Todos los países de América Latina y el Caribe ratificaron su promesa de “compromiso democrático”, se refirieron a la crisis global causada por el cambio climático y la guerra en Ucrania y destacaron el proceso de transición electoral en Venezuela.
Pedidos para que se aumente el flujo de financiamiento internacional; la defensa de los sistemas democráticos en América Latina; la exigencia del levantamiento del bloqueo contra Cuba; el aval a la negociación entre el régimen de Venezuela y la oposición para lograr una transición democrática; y la reivindicación del proyecto para ofrecer a la región como proveedora de alimentos a nivel global.
Esos fueron los puntos salientes de la “Declaración de Buenos Aires”, el documento final que resume la reunión que se celebra entre los jefes de Estado de la Comunidad de Estados Americanos (CELAC) en el Hotel Sheraton. Los 111 puntos fueron anunciados por el canciller Santiago Cafiero.
Los líderes regionales deliberaron sobre los ejes finales de acuerdo, tras la apertura del -hasta ayer- presidente pro tempore Alberto Fernández, que en su discurso inaugural se confundió y dijo que abría la “Cumbre de las Américas” para, inmediatamente corregirse.
En la declaración final, que se explaya a lo largo 22 páginas, la CELAC destaca, en primer lugar, una extensa consideración sobre la importancia de la vigencia de la democracia en la región, y en este punto, aunque sin nombrar a Estados Unidos, resalta que es necesaria “la no intervención en los asuntos internos de los Estados y en la defensa de la soberanía”. Una referencia indirecta a la fuerte crisis que sacude a Brasil y a Perú.
Exige, a la vez, que se incremente y agilice la ayuda financiera para los Estados latinoamericanos. Aunque sin nombrar al Fondo Monetario Internacional (FMI) o al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) directamente, el documento final señala: “Expresamos nuestra preocupación porque varios países emergieron de la pandemia con niveles mayores de deuda pública (y necesitan) facilidades de crédito a través de mecanismos limpios, justos, transparentes y accesibles, sin exclusiones”.
En este sentido, menciona las consecuencias para la región de la guerra en Ucrania por la invasión de Rusia y del cambio climático -responsable, en gran parte, de los problemas en la producción de productos primarios exportables. Desde esta perspectiva, los representantes de la CELAC recuerdan el proyecto, harto repetido, para “convertir a América Latina en proveedor de alimentos para el mundo”, y cuestiona que algunos países utilicen el Tratado de París como una atípica barrera comercial que perjudica los intereres de los productores latinoamericanos.
“Nosotros pedimos que, respetando el Acuerdo de París, no lo usen para levantar una barrera comercial. Seguimos con preocupación el incremento en las medidas restrictivas del comercio con la justificación de conservación del ambiente, en un contexto de creciente incertidumbre económica y múltiples crisis (...) las restricciones unilaterales del comercio son inconsistentes con los principios de la Organización Mundial del Comercio y no se adecúan a las preocupaciones ambientales y la promoción del desarrollo sustentable”, destaca.
En medio de la polémica internacional por las noticias falsas y los “discursos del odio”, en el documento de la CELAC se destaca “la necesidad de expandir la cooperación entre los Estados para avanzar en la pelea contra la desinformación y el contenido ilegal en internet” frente al peligro de la desinformación en las redes sociales porque puede “crear realidades paralelas e inducir la radicalización política”.
Después de varias menciones a cuestiones de género y vinculadas a la inmigración, el documento avanza en un nuevo pedido de levantamiento del bloqueo comercial que mantienen Estados Unidos y la Unión Europea sobre Cuba, cuyo mandatario, Miguel Díaz Canel, participó de la cumbre.
“Reiteramos el llamado de la Asamblea General de las Naciones Unidas para poner un final al bloqueo económico, comercial y financiero en contra de Cuba, que además de ser contrario a la ley, provoca serio daño al bienestar del pueblo cubano. De la misma manera, reiteramos nuestro rechazo a las listas y certificaciones unilaterales que afectan a los países de América Latina y el Caribe. En este sentido, requerimos la exclusión de Cuba de la lista unilateral de países que supuestamente financian el terrorismo unilateral”, reza el texto.
Sólo en el punto 104, bien al final, se refiere el documento a Venezuela, cuyo presidente, Maduro, debió ausentarse a último momento, a pesar de sus férreas intenciones de asistir. “Agradecemos los acuerdos alcanzados el 26 de noviembre de 2022 en el marco del proceso de trabajo del diálogo y negociación entre el Gobierno de Venezuela y la Plataforma Unitaria de Venezuela, promovida por los gobiernos de México y Noruega. En este sentido, agradecemos el apoyo de la comunidad internacional para la implementación de esos acuerdos”, se limita a expresar el documento sobre el régimen en esa nación.
Además, como es habitual, reitera “el más fuerte apoyo regional al reclamo de la Argentina sobre las Malvinas, así como el interés permanente de los países de la región en la reanudación de las negociaciones entre la República Argentina y Gran Bretaña para encontrar, lo antes posible, una solución final y pacífica a esta disputa, de acuerdo a las provisiones 31/49 de la Asamblea General de Naciones Unidas”. El documento final fue aprobado por los 33 participantes de la cumbre de la CELAC, que sesionó en Buenos Aires.
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