El gobernador bonaerense destacó que su Gobierno decidió "generar una transformación" de la Policía debido al "desprestigio que acosaba a la fuerza", y prometió ser "implacable" ante un hecho "de corrupción o una violación de los derechos humanos".
Con el eco del caso de Luciano Olivera, el gobernador Axel Kicillof participó ayer al mediodía del acto por los 200 años de la Policía Bonaerense y convocó a la fuerza a "reconciliarse con el pueblo de la Provincia", pero planteó: "Vamos a ser implacables con la corrupción y con todo incumplimiento de la normativa de Derechos Humanos". El mandatario provincial habló de darle "jerarquía universitaria" a la formación policial.
Sin mencionar explícitamente el crimen del adolescente de Miramar que provocó el deplazamiento de jefe policía de la localidad balnearia, Axel envió un mensaje hacia adentro de la fuerza para poner fin a los excesos de violencia institucional al mismo tiempo que destacó que la provincia "necesita una Policía implacable con el delito".
"Necesitamos una Policía comprometida y solidaria, que haga cumplir la ley, cumpliéndola", convocó el mandatario bonaerense a los integrantes de la policía provincial y fue cuando advirtió que será "implacable con todo hecho de corrupción y con todo incumplimiento de la normativa de los Derechos Humanos".
Con esa declaración de principios, Kicillof confió en la posibilidad de que la Bonaerense inicie "una nueva etapa" en la que pueda "reconciliarse con el pueblo de la Provincia" y "ganarse su afecto".
El gobernador les recordó a los mandos y oficiales de la Bonaerense que su Gobierno asumió con "una fuerza mal paga, mal equipada y mal formada". Parte de ese combo orquestó las protestas de grupos de efectivos de la policía provincial que terminaron en las puertas de la Quinta de Olivos, con una amenaza a la estabilidad del gobierno. Y se resolvió con la intervención del presidente Alberto Fernández asegurando nuevos fondos para la Bonaerense.
Asimismo, aseguró que desde el inicio de su gobierno la decisión es la de "generar una transformación en la raíz", con el ministro de Seguridad, Sergio Berni, a cargo; y consideró que la reforma estructural necesaria es para revertir el "desprestigio que acosaba a la fuerza".
En este sentido, recordó que cumplió con el compromiso dado al asumir respecto de la equiparación de la Policía Bonaerense con las fuerzas federales y resaltó que se trata de un hecho que demandó "una inversión enorme de nuestro pueblo".
"Los sueldos de nuestros agentes habían perdido 25 por ciento en los últimos cuatro años y el equipamiento como patrulleros, chalecos y armamentos estaba destruido o ausente", les recordó a los integrantes de la Bonaerense sobre los años de la nefasta gestión de María Eugenia Vidal en la provincia.
"El gobierno anterior no solo bajo los sueldos, sino que recibió una Policía con 95 mil agentes y la devolvió con 5 mil menos: la devolvió mal paga y más chica", resaltó Kicillof.
"Hace falta una policía más profesional y más preparada, y para ello es preciso darle jerarquía universitaria a la formación policial", anticipó el mandatario bonaerense.
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