En la Casa Rosada tomaron la imagen como una señal para Máximo Kirchner por su rechazo a avalar la negociación con el Fondo. En el Ministerio del Interior aseguran que la visita solo fue para contar la gira del ministro por España.
El presidente Alberto Fernández recibió ayer a la mañana al ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, en su despacho de la Casa Rosada.
En lo formal, el encuentro fue para que el funcionario le contara la gira que realizó por España, donde se reunió con miembros del gabinete de ese país, legisladores, alcaldes, y referentes de la cultura y de organizaciones sociales.
El costado político está vinculado a las negociaciones del Gobierno para sacar adelante el proyecto del FMI en el Congreso. En la Casa Rosada tomaron el encuentro como un gesto de acercamiento a la postura oficial, en un momento de muchas dudas y tensión por la negociaciones con la oposición y el propio oficialismo para aprobar el acuerdo con el Fondo en la Cámara de Diputados.
Pero también fue tomada como una señal enviada a Máximo Kirchner, que cuestionó el acuerdo y que, junto a su agrupación, no acompañaría la norma en el recinto. Al menos es lo que en Balcarce 50 desprenden del silencio que han mantenido los legisladores La Cámpora hasta el momento, respecto de qué harán cuando se deba votar el final de la negociación alcanzada con el organismo internacional.
En el ministerio del Interior aseguran que la reunión fue exclusivamente para hablar sobre la gira por España y que no se tocó el tema del acuerdo. Lo cierto es que en este momento de absoluta incertidumbre y reuniones múltiples en todos los rincones del Gobierno, la foto toma relevancia teniendo en cuenta que De Pedro es parte de la mesa de conducción camporista.
De Pedro está reconstruyendo su relación con el jefe de Estado después de largos meses en el que vínculo fue distante y frío, como consecuencia de la crisis post PASO, en la que el ministro puso su renuncia a disposición como parte de una jugada política del kirchnerismo para presionar a Fernández y obligarlo a realizar un cambio del Gabinete.
En ese camino, hubo una parada importante el último fin de semana cuando el titular de la cartera de Interior respaldó el entendimiento con el FMI y su votación en el Congreso. Lo contrario a lo que hizo su amigo Máximo Kirchner, líder de La Cámpora.
“El acuerdo con el FMI es el comienzo de la solución, evita una catástrofe en lo inmediato”, sostuvo De Pedro en una entrevista con el diario El País. Esa expresión estuvo consensuada con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que a través de su voz dio una señal para darle un respaldo institucional en el Congreso a lo acordado con el organismo multilateral de crédito. En especial en el Senado, su territorio de poder.
Es extraño lo que pasa en La Cámpora. Máximo Kirchner está dispuesto a no acompañar el acuerdo y la renuncia a la presidencia del bloque oficialista en la Cámara baja generó una nueva crisis interna en el Gobierno, lo que generó resquemores dentro de las distintas vertientes del peronismo.
Mantiene un vínculo distante con Fernández y los legisladores de su agrupación no respaldarían el acuerdo, lo que obliga a la Casa Rosada a ceder ante los pedidos de Juntos por el Cambio para que el acuerdo pueda pasar la barrera de Diputados. Un fracaso podría provocar que se disparen todas las variables de la macroeconomía.
De Pedro, que tiene un lugar muy relevante en el esquema de poder camporista, respaldó el acuerdo con el FMI y da señales de acercamiento a Alberto Fernández en medio de horas complicadas para el Presidente. Además, fue uno de los que le recomendó al hijo de Cristina que no renunciara a la presidencia del bloque.
Son dos posturas distintas dentro de la cúpula de una misma organización. Espacio político que se distingue por ser orgánico y vertical. Quizás la diferencia sustancial resida en que De Pedro cumple órdenes de la Vicepresidenta y que ella no tiene voluntad de que Argentina entre en un default. Por más malo que le parezca el acuerdo, en su postura primaría una contención institucional al Gobierno.
La Casa Rosada se enfrenta a horas decisivas para sacar adelante el acuerdo con el FMI en el Congreso. Deben definir si aceptan los pedidos de la oposición y modifican el articulado, o si se mantienen con la ley vigente e intentan convencer a La Cámpora de prestar sus votos y lograr una aprobación ajustada.
Hasta el momento la opción que más consensos genera es la primera, pero las definiciones empezarán a materializarse con el pasar de las horas.
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