La interventora de la AFI Cristina Caamaño radicó una nueva denuncia por maniobras fraudulentas durante el nefasto régimen macrifascista.
Miauricio Macri Blanco Villegas y sus jefes de espías, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, suman una nueva denuncia en su contra. Esta vez por la venta ilegal de 290 armas que estaban en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) a espías y funcionarios de ese organismo como si estuvieran en el mercado negro. La presentación judicial la hizo Cristina Caamaño, actual interventora del organismo de inteligencia.
Desde la intervención informaron que esta nueva denuncia fue por la venta de armamento de fuego “de distinto calibre que integraba el patrimonio” de la AFI, “permitiendo a funcionarios y agentes en actividad adquirir hasta cinco armas por persona a un precio totalmente irrisorio y alejado de la realidad, y además prácticamente sin requisitos respecto a las condiciones exigidas para su acceso”. Las armas se vendían gracias a dos resoluciones de Arribas y entre ellas había pistolas Bowning 9mm y Glock, escopetas Beretta 12/70 y Revólveres Colt, entre otras, que pasaban a manos de agentes de inteligencia y funcionarios de la AFI manera fraudulenta y a precios irrisorios.
La situación fue reconocida incluso por el ex director de Operaciones de la AFI Diego Dalmau Pereyra cuando declaró hace unos días ante la Bicameral de Inteligencia. Allí se dio el siguiente diálogo con el diputado Leopoldo Moreau, presidente de la Bicameral:
Moreau: - ¿A usted le gustan las armas?
Dalmau Pereyra: - Sí, compré cuatro. En la Agencia.
Moreau: - ¿En la propia Agencia?
Dalmau Pereyra: - Sí. ¿Por qué?
Moreau: - No, digo, le pregunto. Era un remate de ocasión.
Dalmau Pereyra: - Pero, era militar yo. ¿Qué me iban a gustar? ¿Las barbies?
Con esta nueva denuncia de la interventora Caamaño se puede enmarcar el dialogo en algo que era sistemático y no solo una avivada de Dalmau Pereyra.
La causa recayó en el juzgado de Daniel Rafecas, quien tendrá a su cargo la investigación junto al fiscal Federico Delgado. Junto al hijo bobo de Franco Macri, Arribas y Majdalani fue denunciado otro funcionario de la AFI cuya identidad se mantuvo en reserva. En Inodoro Py, sin embargo, al publicar el sorteo de la denuncia revelaron su identidad. Se trata de Gastón Quindi Villerga, que se presenta en sus redes como Campeón Internacional de Tiro Práctico.
Macri Blanco Villegas, al igual que en otras denuncias por maniobras de espionaje ilegal durante su gestión, es denunciado por el artículo 12 de la Ley de Inteligencia Nacional “en su calidad de responsable de fijar los lineamientos estratégicos y objetivos generales de la política de Inteligencia Nacional, máxima autoridad nacional del Sistema de Inteligencia”.
El modus operandi fue el siguiente. La interventora Caamaño detalló que “el entonces director general de la AFI (Arribas) dictó dos resoluciones, una en agosto de 2017 y la otra en diciembre de 2018 -carentes absolutamente de sustento jurídico y fáctico- que fueron las que en definitiva permitieron se lleve a cabo el procedimiento”. En la primera de esas resoluciones Arribas escribió que estaban “en condiciones de rezago el armamento”, que las vendían “por no resultar económicamente rentable ni factible su recuperación” y que autorizó “la venta del armamento (…) a los agentes pertenecientes a la Agencia que posean Credencial de Legítimo Usuario” los cuales pagaban con un “descuento de haberes”, o sea, de su sueldo que también era en negro y en sobres, algo que también modificó la actual intervención.
Según la denuncia hubo dos tandas de venta ilegal y en negro de armas “aptas para el disparo y utilización”. La intervención de la AFI calculó además el valor real de esas armas contra el precio que pagaban los espías para comprarlas en este mercado negro manejado por Arribas y Madjalani. Por ejemplo, una Pistola Fm Bowning 9mm cuesta 200 dólares y las vendían a 3.900 pesos; las escopetas Beretta 12/70 y las Pistolas Smith / Wesson 9mm de 300 dólares se conseguían a 5.800 pesos; las Beretta 92FS 9mm, las Pistolas Glock 17 y 19 9mm compensadas, el Revolver Colt Detective 38spl, el Revolver Ruger 357 y el Revolver Colt Trooper 357 que cuestan 400 dólares los pagaban 7.900 pesos. Según consta en la denuncia, estos precios no alcanzaban el “20% del valor real de un arma usada en el mercado formal”. La denuncia, detallaron desde la intervención de la AFI, subraya que los revólveres Ruger y Colt Trooper se trataban de “armas de colección que no se consiguen en el mercado”, en particular el revolver Ruger “tenía la leyenda que decía ‘200 años de la libertad de América’”.
Entre los compradores de la primera tanda de armas en este mercado negro ilegal dentro de la AFI hay 73 agentes e incluso un funcionario de la AFI que compró una escopeta a repetición Mossberg también de manera fraudulenta.
En una segunda tanda de ventas, en 2018, se vendió un lote de 38 armas entre las que había: 3 pistolas semiautomáticas marca Beretta, modelo 92 FS, calibre 9mm; 1 pistola semiautomática marca FN, calibre 380 ACP; 9 pistolas semiautomáticas marca FM Browning calibre 9mm, y 25 pistolas semiautomáticas marca Glock modelos 17/19, calibre 9mm.
La denuncia detalla que “la puesta en venta del armamento de fuego no se encuentra dentro de las competencias, y menos aún, dentro de las facultades de la Dirección General, independientemente de que se encuentre en desuso”; afirma que “permitir la compra de armamento de fuego apto para su uso a todos los agentes del organismo, sin el debido control de la autoridad estatal correspondiente en la materia, constituye per se una manifiesta violación a los deberes de funcionario público y un abuso de autoridad en los términos del artículo 248 del Código Penal”; que “la tasación de las armas no respetó el procedimiento establecido en el artículo 24 del Reglamento de Bienes Muebles y Semovientes del Estado”, e indica que “el escaso valor asignado a las 296 armas que se vendieron a agentes y funcionario de la AFI constituye un delito en los términos del artículo 173, inciso 7, con el agravante de haberse llevado a cabo en perjuicio de la Administración Pública”.
Desde que llegó a la AFI la interventora Caamaño encontró mucho material que no debería estar en manos de la casa de espías. Entre eso, armas y chalecos antibalas. La semana pasada firmó un convenio con la ministra de Seguridad Sabina Frederic para el traspaso de 43 armas de fuego y 20 chalecos antibalas.
En la firma de ese convenio, Caamaño destacó que “el Ministerio de Seguridad dará uso a estas armas, cuya compra nunca estuvo justificada por las funciones legales de la Agencia Federal de Inteligencia. La AFI no necesita armas, sino que requiere de analistas de primer nivel para que el Estado cuente con información que le permita identificar amenazas, debilidades y fortalezas de la Argentina en relación con el mundo”.
En detalle, la AFI entregó al ministerio de Seguridad 20 pistolas ametralladoras automáticas marca CZ, modelo Scorpion EVO 3 A1, calibre 9mm Parabellum; 20 pistolas semiautomáticas marca Glock, modelo 19, calibre 9mm Parabellum; tres carabinas automáticas marca CZ, modelo BREN 2, calibre .223 PLG Remington; 20 chalecos de protección balística marca Safariland, modelo E1, nivel RB3, de talles M a XXL, y una mira telescópica marca UTG 3x9x50.
Fuente: nota de Ari Lijalad para El Destape web
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