Antes de subirse al avión que lo llevó a España para continuar con su gira europea, el presidente le dejó un mensaje a la coalición opositora de ultra derecha.
El presidente Alberto Fernández leyó la postura de la mesa nacional de Juntos por el Cambio de rechazar la ley que impulsa el Gobierno para regular las restricciones sanitarias del coronavirus, y decidió responder.
Lo hizo minutos antes de subirse al avión que lo trasladó a España para continuar con su gira europea y luego de un paso estratégico por Portugal, donde logró un fuerte respaldo del premier Antonio Costa en la negociación con el FMI.
“Antes de oponerse, que primero lean la ley”, reaccionó el jefe de Estado. Para la coalición opositora, que se reunió de manera virtual, el proyecto que llegará al Congreso esta semana le dará “superpoderes” a Alberto Fernández en medio de la pandemia.
Incluso, y aunque sus principales dirigentes reconocieron no conocer aún el texto de la iniciativa, consideraron que es “inviable” disponer nuevas restricciones sanitarias “luego del marco que impuso la Corte Suprema con el fallo que avaló las clases presenciales en la ciudad de Buenos Aires y reconoció la potestad de los gobiernos provinciales”.
Esta posición del macrifascismo, de manifestarse en contra sin saber el detalle de la propuesta, molestó a Alberto Fernández, que antes de ayer ratificó en una charla distendida ante los miembros de la comitiva oficial y los periodistas que cubren la gira europea el adelanto de este medio sobre el envío al Congreso de un proyecto para tener consenso político y evitar la intervención de la Corte en las próximas instancias que sean necesarias implementar medidas para contener el impacto del rebrote de cononavirus.
“Ya la firmé y Santiago (por Cafiero) la va a mandar al Congreso”, ratificó. La iniciativa se apoya en los DNU ya dictados y que ya impusieron restricciones en el AMBA por lo menos hasta el 21 de mayo, y en aportes de la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
Con relación a la Ley de Pandemia, como la denominó un funcionario de Casa Rosada, ya había sido anticipada por el propio Alberto Fernández durante el acto del Frente de Todos en la localidad de Ensenada, aquel que representó “la foto de la unidad”, en una semana que había estado signada por las discusiones internas sobre la política energética y el rol del ministro de Economía, Martín Guzmán.
Allí, habló de una ley “para que en función de criterios científicos claros y precisos se faculte al Presidente de la Nación y a los gobernadores a tomar restricciones y medidas de cuidado durante esta situación excepcional”. Tras el anuncio, Cafiero e Ibarra comenzaron a trabajar en el texto del proyecto.
El Poder Ejecutivo propondrá una suerte de semáforo epidemiológico que fije los indicadores a partir de los cuales las distintas administraciones provinciales no solo estarán facultadas, sino también aconsejadas, a aplicar distintas medidas como podría ser el paso de la educación presencial a la virtual, un tema que dio origen a la judicialización de las políticas públicas adoptadas frente a la pandemia. Un sistema similar funciona en la provincia de Buenos Aires desde el inicio de la pandemia.
En Casa Rosada apuestan a que sea aprobado antes del 21 de mayo, fecha en la que vence el DNU. Más allá de la postura de Juntos por el Cambio y el rechazo opositor, que sumaría también a los legisladores de Córdoba alineados con el gobernador Juan Schiaretti y los miembros de Consenso Federal, que responden a Roberto Lavagna, el oficialismo tendría el número para aprobar la iniciativa.
“No vamos a votar superpoderes para el presidente. Desde que asumió gobierna con leyes de emergencia, facultades delegadas y a puro DNU. Los resultados están a la vista: pésima gestión de la pandemia y de la economía. La emergencia no está por encima de la Constitución Nacional”, planteó el diputado radical Mario Negri, presidente del interbloque del frente opositor de ultra derecha.
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