jueves, 26 de mayo de 2022

La radicalización de Macri dilata el acuerdo del socialismo con Juntos por el Cambio en Santa Fe

En la UCR, luego de reunirse con Javkin y los socialistas, dicen que madura el armado de un frente opositor al peronismo pero "hay que esperar". El temor de que el ex hijastro de Flavia Palmiero rompa el acercamiento.


Los principales referentes del radicalismo de Santa Fe iniciaron una ronda de conversaciones con los partidos opositores al peronismo. Los primeros encuentros se concretaron con el intendente de Rosario, Pablo Javkin, y su partido Creo y con el socialismo.

De esta manera, la UCR se terminó de consolidar como el principal articulador de Juntos por el Cambio con el Frente Amplio Progresista para dar nacimiento a un nuevo espacio, de fuerte impronta provincial que permita polarizar con el Frente de Todos: "tenemos que armar un espacio diferente, bien santafesino y después ver quiénes serán los candidatos", afirmaron desde el entorno de Javkin.

La idea está instalada pero todos los actores coinciden en que hay que darle tiempo para que madure. En definitiva, observan con cautela lo que pueda suceder a nivel nacional y la radicalización de Macri que ahora coquetea con Milei, llena de dudas y reparos al progresismo santafesino.

Se sabe que Javkin tiene diálogo fluido con Horacio Rodríguez Larrata, el socialismo participa del régimen de la ciudad de Buenos Aires y Pullaro es el principal referente de Evolución en la provincia mientras que el PRO, donde Macri tiene alguna incidencia, se encuentra detonado por las peleas internas.

A pesar de ello, en el socialismo temen dar el paso con Juntos por el Cambio y luego que el domador de reposeras y los halcones hagan estallar el acuerdo por los aires. Algo parecido sucede con la impresentable Amalia Granata y los pañuelos celestes que pueden tener un lugar en una mesa amplia.

"Lo importante es generar el espacio, que tenga un programa y eso permitirá suavizar las posiciones ideológicas de cada sector y para ello, hay que provincializar la discusión al máximo porque lo que está en juego es el destino de Santa Fe, acá lo nacional no tiene ninguna influencia", consideró el diputado de Creo, Ariel Bermúdez.

Por su parte, Julián Galdeano, el radical que le allanó el ingreso a la política a Carolina Losada, coincidió con Bermúdez y se preguntó "¿cuáles son las diferencias en las gestiones de Rodríguez Larreta, Cornejo o la que hizo Lifschitz en Santa Fe?".

"Todos vamos a ir juntos pero ninguno se va a desdibujar prematuramente y sin garantías, por eso hay que seguir dialogando con todos los actores para que el espacio se vaya construyendo de modo gradual, paso a paso porque después, quien quede afuera no tiene chances", consideró Galdeano.

Por otro lado, desde el entorno del ex ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, son más cautos a la hora de analizar las primeras reuniones de la oposición; "no hay que exagerar las expectativas porque son dirigentes que se conocen hace muchos años", dijeron.

Es que en el Frente Amplio Progresista (FAP), que está compuesto por los partidos Creo de Javkin, el socialismo, el GEN y el PDP, entre otros, tienen estrategias muy distintas y no existe una mesa de discusión que les permita fijar posiciones comunes para negociar con más fuerza con Juntos por el Cambio.

Por un lado, Javkin no oculta que es más proclive a la construcción de un gran frente provincial que integre a la mayoría de la oposición y no descartó ser precandidato en ese espacio. Por otro lado, el socialismo atraviesa una discusión interna muy dura que lo puso al borde del quiebre.

Mientras que el sector de Enrique Estévez, Joaquín Blanco y Clara García evalúan las condiciones de un acuerdo y reconocen la necesidad de confluir con el resto de la oposición, Antonio Bonfatti habla con el radicalismo por su cuenta y la agrupación Bases, que lidera Eduardo Di Pollina, reclutó al ala más izquierdista y amenazan con romper si se concreta la alianza con el macrifascismo.

Como sea, la gran interna socialista a la que se le suma los recelos hacia el intendente Javkin, impidió que el FAP negocie de manera articulada; "el socialismo es un partido con mucha historia, donde esté no va a ser furgón de cola ni acompañar a nadie, estamos para protagonizar y tener nuestros propios candidatos o candidatas", adelantó la socialista Lionella Cattalini.

Pero más allá de las declaraciones públicas, la provincialización del espacio y que en Santa Fe las elecciones son previas a la de cargos nacionales, lo que sucede en las cúpulas de los frentes no es ajeno en el armado santafesino.

De hecho, la radicalización del hijo bobo de Franco Macri puso en alerta al progresismo donde se preguntan si el subnormal continúa profundizando en ese camino, decide romper el acuerdo del PRO con el socialismo. No sería la primera vez que Macri sacrificaría a Juntos por el Cambio en Santa Fe para priorizar el armado nacional, sucedió en 2015 cuando desistió de pelear voto a voto la elección de Miguel del Sel contra Miguel Lifschitz que terminó con una ajustada ventaja de 1.400 votos a favor del socialista.

Además, las dudas se extienden sobre la forma en la que podrían integrarse a espacios como el de Amalia Granata que lideró a los pañuelos celestes o al del diputado provincial Nicolás Mayoraz que se acercó a los libertarios o al peronismo de Pichotto que está alineado a Juntos por el Cambio; interrogantes que se abrieron y que por ahora no tienen una respuesta clara.

El dato inobjetable es que el radicalismo de Santa Fe casi en su totalidad mantiene una estrategia unida después de muchos años y lidera el proceso de construcción de la oposición al peronismo. "Nuestro primer objetivo es cuidar y defender los 40 puntos que tenemos en Juntos por el Cambio, a partir de allí, vamos a ampliar el espacio", repiten en las oficinas de Pullaro.

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