Un documento publicado por la Universidad consideró "poco probable y sin pruebas suficientes" de que esas enfermedades estuvieran asociadas con la vacuna.
Los eventos adversos que llevaron a frenar los ensayos de la potencial vacuna para el Covid-19 de AstraZeneca quizás no estuvieron asociados a la vacuna en sí, según un documento publicado por la Universidad de Oxford.
Los ensayos globales de la vacuna de la farmacéutica, que desarrolla con investigadores de Oxford, fueron suspendidos el 6 de septiembre, después de que un participante británico de los estudios tuvo un efecto secundario grave que se pensó podría ser un desorden inflamatorio espinal llamado mielitis transversa.
Las revisiones de seguridad comenzaron cuando voluntarios de la candidata a vacuna, llamada AZD1222 o ChAdOx1 nCoV-19, desarrollaron síntomas neurológicos inexplicables que incluyeron debilidad de las extremidades o cambios en la sensibilidad.
"Después de una revisión independiente, se consideró poco probable que estas enfermedades estuvieran asociadas con la vacuna o no hay pruebas suficientes para decir con certeza que las enfermedades estaban relacionadas con la vacuna", según el documento.
Los ensayos de la vacuna se reanudaron en Gran Bretaña, Brasil y Sudáfrica, pero aún no en Estados Unidos. AstraZeneca y la Universidad de Oxford no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios de las agencias intrenacionales de noticias.
AstraZeneca -una de las nueve empresas que se encuentran actualmente en ensayos de fase 3 para sus candidatas a vacunas- es el socio industrial de la universidad británica de Oxford y su vacuna es una de las más avanzadas en el mundo occidental.
Ya Ha sido probada en decenas de miles de voluntarios en el Reino Unido, Brasil, Sudáfrica y -desde el 31 de agosto- también en Estados Unidos, en la llamada fase tres de los ensayos clínicos, la última antes de confirmar su seguridad y eficacia.
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