El paquete de obras incluye en primer lugar el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, un tendido largamente esperado por la industria que requerirá una inversión de U$S 2.540 millones y que deberá encontrar opciones de financiamiento durante su desarrollo.
Las obras de construcción y ampliación de gasoductos que decidió poner en marcha el Gobierno nacional demandarán una inversión de U$S 3.471 millones hasta 2023,.
De ese total, el proyecto para ampliar la evacuación de la producción incremental de Vaca Muerta requerirá U$S 2.540 millones.
Es que la demanda interna de gas natural no alcanza a ser cubierta con producción nacional, a pesar de la disponibilidad de grandes cantidades del recurso en las principales cuencas productoras, por la falta de capacidad de transporte desde los centros de producción hasta los centros de consumo.
Es por esta razón que el Gobierno nacional decidió en los últimos días la construcción de las Obras del Gasoducto Néstor Kirchner y Transport.Ar, un conjunto de proyectos que demandará una inversión de U$S 3.471 millones durante los próximos 3 años, de acuerdo a estimaciones oficiales.
El paquete de obras incluye en primer lugar el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, un tendido largamente esperado por la industria que requerirá una inversión de U$S 2.540 millones y que deberá encontrar opciones de financiamiento durante su desarrollo, más allá del aporte público inicial.
También está en marcha la ampliación del Neuba II (U$S 85 millones), los tramos finales en Provincia de Buenos Aires (U$S 75 millones); la vinculación Mercedes/Cardales (U$S 132 millones), y la expansión Gasoducto Centro-Oeste (U$S 160 millones).
Además, está prevista la reversión del Gasoducto Norte (U$S 249 millones para sus tres etapas), la ampliación de la capacidad de compresión Gasoducto del Noreste (GNEA) (U$S 90 millones) y su conexión con San Jerónimo (U$S 60 millones); y los loops y compresión en Aldea Brasilera, Entre Ríos (U$S 80 millones).
De ese total de U$S 3.471 millones, hay partidas presupuestarias previstas para 2021 por U$S 183 millones, y para 2022 de U$S 1.383 millones, de los cuales U$S 520 millones provendrán de la Ley 27.605 del Aporte Solidario y Extraordinario que orientará a través de IEASA.
De acuerdo a estas previsiones, las obras proyectadas tendrán un requerimiento de fondos adicionales a financiar por U$S 1905 millones para el período 2022-2023, en el que se pretenden finalizar las obras..
En la decisión de aceleración de proyectos, se tuvo en cuenta la disponibilidad de grandes cantidades de gas en las Cuencas Neuquina, Golfo San Jorge y Austral (offshore), y a la vez la caída de la producción convencional en Santa Cruz y Tierra del Fuego. A la vez se viene registrando una disminución del volumen de producción de gas desde en la Cuenca Noroeste y de Bolivia
Por el lado de la demanda, además de un mercado interno insatisfecho, hay manifestación de interés por parte de Chile de importar gas natural argentino para utilizarlo en la zona central y norte de su país. El interés por el gas argentino también fue explicitado por Brasil.
Sustitución de importaciones
El gasoducto Néstor Kirchner tendrá como objetivo transportar hasta 39 MMm3/d de gas producido en la Cuenca Neuquina, en un primer tramo desde Tratayén a Saliquello (558 kms) para transferir parte de este volumen al gasoducto Neuba II, y alimentar las zonas de Bahía Blanca y del área metropolitana, sustituyendo importaciones de GNL y llevando gas a las grandes centrales termoeléctricas y al polo petroquímico.
El segundo tramo correrá por la provincia de Buenos Aires hasta la localidad santafesina de San Jerónimo, con lo que se abastecerá al norte del Gran Buenos Aires y las provincias del Litoral.
Está planificado desarrollarse en dos tramos a concretarse en dos etapas sucesivas, lo que permite atender en lo inmediato la demanda de gas existente y su vinculación con la producción incremental de gas natural no convencional Neuquina.
La ampliación del sistema del Neuba II permitirá el transporte de gas desde la conexión Saliqueló hasta diversos puntos de entrega de las zonas de Buenos Aires y GBA, llegando hasta la cabecera del Gasoducto Mercedes-Cardales para alimentar el Litoral, lo que reemplazará 10 MMm3/d de importación de GNL.
En conjunto con la ampliación del gasoducto Neuba II y la llegada de mayor volumen a la Cámara Ezeiza (mediante dos loops de 26 y 20 kms), se busca el reemplazo de combustibles líquidos en Centrales de Ciclo Combinado en Ciudad de Buenos Aires y La Plata.
Obras emblemáticas
El gasoducto constituye la unión de los sistemas Sur y Norte, y su ampliación diversificará las opciones de abastecimiento, ya que permitirá destinar mayor volumen de gas local al mercado conectado a TGN, a TGS en Gran Buenos Aires o cualquier combinación de ellos.
Además reforzará el suministro a la generación eléctrica y, en materia de abastecimiento regional permitirá reforzar la exportación regional, hacia Uruguay, Paraguay o Brasil.
Esta obra intenta aprovechar la capacidad de transporte en la ruta Neuquén-Cuyo, así como la posibilidad de ampliar exportaciones hacia Chile por Gas Andes.
La expansión de Gasoducto Centro Oeste incrementará la capacidad de transporte en 5 MMm3/d, pudiendo sumar volumen a los saldos exportables, a la demanda estacional de Cuyo o llegar con mayor volumen a San Jerónimo en el Litoral.
Otro de las obras emblemáticas es la reversión del Gasoducto Norte que en la actualidad tiene un flujo norte-sur, pero que ante la caída de producción de gas de Bolivia, y la declinación de producción del norte argentino, pasará a ser de sur-norte de manera de abastecer con fluido proveniente de la Cuenca Neuquina a los consumos residenciales, industriales y de centrales térmicas ubicadas en el NOA.
Finalmente, se busca ampliar la capacidad de transporte de la red provincial de Entre Ríos, para cubrir el aumento de la demanda.
La obra incluye la construcción de un loop en el gasoducto existente y la instalación de un equipo compresor de 30.000 HP en Aldea Brasilera, que elevará los niveles de presión y caudal de la red existente posibilitando, en un futuro, un mayor caudal de exportación de gas a Brasil.
Por Ignacio Ortíz para Télam
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