En la Rosada marcan como vectores centrales el seguimiento preciso de las variables y la negociación permanente con el Ejecutivo como protagonista central. Sobre la mesa hay instrumentos ya utilizados, como los acuerdos de precios. La posibilidad de subir retenciones y la tensión con el poder económico.
A pura rosca. Este lunes el Gobierno nacional comenzará a citar a sindicalistas y empresarios para acordar el ritmo y los porcentajes de aumento de precios y salarios. El gabinete económico se propuso el objetivo de que este año el poder adquisitivo de los trabajadores supere el costo de vida. "Que los salarios le ganen a la inflación", repitieron los altos funcionarios. Las herramientas son el control ciudadano, los precios máximos y las mesas sectoriales. Sin embargo, los productores ligados a la agroindustria salieron a marcar la cancha incluso antes de que comiencen los encuentros.
La decisión de la administración Fernández es apelar a la "rosca para lograr la armonización de las expectativas inflacionarias entre precios y salarios". Cecilia Todesca Bocco está a cargo de la convocatoria a sindicalistas. Los empezará a llamar hoy para que se acerquen a Casa Rosada. Los empresarios podrían concurrir el jueves o, si no se llega con la convocatoria, el próximo miércoles. El ámbito será el gabinete económico, del que también participará la secretaria de Comercio Interior, Paula Español. Su jefe, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, su par de Trabajo, Claudio Moroni, y el propio Martín Guzmán estarán sentados a la mesa también.
Los números a respetar son los que están escritos en la ley de Presupuesto 2021, en donde se asegura que la inflación será del 29%. El primer sindicato que cumplió con el pedido del gobierno fue La Bancaria, cuyo titular Sergio Palazzo se juntó con el presidente la semana pasada en Olivos.
La convocatoria a los sindicalistas no se acota a los titulares de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, criticados por las bases por su actuación complaciente durante el macrifascismo, quienes debían renovar su mandato el año pasado. Sin embargo, la pandemia pospuso las elecciones en la central obrera. Es por eso que el Gobierno también convocará a los referentes de la Corriente Sindical, donde además de Palazzo también está el moyanismo, alejado de la conducción actual y cercano al propio Alberto Fernández.
Por lo pronto, la Jefatura de Gabinete le pidió a Moroni los contactos de todos los referentes sindicales. El objetivo es que la convocatoria sea lo más amplia posible para garantizar un acuerdo sólido. Si bien fue la propia Todesca Bocco quien aseguró que no habrá techos salariales, es el mismo Gobierno quien no quiere que los salarios escalen. El famoso "acompañamiento de las variables" devela un temor no reconocido de manera pública de que los salarios empujen la inflación, teoría que enoja a los sectores más combativos del Frente de Todos.
Durante el fin de semana los funcionarios e integrantes de la coalición de Gobierno salieron a tuitear la campaña de control de precios y a difundir las aplicaciones de control social de las góndolas, con la intención de sumar a la ciudadanía a la vigilancia.
Junto con el acuerdo de precios de la carne, el Gobierno también lanzó una canasta básica escolar para encarar el comienzo de las clases, momento del año doloroso para los bolsillos de las familias.
Además de estos encuentros, anunciados por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el Gobierno tiene en gateras el lanzamiento del tan postergado Acuerdo Económico y Social. Lo encabezará el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Beliz. A esta instancia no solo concurrirán los sindicatos y las cámaras empresariales sino que también serán convocados los movimientos sociales y la Iglesia. El objetivo de esta instancia es acordar y planificar políticas de mediano y largo plazo. Sin embargo, la coyuntura de suba de precios apremia ahora, por lo que además de los encuentros de esta semana, el Ejecutivo seguirá con las reuniones y acuerdos sectoriales, como el de la carne o los productos escolares.
Por su parte, las cámaras agropecuarias ya mostraron los dientes esta semana tras la declaración de Todesca Bocco de no descartar la suba de retenciones a las exportaciones agrícolas. De hecho, el gobierno está habilitado por ley a subir tres puntos más en el trigo y el maíz, que podrían pasar de 12 a 15 puntos, y la soja, que puede subir hasta el 33.
Si bien todavía en el gobierno no están evaluando esa posibilidad, los empresarios productores de soja, commoditie que siguió subiendo su precio internacional, ya adelantaron su oposición de manera feroz a través de sus medios de comunicación aliados. El paro de enero que hizo retroceder al gobierno los dejó envalentonados.
Pero la suba de retenciones no solo aportaría mayor volumen de dólares al Gobierno, que se encuentra en medio de las negociaciones con el FMI, sino que también desalentaría en parte las exportaciones. Podría servir de control efectivo de los precios de los alimentos que llegan a la mesa argentina.
Habrá que ver qué resultado concreto logra está semana el gabinete económico de Alberto Fernández y cuál es el resultado de su estrategia dialoguista. Por más afinidad personal que tenga el presidente con los dirigentes sindicales, nadie quiere que en este año electoral la ciudadanía vea otra vez relegado su poder adquisitivo. Habrá que ver qué resultado concreto logra está semana el gabinete económico de Alberto Fernández y cuál es el resultado de su estrategia dialoguista. Por más afinidad personal que tenga el presidente con los dirigentes sindicales, nadie quiere que en este año electoral la ciudadanía vea otra vez relegado su poder adquisitivo.
Fuente: nota de Gimena Fuertes para Tiempo Argentino
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