El patético presidente de Estados Unidos se retiró caminando del centro médico al que había llegado tras dar positivo por coronavirus y abordó luego un helicóptero que lo llevó a la Casa Blanca. El sorete aseguró que se siente “mejor que hace 20 años”.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, abandonó ayer por la tarde del hospital militar Walter Reed, el centro médico donde estaba internado desde hace tres días luego de dar positivo de Covid-19.
El mandatario cruzó la puerta del hospital caminando y en aparente buen estado, y abordó luego un auto en el que se trasladó hasta el helicóptero presidencial Marine One, que lo llevó luego a la Casa Blanca para terminar de cursar la enfermedad.
Horas antes Trump había anunciado en su cuenta oficial de Twitter que su salida del hospital Walter Reed, ubicado en la ciudad de Bethesda (Maryland), era inminente y que se sentía muy bien, a pesar de que aún se encuentra enfermo de coronavirus.
"Dejaré el gran Centro Médico Walter Reed hoy a las 6:30 p.m. ¡Me siento muy bien! Que no los asuste el Covid. No dejen que domine su vida. Hemos desarrollado, bajo la Administración Trump, algunas drogas y conocimientos realmente grandes. ¡Me siento mejor que hace 20 años!”, manifestó el presidente de Estados Unidos en su cuenta de Twitter.
El presidente pasó todo el día tuiteando desde primeras horas de la mañana; llamó al voto, compartió anuncios de su campaña electoral o comentarios sobre programas de televisión y criticó a los medios por estar “decepcionados porque me subía a un vehículo seguro para dar las gracias a mis muchos fans y simpatizantes”.
En un último tuit justo antes de abandonar el centro médico, prometió que reanudaría muy pronto la campaña electoral de cara a las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, en las que se enfrentará con el demócrata Joe Biden.
Sean Conley, médico personal de Trump, reconoció ayer que el mandatario “no está fuera de peligro” y que se encuentra de hecho en un “terreno no explorado” por otros pacientes de Covid-19 debido al tipo de tratamiento que ha recibido.
En una rueda de prensa poco después de que el jefe de Estado anunciara que volverá a la Casa Blanca este lunes, Conley defendió la decisión de darle el alta hospitalaria al presidente después de solo tres días ingresado, en los que ha experimentado al menos dos bajadas de oxígeno.
“No está fuera de peligro aún” y habrá que esperar al próximo lunes para estar seguros de que lo está, aseguró a los periodistas.
Los médicos explicaron que, además de seguir con el tratamiento del antiviral Remdesivir, Trump comenzó a recibir el fin de semana corticoesteroide dexametasona para evitar nuevos episodios de caída de oxígeno en sangre, que en ningún momento, según el médico personal del presidente, Sean Conley, bajó del 90 por ciento. La dexametasona es un esteroide, un tipo de medicamento que ha demostrado eficacia en pacientes de COVID-19, la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus.
Además, el sorete mal cagado recibió el domingo una tercera dosis de Remdesivir dentro de un plan de cinco días y el viernes le fue suministrado un cóctel de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron.
El médico especialista pulmonar aseguró que los análisis de las funciones cardíacas, hepáticas y los riñones de Trump mostraron “hallazgos normales o mejorados”.
Trump no ha mostrado dificultades respiratorias desde el sábado y no ha tenido fiebre, por lo que los doctores reiteraron su optimismo sobre su evolución. El domingo, el mandatario sorprendió al salir en una camioneta a saludar a todos sus seguidores en las afueras del hospital.
Trump, de 74 años y con sobrepeso, es un paciente con especial riesgo de desarrollar una variante seria de la COVID-19, por lo que se le ha sometido también a escáneres pulmonares y a un control exhaustivo de las funciones cardíacas, hepática y en los riñones.
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