lunes, 18 de abril de 2022

Santiago Cafiero: “Nadie obliga a nadie a ser parte de un Gobierno en el que no coincide con el rumbo”

El canciller señaló que todos los funcionarios “deben coincidir con el presidente” y criticó a los dirigentes kirchneristas que cuestionaron a Alberto Fernández.


Santiago Cafiero es considerado uno de los hombres de confianza del presidente Alberto Fernández. Sus declaraciones reflejan, en cierto modo, el pensamiento del presidente, que atraviesa una feroz interna con el kirchnerismo dentro del Frente de Todos, y un momento de gran felicidad por el nacimiento de su hijo Francisco.

En este contexto, Cafiero dijo que “nadie obliga a nadie a ser parte de un Gobierno en el que no coincide con el rumbo”, y remarcó que “todos los que están trabajando en el Ejecutivo deben coincidir con el rumbo que ha fijado el Presidente y con las decisiones que va tomando”.

Estas declaraciones van en sintonía con las expresiones de otro funcionario del Gabinete como el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, en las cuales planteó -la semana pasada- la necesidad de que aquellos que no están de acuerdo con el rumbo económico “por lo menos no estorben”.

A raíz de los cuestionamientos públicos hechos por distintos dirigentes políticos del Frente de Todos sobre el rumbo de la economía, el canciller aseguró que “hay muchos compañeros que tienen poca notoriedad y la tratan de buscar a partir de dar declaraciones”. Pero luego, decidió suavizar su discurso al destacar que “hay funcionarios responsables” que trabajan para lograr la unidad de la coalición gobernante.

En declaraciones a la nefasta señal ultra opositora TN, el funcionario reconoció que el presidente tiene diferencias con Cristina Fernández de Kirchner y el diputado Máximo Kirchner sobre la gestión del Gobierno, pero advirtió que ambos “representan y defienden el mismo modelo de país”. Además, sostuvo que le cree al líder de La Cámpora cuando dice que busca la unidad.

Con respecto a posibles cambios en el Gabinete, del cual Cafiero supo ser el principal conductor y tuvo que dar un paso al costado luego de la derrota del Frente de Todos en las últimas PASO, señaló: “Cuando el presidente llama hay que estar y cuando pide corregir los equipos de gestión hay que hacerlo”.

En todo momento, Cafiero intentó minimizar la tensión entre el presidente y la vice y puso en su boca unas palabras que le escuchó decir al propio Alberto Fernández: “El presidente dijo que prefiere tener un frente que debata y discuta hasta que se ponga de acuerdo, pero que sea diverso”.

“Los objetivos son similares. Yo puedo tener diferencias de mirada con Máximo,con  Cristina, con algún compañero de La Cámpora, pero te aseguro que el proyecto de país que ellos defienden y representan es el mismo que defiendo y represento yo”, remarcó.

Al ser consultado sobre los llamados a la unidad que hizo Alberto, el canciller pronosticó que las actuales diferencias serán superados porque en el Frente de Todos nadie quiere que esto sirva de excusa para que vuelva a gobernar el neoliberalismo en el 2023.

“La principal certeza es que el Gobierno de los ricos para los ricos no se vuelva a instalar en nuestro país. Hoy se expresa una derecha que hasta incluso tiene visos de antidemocrática y autoritaria y ese es el verdadero contrincante, no es un contrincante interno”, advirtió.

Con respecto a cuándo podría generarse un encuentro entre el jefe de Estado y la vicepresidenta para limar asperezas, Cafiero evitó dar precisiones: “No lo sé, pero han hablando muchísimo, tienen una relación de años. No creo que sea una cuestión determinante. Lo importante es si este gobierno trabaja para dar respuesta a la sociedad”.

Y sobre las explosivas declaraciones del diputado Máximo Kirchner, que dijo que cada vez es más difícil para los trabajadores llegar a fin de mes por los constantes aumentos, Cafiero volvió a echarle la culpa al macrifascismo.

“Todavía no se recuperaron los 20 puntos de caída que provocó el macrismo. Ahora tenemos por desafío avanzar en esta dirección con un programa económico que da resultados desde el punto de vista del crecimiento y el empleo pero todavía le cuesta generar instancias distributivas”, explicó y dijo que “una mala negociación con el FMI hubiera tenido una reacción muy nociva hacia este camino de crecimiento que transita la Argentina, por eso no era una opción”.

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