Qué dicen los audios que confirman el armado de causas de la Gestapo macrifascista

Un subcomisario involucrado en los allanamientos a los domicilios de dirigentes opositores a Mauricio Macri asegura que en la provincia de Buenos Aires funcionaba una mesa judicial, que se reunía en el Ministerio de Seguridad en La Plata. Según se escucha, la integraban Vidal, Ritondo, Julio Conte Grand y Federico Salvai.

Cristian Ritondo y Julio Conte Grand

A través de allegados a los denunciados, fue posible acceder a los audios que se se presentarán este lunes ante el juez federal Ernesto Kreplak. 

Allí, un subcomisario involucrado en los allanamientos a la vivienda de Alberto Pérez, ex jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, a la de la casa, la empresa y hasta el club de Daniel Scioli, y a casi cien domicilios más, asegura que en la provincia de Buenos Aires funcionaba una mesa judicial, que se reunía en el Ministerio de Seguridad en La Plata, en la misma sala del Banco Provincia donde se filmó el video de la Gestapo, y a veces también en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), frente a la Casa Rosada. 

Según se escucha, la integraban la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, el ex ministro Cristian Ritondo, el procurador Julio Conte Grand y el ex jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai.

El audio pertenecería al subcomisario y contador Hernán Casassa, quien encabezó personalmente los allanamientos a la empresa de Scioli-Capanone, que era originalmente la de electrodomésticos y es de la familia desde hace 60 años-, al domicilio de Pérez, a varias cooperativas de trabajo, a dependencias de Ioma, al subsecretario de Asuntos Administrativos, Walter Carbone, y a casi cien domicilios más, entre ellos el club La Ñata, en el que el ex gobernador juega al futsal.

En los últimos días, apareció por primera vez con una prueba de video y audio el accionar de la mesa judicial bonaerense -la de la ansiedad por tener una Gestapo- referida a espionaje ilegal y armado de causas contra dirigentes gremiales. Ahora aparece una prueba nítida de cómo se operaba contra dirigentes políticos.

Fuente: nota de Raúl Kollmann para Página/12