La creó Perón en 1974 y la cerró en 1978 la dictadura militar. Ahora buscan profundizar la relación bilateral con un país clave del sureste asiático: el octavo más poblado del mundo. El año pasado el superávit fue de 720 millones de dólares. Claves y perlitas de un país fana de Messi y la selección.
Ganar un Mundial no es solo un logro futbolístico y sus beneficios exceden lo deportivo. Lo sabe el Gobierno, que acaba de inaugurar la nueva embajada argentina en Bangladesh –el país más fanático de la selección campeona del mundo–, creada por el general Juan Domingo Perón en 1974 y disuelta por la última dictadura militar.
El dulce de leche, los alfajores, la yerba mate y la versión bangladeshí de "Muchachos" interpretada por un grupo de fans local, animó la inauguración de la nueva sede diplomática en Dacca, en la que estuvo presente el canciller Santiago Cafiero. Fue la primera visita que realiza un ministro de Relaciones Exteriores sudamericano a esta nación que tiene más de 170 millones de habitantes y que es clave para la economía y geopolítica del sureste asiático.
De hecho, el canciller se encuentra en el país asiático junto a una comitiva de empresas nacionales que integran la misión comercial "con el objetivo de desarrollar una intensa agenda de promoción de exportaciones y de inversiones". La lista es larga y ecléctica: Marolio, Ecofactory, Vetanco, Lipotech, Luna de los Andes Sabias Semillas, Letis, Santo Pipó, Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), The Halal Catering Argentina HCB, Havanna, Arcor, Baltazar-Alfa Pampa, Suplefeed, Ronalb, Club Atlético River Plate y Cargill.
"Hoy estamos cumpliendo un deber moral, un deber ético e histórico reabriendo nuestra Embajada en Bangladesh. Se había puesto en funcionamiento en el año 1974, cuando la Argentina gobernada por el general Juan Domingo Perón reconocía a un pueblo hermano como lo es el de Bangladesh. Apenas unos años después, la Embajada fue cerrada por una dictadura militar que en nuestro país quiso borrar la huella de muchos compatriotas, pero también la huella de pueblos hermanos y de relaciones que teníamos establecidas hasta ese momento", remarcó Cafiero.
“Debemos seguir construyendo una relación que nos una, que acerque dos países culturalmente distintos, geográficamente distantes pero con un sentimiento único; lo que el amor de Bangladesh demostró hacia la Argentina es que también en este tiempo de incertidumbre, donde el mundo se debate en una guerra, debemos afianzar el vínculo del sur global, afianzar esa agenda y poner en eje la dignidad de las personas”, agregó y detalló que “en los diferentes foros internacionales países como los nuestros tienen que elevar la voz mucho más alto porque a veces no somos escuchados, es por eso que necesitamos actuar siempre de modo cooperativo y conjunto”.
Con la reapertura de la Embajada y de su sección consular, Argentina busca explotar las potencialidades de la relación bilateral, fundamentalmente en el aspecto comercial "que tiene un amplio potencial de crecimiento". En 2022 el intercambio económico con Bangladesh fue de 765 millones de dólares. Las exportaciones argentinas alcanzaron U$S 742,9 millones y las importaciones desde Bangladesh totalizaron 22,1 millones. El superávit comercial para Argentina en 2022 fue de U$S 720,8 millones.
Según expresan desde Cancillería, buscan diversificar el comercio y la oferta exportable argentina, centrada actualmente en aceites, cereales, harinas y pellets de soja. Acotaron que además buscan "promover la cooperación en el ámbito deportivo, satelital, ayuda humanitaria y gestión de desastres". Incluso rubricaron memorandos de entendimiento en materia de cooperación e intercambio comercial, academias diplomáticas y fútbol.
De Maradona a Messi, amor a la argentina en Bangladesh
El fanatismo bangladesí por el fútbol argentino, por lo que han comentado cronistas e historiadores que visitaron ese país asiático, viene del 22 de junio de 1986. Sí, nuevamente Maradona. Sus dos goles a Inglaterra fueron más que fútbol.
Fue casi un acto de geopolítica, contra el país europeo colonizador. En Bangladesh lo sintieron así.
Históricamente humillados por los británicos durante un par de siglos cuando aún pertenecían al Indostán, lo vivieron como un acto de justicia. Y hasta hoy viven agradecidos con Argentina y su fútbol. La 10 se mantuvo.
Maradona es hoy Messi. El virtuosismo popular, la rebelión. Y más aún en este mundial que mostró su faceta más maradoniana. La “vulgaridad” como un sentimiento compartido.
Para tomar dimensión hay que pensar que Bangladesh, de mayoría musulmana, recién se independizó en 1971, hace apenas 51 años. Veinticuatro años después que la India y Pakistán. Y poco se sabía y se sabe de ese país lejano, solo aquellos amantes de la música lo recordarán por ser el primer recital benéfico internacional, coordinado por George Harrison y editado en el disco "The Concert for Bangladesh". Pero el fútbol ahí pesa más que la música inglesa. Como comenta Fer Duclós en Cenital, entre el estado indio de Kerala (visitada por Maradona en 2012), Bengala Occidental y Bangladesh (las tres zonas de toda la región donde el fútbol vence en pasión al cricket) “suman casi 300 millones de personas”.
Durante el mes del Mundial Bangladesh empezó a acaparar las miradas del periodismo argentino. Así, por ejemplo se pudo conocer que crece a tasas chinas, es el segundo exportador de productos textiles del mundo, tiene inflación de un dígito y que en un territorio del mismo tamaño de Córdoba es habitado por 170 millones de personas. También, como en estas latitudes, es un país marcado por desigualdades sociales, y miles de trabajadores y trabajadoras trabajan confeccionando indumentaria para las principales marcas del mundo con sueldos muchísimos más bajos que el valor de lo que fabrican. Por ejemplo, camisetas de fútbol.
Hoy sus autoridades se ilusionan con un sueño. "Queremos traer a Messi a Bangladesh”. Así lo expresó Sadia Faizunnesa, embajadora de Bangladesh en Brasil y que ejerce como autoridad diplomática para Argentina, Bolivia, Paraguay y Chile. De hecho, la AFA tiene en carpeta la posibilidad de concretar un amistoso, que le permitiría profundizar económicamente un mercado de cientos de millones de personas.
"Vamos intentar hacerlo, queremos hacer un partido en Bangladesh. Messi es muy popular, amamos a los argentinos por el fútbol así que sería un honor tenerlo en nuestro país", ratificó y recordó escenas de una relación histórica: "Cuando declaramos la independencia en 1971 Argentina la reconoció muy pronto".
Por Gustavo Sarmiento para Tiempo Argentino
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