Los expertos los consideran contraproducentes para evitar la propagación del virus. De por sí, obligan a que se mantengan los lugares cerrados, pero además actúan como una "turbina" que traslada el aire, a veces contaminado, por todo el ambiente.
Entre las medidas que el gobierno de la provincia de Buenos Aires anunció para la temporada 2021, se incluyó la prohibición de aires acondicionados en zonas comunes de alojamientos turísticos, ya que se consideran contraproducentes para los mejores resultados en la búsqueda de la seguridad sanitaria.
"Queremos reducir su uso para evitar la recirculación de los fluidos y evitar contagios masivos en un solo ambiente", aseguró al respecto el viceministro de Salud de la provincia, Nicolás Kreplak.
Según indicó en declaraciones radiales, ciertos estudios demuestran que "cuando el aire entra en un sistema de recirculación se produce como una expansión del área donde se puede contagiar".
"El aire acondicionado toma el aire ambiental, obviamente sin coronavirus, y lo hace circular", explicó en el mismo sentido Eduardo López, el infectólogo y asesor presidencial durante la pandemia.
El problema es que si alguien que se encuentra en ese interior está infectado, "esa corriente podrá trasladar al virus por todo el ambiente cerrado", generando un "efecto turbina".
Aire acondicionado solamente para uso doméstico
La utilización del aire acondicionado, explicó el infectólogo Omar Sued, significa en primera instancia que una habitación está cerrada, algo de por sí desaconsejado. "Estamos diciendo que no podés estar con otras personas con las que no convivís en habitaciones cerradas porque tienen que estar bien ventiladas”, detalló.
El experto aclaró que en las casas "todo el mundo puede utilizar el aire acondicionado” si es para uso doméstico. En cambio, su uso es inconveniente “cuando hay reuniones con gente que no pertenece a la familia”.
Es decir, “no usar aire acondicionado en lugares públicos, en negocios o empresas" porque, de acuerdo al especialista, es ahí donde "tiene que estar todo muy bien ventilado, respetar la cantidad máxima de personas por metro cuadrado que está establecida en el protocolo que se haya permitido y mantener las medidas de distancia y de barbijo permanente”.
Primeros indicios sobre la propagación del virus a través del aire
La propagación del SARS-CoV-2 a través del aire está siendo estudiada por investigadores de todo el mundo, aunque para el desconcierto de varios especialistas las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han demorado en reconocer esa vía de transmisión.
En marzo, cuando la pandemia empezaba a mostrar su virulencia en Europa, la OMS había concluido que el nuevo coronavirus se transmitía por el contacto con gotitas de saliva que proceden de tos, estornudos o de la simple respiración cercana de otra persona.
Según el organismo, el virus no quedaba flotando en el aire ni era posible que se transmitiera a través de este medio si una persona salía a la calle o caminaba por un supermercado, por lo que la OMS desaconsejaba el uso de mascarillas o barbijos en espacios públicos.
Luego, en abril, se conocieron los resultados de un estudio realizado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades Infecciosas (CDC) del Distrito de Guangzhou Yuexiu, en China, que relacionó al covid-19 con el uso del aire acondicionado.
Según la investigación, del 26 de enero al 10 de febrero de 2020 un brote de coronavirus afectó a 10 personas de tres familias (familias A, B y C) que habían comido en el mismo restaurante con aire acondicionado en Guangzhou, China. Una de las familias acababa de viajar desde Wuhan, epicentro de la pandemia.
El 23 de enero de 2020, detalla el estudio, "la familia A viajó desde Wuhan y llegó a Guangzhou". El 24 de enero, "el paciente de caso índice (paciente A1) almorzó con otros tres miembros de la familia en el restaurante X. Otras dos familias, B y C, se sentaron en las mesas vecinas en el mismo restaurante". Más tarde ese día, "el paciente A1 experimentó aparición de fiebre y tos y fue al hospital". Para el 5 de febrero, "un total de otros nueve (cuatro miembros de la familia A, tres miembros de la familia B y dos miembros de la familia C) se habían enfermado con covid-19".
"La única fuente conocida de exposición para las personas afectadas en las familias B y C fue el paciente A1 en el restaurante. Determinamos que el virus se había transmitido a un miembro de la familia B y un miembro de la familia C en el restaurante y que más infecciones en las familias B y C eran el resultado de la transmisión dentro de la familia", dice el estudio.
Sobre el restaurante, los especialistas del CDC informaron que "es un edificio de cinco pisos con aire acondicionado y sin ventanas. El comedor del tercer piso ocupa 145 metros cuadrados; cada piso tiene su propio aire acondicionado. La distancia entre cada mesa es de aproximadamente un metro. Las familias A y B se sentaron cada una durante un período superpuesto de 53 minutos y las familias A y C durante un período superpuesto de 73 minutos. La salida de aire y la entrada de aire de retorno para el aire acondicionado central se ubicaron sobre la tabla C (panel B)".
De acuerdo a la reconstrucción, la fecha clave para el brote en el local gastronómico fue el 24 de enero, cuando "un total de 91 personas (83 clientes, ocho miembros del personal) estaban en el restaurante. De ellos, un total de 83 habían almorzado en 15 mesas en el tercer piso. Entre los 83 clientes, 10 se enfermaron con Covid-19; los otros 73 fueron identificados como contactos cercanos y en cuarentena durante 14 días".
La transmisión del virus en este brote, dijeron los especialistas, "no puede explicarse solo por la transmisión de gotas", ya que las gotas respiratorias más grandes permanecen en el aire solo por un corto tiempo y viajan solo distancias cortas, generalmente menores a 1 metro.
"Las distancias entre el paciente A1 y las personas en otras mesas, especialmente las de la mesa C, fueron todas mayores a 1 metro. Sin embargo, un fuerte flujo de aire desde el aire acondicionado podría haber propagado gotitas de la mesa C a la mesa A, luego a la mesa B y luego a la mesa C", explicaron.
Según concluyó la investigación, "en este brote, la transmisión de gotitas fue provocada por la ventilación con aire acondicionado. El factor clave para la infección fue la dirección del flujo de aire".
Para evitar la propagación de covid-19 en esos lugares, los autores del estudio recomendaron fortalecer la vigilancia de monitoreo de temperatura, así como aumentar la distancia entre las mesas y mejorar la ventilación.
Reconocimiento de la OMS
Recién el 29 de marzo, la OMS decidió actualizar el documento en el que detalla los modos de transmisión del virus para incluir los llamados aerosoles, esas pequeñas partículas que pueden mantenerse en suspensión unos minutos con carga vírica e infectar a quien la inhale.
Fue luego de que un grupo de 239 científicos internacionales urgiera al organismo internacional y a la comunidad médica a “reconocer la posible transmisión aérea del covid-19”, en un artículo publicado en la revista Clinical Infectious Diseases de Oxford.
Sin embargo, la OMS sigue siendo cautelosa al respecto, ya que dice que las pruebas son indirectas. Según describe el nuevo documento del organismo, se observaron brotes en “algunos entornos cerrados, como restaurantes, clubes nocturnos, lugares de culto o lugares de trabajo donde la gente puede estar gritando, hablando o cantando”.
“En estos brotes”, según apunta, “no se puede descartar la transmisión de aerosoles, particularmente en estos lugares interiores donde hay espacios abarrotados y con ventilación inadecuada donde las personas infectadas pasan largos períodos de tiempo con otros”.
Puntualmente sobre la ventilación en los alojamientos turísticos, lugares de trabajo y escuelas, la OMS recomienda el aire puro y limpio. En ese sentido, aconseja “que se aumente la tasa de ventilación por medios naturales o mecánicos, preferiblemente sin reciclar el aire”.
“En caso de que no pueda renovarse el aire, es preciso limpiar los filtros con frecuencia, sobre todo en los puestos donde hay un riesgo medio o alto de exposición al covid-19 para los trabajadores, como ocurre con los que atienden a los clientes en el comercio minorista o en los alojamientos turísticos y con los trabajadores domésticos”, advierte el organismo.
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