen pendiente desde la donación inicial del terreno que es, como cargo, la construcción de una escuela. Se va a cumplimentar con este contrato quedando, de esa manera, consolidada para el Arzobispado la donación en forma definitiva, permitiéndonos a nosotros encarar algo ajustado a las normas comerciales, tal como dijo Antonio, del Gobierno de la Ciudad con un punto que va a ser muy interesante para el barrio y para la gente de la comunidad de la zona. Eso es todo”, finalizó.
La firma en cuestión es Lomfako SA, fundada en 2014 según el Boletín Oficial, con domicilio en Ciudadela, dedicada en los papeles de la AFIP a los rubros de combustibles y construcción. “Antonio” es Manuel Antonio Fernández Menéndez, uno de sus principales socios. Quien reveló el vínculo entre el Arzobispado y Lomfako es su presidente, Fernando José Torretta, también empresario, un hombre movedizo que en las últimas dos décadas conformó más de una decena de firmas para múltiples rubros: desde aguas y gas a radio con pauta oficial.
Por lo pronto, en el predio no hay un cartel de obra, apenas algo que se parece a una playa de estacionamiento y varios escombros.
Para los partidarios del Papa, el negocio es cuestionable. Un hombre clave en los movimientos de Bergoglio fuera de la Iglesia afirma: “Canon bajo, 40 años de cesión, zona premium. No es incorrecto, no es malo. Pero se hizo todo bajo cuerda. Y así no va”.
Mientras tanto, la versión oficial es otra. La agencia AICA publicó dos días atrás: “El papa Francisco recibirá en audiencia el jueves 5 de mayo al cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, en casa Santa Marta. Durante su encuentro, el purpurado porteño compartirá con el Santo Padre el camino pastoral de la arquidiócesis, especialmente la experiencia vivida en la Asamblea Sinodal con la que concluyó el primer Sínodo Arquidiocesano. Al mismo tiempo, le entregará una publicación con los documentos finales votados por los más de 200 sinodales el pasado noviembre”. Del manejo de propiedades, nada.
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