En Mendoza, el PJ comenzó a exhibir voluntad de reconstruir una herramienta que aporte al gobierno nacional. La reconstrucción del salario aparece como el elemento ordenador. Quiénes son los referentes de cada campamento dispuestos a poner fin al caos de la coalición.
El acto del PJ en Mendoza mostró los reacomodamientos que se dan de manera acelerada dentro del Frente de Todos. Ministros, senadores y gobernadores se encontraron para levantar el guante que dejó Cristina Fernández de Kirchner en Chaco e intentar reconstruir la herramienta frentetodista para aportar al Gobierno nacional, en medio de las idas y venidas del presidente Alberto Fernández.
Este encuentro del sábado fue un acto hacia adentro de la política, un encuentro de “discusión”, como dijo Cristina.
“Es pasar del dicho al hecho. Cristina ya dijo todo lo que tenía para decir, ahora hace falta que se organice la dirigencia”, explicaron fuentes parlamentarias. “Ahora tiene que actuar la política de manera urgente, tomar lo que dijo y resolver”, abundaron.
Las definiciones políticas que señalan por dónde ir las dieron el gobernador Axel Kicillof (por video), quien dijo que “sin independencia económica, no hay justicia social y se pone en jaque la democracia”, y la senadora Di Tullio sostuvo que "un peronismo con un 37% de pobres no es un peronismo que esté funcionando, hay que revisar la doctrina. Nuestros gobernantes tienen que tener la valentía de pelearle al poder. Si no, no hay independencia económica. Cristina es esa mujer que nos enseñó que no había que tener miedo a la pelea con el poder”.
Fue un acto organizado por la senadora Anabel Fernández Sagasti, presidenta del PJ mendocino, junto al ministro de Interior Eduardo “Wado” De Pedro, ambos dirigentes camporistas que cumplieron con la tarea de salir a sumar dirigentes peronistas no cristinistas a este armado que intenta ser una respuesta política a la crisis inflacionaria, que se alimenta de expectativas y confusión. Como resultado, este sábado participaron del encuentro el ex gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey (quien compitió como candidato a vice de Roberto Lavagna contra el Frente de Todos en 2019), el dirigente del Movimiento Evita y titular del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), Alexandre Roig, y el ministro de Obra Pública Gabriel Katopodis; todos dirigentes por fuera del armado del kirchnerismo.
Es que Katopodis, junto con el ministro de Desarrollo Social Juan Zabaleta, son dos dirigentes bonaerenses que, si bien fueron convocados por Alberto Fernández al Gabinete, tras la crisis desatada en el Ejecutivo nacional acordaron con la dirigencia de la provincia de Buenos Aires para aportar gobernabilidad. Katopodis fue el más contundente al afirmar que la vicepresidenta no solo tiene que ser escuchada sino tomada en cuenta en las decisiones de gobierno, posición contraria a la que sostiene el propio presidente. De hecho, el ministro acompañó a los senadores en su visita a La Rioja de este viernes. Por su parte, Zabaleta se sumó al equipo de los que ya no priorizan la unidad por sobre el rumbo del gobierno. "Está claro que con la unidad no alcanza para ganar una elección. Estamos convencidos de que hay que seguir en el camino de la redistribución", dijo el sábado en declaraciones a Radio 10.
Este encuentro nacional del PJ en Mendoza -sin su presidente Alberto Fernández- también fue producto de una iniciativa que salió del Senado: las visitas de los legisladores de la Cámara Alta a las provincias, con el objetivo de rearmar desde el territorio al dañado oficialismo. Primero fue Tucumán, de la mano del jefe de Gabinete Juan Manzur y el gobernador Osvaldo Jaldo, quien recibió la semana pasada a la delegación encabezada por el titular del interbloque José Mayans y la presidenta del nuevo bloque Unidad Ciudadana Juliana Di Tullio. Le siguió esta semana La Rioja, con la invitación del gobernador Ricardo Quintela, quien les mostró su modelo de producción estatal de alimentos como forma de combatir la inflación en su provincia. Según pudo saberse, las visitas por las provincias -y a sus gobernadores- continuarán.
Después de un viernes caótico en el que el presidente pasó de anunciar la posibilidad de que se debatan los derechos de exportación -retenciones- en el Congreso, a desmentirse a través de su ministro de Agricultura Julián Domínguez, el miedo al caos aumentó dentro de la dirigencia oficialista. Es por eso que fuentes del Senado adelantaron que continuarán presentando iniciativas parlamentarias que intervengan en distintas áreas de gobierno, como el “fondo para el Fondo”, el aumento del salario mínimo, la moratoria para los nuevos jubilados y la intervención en el Consejo de la Magistratura a raíz del partimiento del bloque oficialista en el Senado.
Esa estrategia ya dio su primer fruto: después de meses de limar al ministro de Economía Martín Guzmán, se logró que pase la secretaría de Comercio Interior de Roberto Feletti al área económica. Según contaron fuentes del sector, por el momento no se habló de cambios o ampliaciones en la estructura interna del área encargada de controlar la inflación ya cuando los productos están en la góndola. Pero sí hubo un acercamiento con Guzmán, a quien señalan como el responsable de poder implementar políticas más estructurales que frenen la inflación.
Por su parte, el presidente intentará relanzar su gobierno este miércoles 25 de Mayo desde la Antártida, lugar desde donde pretende hacer un acto y dar un mensaje a la población. Sin embargo, esa iniciativa, según confirmaron desde Presidencia, está sujeta a la situación climática. En tanto, en Buenos Aires se realizará un acto conmemorativo cultural cuyas características y lugar todavía no están definidos. Es decir, el presidente no estará en contacto con la movilización en el día patrio.
Por lo pronto, en el oficialismo, ya no hay una división clara entre albertistas y cristinistas. Es que, si hay algo en lo que están de acuerdo Cristina, ministros, gobernadores, intendentes, organizaciones políticas del Frente de Todos (desde La Cámpora al Frente Patria Grande), es que hay que empoderar al gobierno, pero ya no con mira a las elecciones de 2023 sino a acomodar la gestión en 2022 a través del fortalecimiento del Frente de Todos, una forma de construir organización que venza al tiempo, y al caos.
Por Gimena Fuertes para Tiempo Argentino
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