miércoles, 30 de septiembre de 2020

La patética Corte Suprema declaró admisibles los per saltum de los okupas Bertuzzi, Bruglia y Castelli

El voto de la mayoría salió con las firmas de Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda, Elena Highton de Nolasco y Horacio Rosatti. Carlos Rosenkrantz, hizo un voto por separado de sus colegas pero también admitió como válido el per saltum presentado por los tres jueces.



La Corte Suprema admitió el per saltum que presentaron los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli, movidos a dedo por el macrifascismo y que se resisten a volver a los tribunales para los cuales fueron designados. Hasta que se decida la cuestión de fondo, el Consejo de la Magistratura no deberá cubrir sus cargos. 

El voto de la mayoría salió con las firmas de Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda, Elena Highton de Nolasco y Horacio Rosatti. El presidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz, hizo un voto por separado de sus colegas pero también admitió como válido el per saltum presentado por los tres jueces.

Para aceptar un per saltum, la ley requiere que exista gravedad institucional, en el sentido de que exceda el mero interés de las partes. 

La Corte dice que eso sucede en el caso, porque más allá del interés de los dos jueces, hay que definir cuál es el alcance de los traslados de jueces federales, lo que importa para todo el sistema judicial. Se trata de analizar los procedimientos constitucionales que regulan la integración de los tribunales. 

La Corte se basa en los precedentes anteriores sobre temas de independencia y organización del poder judicial (Fallos: 330: 2361, "Aparicio" Fallos: 338:284, considerando 17 y “Uriarte”, considerando 11, Fallos: 338:1216).

La resolución se produjo después de que el presidente del máximo tribunal convocara a un acuerdo extraordinario para tratar los planteos de los tres jueces que se resisten a volver a sus tribunales de origen. Rosenkrantz fue también, de hecho, el más explícito de todos los supremos a la hora de abrirles la puerta a los tres jueces atrincherados. “No debe perderse de vista que, además de los magistrados en esta causa, múltiples jueces han quedado sujetos, actual o potencialmente, a un procedimiento especial para revisar ex post facto sus traslados”, escribió Rosenkrantz en su voto. “De asistirles razón a los recurrentes, esta situación podría constituir una grave afectación de la inamovilidad de todos los jueces que se encuentran en similares condiciones, lo que muestra el impacto sistémico de la decisión a la que en definitivamente se arribe”, sostuvo el clarinista presidente del máximo tribunal. 

Según contaron desde la Corte, cuatro de los supremos, Rosenkrantz, Lorenzetti, Maqueda y Rosatti participaron del acuerdo desde el mismo Palacio de Tribunales. La quinta jueza, Highton, se conectó desde su casa para debatir con el resto de sus colegas. Tanto Rosatti como Lorenzetti venían participando de las reuniones de la Corte por vía remota desde Santa Fe, pero volvieron a Buenos Aires para este acuerdo. En el caso, del ex presidente del tribunal lo hizo después de un escrache que sufrió en su casa de Rafaela y que habría estado organizado por una dirigente cercana a Elisa Carrió.

La decisión fue tomada en medio de fuertes presiones del macrifascismo y de los medios hegemónicos para que el fiel de la balanza se inclinara hacia la admisión por parte de los supremos de un recurso que se considera reservado a circunstancias de gravedad extraordinarias.

En el tribunal miraban con atención los pasos que daba la sala V de la Cámara en lo Contencioso Administrativo, que ya les rechazó una cautelar a Bruglia y Bertuzzi, pero debe decidir sobre el recurso de amparo planteado por ellos, es decir, si son válidos o no sus traslados desde un tribunal oral a la Cámara Federal de Inodoro Py. 

Si esa Cámara se expedía antes del acuerdo de los cortesanos, el per saltum perdería razón de ser, quedaría abstracto. Pero ocurrió algo sorpresivo: los dos jueces que analizaban el tema, Jorge Alemany y Guillermo Treacy, quedaron en posiciones enfrentadas: uno quiere anular el fallo de primera instancia de la jueza María Biotti, que rechazó el amparo de los jueces, y para el otro hay que avalarlo y cuestionar los traslados. Esta situación llevó a la necesidad de que se sortee un tercer juez (el otro integrante de la sala está excusado, Pablo Gallegos Fedriani, porque llegó al tribunal por un traslado), pero increíblemente había problemas con el sistema informático. El sorteo se realizó mientras la Corte estaba en acuerdo y salió en suerte la jueza Clara Do Pico. Sin embargo, la atención volverá a estar centrada en la Procuración General y en la Corte, que ya pidió todo el expediente para analizar el fondo.

La ofesiva de Rosenkrantz en favor del trío de jueces okupas comenzó dos semanas atrás, cuando abandonó su bajo perfil y dio a entender en declaraciones los pasquines La Nación y Clarín que la Corte trataría los recursos de per saltum, un instrumento excpecional, para casos de gravedad institucional. Entre el resto de los supremos reinaba otra tónica: esperar a que la Cámara en lo Contencioso Administrativo resolviera el amparo presentado por Bruglia y Bertuzzi en su intento por conservar los cargos en la Cámara donde fueron trasladados, sin acuerdo del Senado, por el nefasto régimen fascista de Miauricio Macri Blanco Villegas.

La semana pasada, para sumar presión y forzar el tratamiento del tema, el presidente del alto tribunal hizo uso de una de las pocas facultades que el permiten decidir algo en soledad y le dio carácter extraordinario al acuerdo de este martes y estableció que el tema a tratar serían los per saltum. Se podrían sumar los pedidos de licencia de Bruglia y Bertuzzi. Hasta el anochecer del lunes, ninguno de los ministros y ministra de la Corte habían presentado proyecto de voto alguno. Nadie parece querer mostrar sus cartas antes del encuentro, que en algunas vocalías dicen que será virtual y en otras que será presencial. La manifestación en la puerta de la casa de Lorenzetti, con consignas políticas, aumentó el malestar y los niveles de tensión.

El fiscal ante la Cámara, Rodrigo Cuesta, había presentado un rato antes del enredo de votos un dictamen durísimo contra Bruglia y Bertuzzi, coincidente con la posición del Consejo de la Magistratura, el Poder Ejecutivo, el Senado y la Cámara de Casación, que sostiene el rechazo a los traslados y que deben volver a sus cargos originales. Cuesta recordó que la la propia Cámara Federal que integraron a dedo se había opuesto a sus traslados en el momento en que fueron concretados. El dictamen recuerda que la propia Corte dijo que el sistema de traslados es de "marcada excepcionalidad, que en ningun caso podría desnaturalizar el procedimiento constitucional de selección de magistrados". Para él es claro que los traslados de Bruglia y Bertuzzi no cumplen los requisitos que podrían eximirlos del acuerdo del Senado (ser mudados a la misma juridicción y competencia y en materia y grado).

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