Francisco aseguró que la “Iglesia no repudia a ninguno de sus hijos” porque en el caso de hacerlo dejaría de ser tal para convertirse en “una secta”.
“¿Qué le dices a un católico LGBT que ha sido rechazado por la Iglesia?”, le preguntó el sacerdote jesuita norteamericano James Martin a Francisco.
La breve respuesta del Papa llegó a través de un texto manuscrito en el que la máxima autoridad de la Iglesia Católica afirmó que “me gustaría que reconocieran esto (el rechazo) no como ‘rechazo de la Iglesia’, sino como ‘personas en la Iglesia’”. Porque, siguió escribiendo el Papa, “la Iglesia es madre y convoca a todos sus hijos. Tomemos como ejemplo la parábola de los invitados a la fiesta: 'los justos, los pecadores, los ricos y los pobres, etc.' (Mateo 22, 1-15; Lucas 14, 15-24)”. Y de manera categórica Francisco cerró su respuesta afirmando que “una Iglesia 'selectiva', de 'pura sangre', no es Santa Madre Iglesia, sino una secta”.
La entrevista fue publicada por el propio cura Martins en el sitio web “Outreach” que se define como un recurso para católicos LGTBI+, sus familias y sus amistades. El sacerdote norteamericano, de asiduo contacto con el Papa, que se autodefine como un activista de los derechos de los católicos LGBTI+, es editor general de la revista jesuita América y desde 2017 es consultor de la Secretaría de Comunicaciones del Vaticano por designación de Francisco.
Desde su elección como Papa (2013) pero muy especialmente en la etapa más reciente de su pontificado Francisco ha venido reiterando sus declaraciones de cercanía hacia las personas LGTBI+ y, en particular, a quienes siendo homosexuales se consideran católicos. Una y otra vez Bergoglio se negó a pronunciar condenas contra los miembros de aquella comunidad, a pesar de las críticas que por ese motivo recibe de los sectores más conservadores del catolicismo que acusan al Papa de contradecir la enseñanza católica en la materia.
¿Qué dirías que es lo más importante que las personas LGTB debe saber acerca de Dios?, le preguntó Martin al Papa. “Dios es Padre y no repudia a ninguno de sus hijos. Y el 'estilo' de Dios es 'cercanía, misericordia y ternura'. Por este camino encontrarás a Dios”, le respondió Francisco. “¿Qué te gustaría que las personas LGTB supieran sobre la Iglesia?”, insistió el cura norteamericano en su entrevista. “Me gustaría que leyeran el libro de los Hechos de los Apóstoles. Allí encontrarán la imagen de la Iglesia viva”, dijo Bergoglio.
En diferentes oportunidades el Papa expresó su respaldo a la labor pastoral de Martin junto a la comunidad católica LGTBI+. Hace poco menos de un año le envió un mensaje al cura en el que le señaló que “quiero agradecerte tu celo pastoral y tu capacidad de estar cerca de las personas, con esa cercanía que tenía Jesús y que refleja la cercanía de Dios. Nuestro Padre del Cielo se acerca con amor a cada uno de sus hijos, a todos y a cada uno. Su corazón está abierto para todos y para cada uno”.
En similares términos Francisco le escribió el 10 de diciembre último una carta manuscrita a Jeannine Gramick (80 años), una monja norteamericana de la comunidad de las Hermanas de Loreto y fundadora del apostolado católico News Ways Ministry (Nuevos caminos del apostolado católico). En esa ocasión el Papa agradeció a la religiosa por sus 50 años de trabajo y apoyo al colectivo LGTBI+, saliendo incluso al cruce de las críticas que varios obispos norteamericanos formularon contra la mujer pidiendo incluso que fuera apartada de su trabajo.
En su misiva, Francisco elogió a Gramick por su disposición a sufrir por amor. “No tenías miedo a la 'cercanía'”, escribió, “y acercándote lo hacías 'sintiendo el dolor' y sin condenar a nadie, pero con la 'ternura' de una hermana, de una madre”. Antes el Papa, reconociendo que la monja había sido perseguida por autoridades eclesiásticas por su labor junto a la comunidad homosexual, dijo conocer “cuánto sufrió” y la describió como “una mujer valiente que toma sus decisiones en la oración”.
En 2013, cuando se le preguntó a Francisco sobre los homosexuales, la respuesta del Papa fue “¿Quién soy yo para juzgar?”. En 2016, en el documento Amoris Laetitia (La alegría del amor), el Papa subrayó la importancia de que en el trabajo pastoral de la Iglesia con la comunidad homosexual se tome en cuenta “ante todo” la dignidad humana y se ponga a cualquier violencia que se pretenda ejercer contra estas personas.
En distintas oportunidades en los últimos años Bergoglio ha ido marcando un cambio significativo en el enfoque pastoral de la Iglesia acerca de la comunidad LGTBI+, subrayando la “cercanía” y el “acompañamiento” si bien el Papa se negó hasta ahora a revisar el magisterio católico que condena a estas personas.
Por Washington Uranga para Página/12
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