Mientras el distrito capitalino alcanza su pico de contagios, el régimen de Horacio Rodríguez Larrata difundió un relevamiento que denuncia la baja asistencia de docentes a los apenas tres centros de testeo voluntario habilitados para el sector, una medida que había anunciado como garantía del inicio de clases presenciales.
“Magnificamos de manera inapropiada la cantidad de acompañantes para los adultos mayores”, dijo Fernán Quirós cuando la aglomeración en la primera jornada de inmunización de la población de 80 años y más. “Dependemos del ritmo de vacunas que nos van dando desde Nación”, argumentó el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larrata cuando se le cuestionó el lento proceso de vacunación en la ciudad. Se podrían citar otros ejemplos en los que el Ejecutivo porteño, ante un error en la gestión, desliza responsabilidades en los demás o culpa abiertamente a otro. Una estrategia recurrente que volvió a ser utilizada en las últimas horas.
Todo indica que el Ministerio de Educación de la CABA apunta a inculpar a las y los trabajadores de la educación por los contagios en las escuelas. En las últimas horas, la cartera que conduce Soledad Acuña difundió un relevamiento en el que asegura que solo el 0,4% de los docentes porteños se testea regularmente cada 15 días.
Según el informe, en la ciudad de Buenos Aires hay alrededor de 110 mil trabajadores en el sector, entre docentes y personal auxiliar, de los cuales 35.653 se realizaron el testeo una sola vez (el 32,4% del total); y de ellos, 6437 se hisoparon dos veces (casi el 6%). Sólo 440 docentes (el 0,4%) lo hace cada dos semanas de manera regular. El Ejecutivo porteño difundió este informe en la misma semana en la que la Ciudad rompió su propio récord de contagios. Fue el lunes, con 2109 nuevos casos confirmados.
El mismo día de la difusión de estos datos, Rodríguez Larrata habilitó la posibilidad de que los docentes y no docentes puedan realizar su testeo en horario laboral, volviendo a la escuela una vez finalizado el hisopado. Cabe destacar que el testeo no es obligatorio y que el régimen porteño sólo habilitó tres centros de hisopado para docentes en toda la ciudad. Uno solo atiende los siete días de la semana: en La Rural, de lunes a domingos de 8 a 20 horas. Los de La Usina del Arte y la Sede Comunal 7 (Av. Rivadavia al 7200) atienden de lunes a viernes de 9 a 15.
Desde enero, antes del inicio apresurado de las clases presenciales en la ciudad, los gremios docentes porteños reclamaron al menos un centro de testeo por comuna para poder garantizar la masividad de los hisopados, pero las autoridades desoyeron el pedido. El objetivo era evitar al máximo la circulación de los 110 mil trabajadores hacia esos tres puntos, ya que miles de ellos deben tomar dos o más medios de transporte para llegar a esos centros, muy alejados de sus lugares de trabajo.
“Es importante que todos los docentes de la ciudad puedan testearse con frecuencia cada 15 días como lo indican los protocolos, para eso es necesario que el gobierno porteño nos facilite el acceso a los centros de testeo y eso tiene que ver con la cercanía a las escuelas”, argumenta Pablo Francisco, secretario de la Comisión de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (CyMAT) del gremio UTE. Los sectores que tienen mayores inconvenientes para trasladarse son los curriculares y profesores de escuelas medias, que trabajan en más de dos establecimientos en diferentes horarios y muy distanciados entre sí. “Y a eso se suma la falta de turnos, ya que tanto en La Usina del Arte como en la Comuna 7, los turnos se acaban rápido y casi siempre solo queda disponible el de La Rural”, añade Francisco.
Es por eso que consideran que la nueva directiva del alcalde porteño de que las y los docentes puedan testearse incluso en horario de trabajo tampoco es suficiente para que los hisopados voluntarios sean masivos, si no se sumas centros de testeo. Rodríguez Larrata determinó que, en el marco de una flexibilización en los protocolos escolares, que a pesar de la segunda ola de la pandemia procuraba implementar a partir de abril, los docentes que vayan a hisoparse deberán dar aviso al personal de conducción día y horario asignado para el turno; enviar desde su correo electrónico institucional al del establecimiento el comprobante del turno asignado, a fin de que el personal de conducción evalúe que no afecta la normal prestación del servicio, pudiendo ingresar con posterioridad, retirarse antes o efectuar el testeo en el transcurso del horario volviendo a prestar servicios una vez concluido; una vez que se reciba el resultado del testeo, el docente o no docente deberá remitir el comprobante con el resultado del testeo también vía e-mail.
Y mientras no se producen los testeos masivos a docentes, que la nefasta gestión de Rodríguez Larrata había presentado en febrero como una de las garantías para volver a las clases presenciales, la vacunación a los docentes porteños sigue obturada.
En la Argentina hay casi 1.450.000 trabajadores de la educación. Datos oficiales del Ministerio de Educación de la Nación señalan que hasta el 17 de marzo se habían vacunado 425.933 docentes y no docentes en todo el país, el 29,3 % del total. Si se compara el balance entre las dos jurisdicciones más importantes del país, la diferencia es notable: la provincia de Buenos Aires tiene 500 mil docentes y no docentes y ya lleva inmunizados a 225.465, lo que representa el 45% del total.
Por su parte, la CABA, con alrededor de 110.000 trabajadores en el sector, apenas vacunó a 15.703, el 14,3 % del personal docente y no docente de todo el distrito.
Fuente: nota de Martín Suárez para Tiempo Argentino
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