El cónclave ocurrirá el 3 de febrero en el Kremlin, y un día después el presidente partirá hacia Beijing para participar de la inauguración oficial de los juegos olímpicos de invierno, invitado por Xi Jinping.
El presidente Alberto Fernández se reunirá el próximo 3 de febrero, en Moscú, con su par de Rusia, Vladimir Putin, según informaron fuentes oficiales.
El encuentro, que se conoció ayer a la tarde de forma inesperada, se producirá un día antes del arribo del primer mandatario a China, en un viaje que estaba programado desde hace semanas para el 4 de febrero, durante el cual participará de la inauguración oficial de los Juegos Olímpicos de invierno, invitado por Xi Jinping.
La escala en Rusia será de 48 horas, confirmaron fuentes de la Presidencia, y detallaron que el encuentro con Putin consistirá en una reunión bilateral “que estaba pendiente” y que versará sobre “colaboración en vacunas, inversiones y colaboración en ciencia y temas de interés común”.
El viaje de Alberto Fernández se había gestado a finales del año pasado, durante un encuentro entre el Primer Mandatario y las autoridades del Fondo Ruso de Inversión Directa y directivos de empresas rusas en la Casa Rosada. En ese momento, fuentes oficiales informaron que el Presidente había sido invitado oficialmente a Rusia, pero hasta el momento no se había concretado el viaje debido a las dificultades epidemiológicos derivadas de la pandemia.
El encuentro con Putin había sido postergado por la pandemia, pero también por motivos geopolíticos. Tenían previsto verse durante la cumbre del G20 que se celebró en Roma con los principales líderes del mundo a fines de noviembre del año pasado, pero la declinación a último momento del mandatario ruso, que no formó parte del cónclave internacional, había imposibilitado el cara a cara.
Fernández y Putin sólo habían tenido un encuentro fugaz durante el desembarco del mandatario Argentino en Jerusalén, en enero de 2020. Entonces habían cruzado apenas un saludo informal en el Museo del Holocausto. A lo largo de los dos años de su gestión, se comunicaron en varias ocasiones, por teléfono y vía videoconferencia. Pero la reunión que tendrá lugar en el comienzo de febrero será la primera bilateral presencial entre ambos mandatarios.
Los viajes se producen cuando se encuentran en la recta final las negociaciones del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por el refinanciamiento de la deuda de 44 mil millones de dólares que contrajo la infame administración de Miauricio Macri Blanco Villegas en 2018. China y Rusia son dos potencias con las cuales Estados Unidos, principal accionista en el Fondo, mantiene conflictos comerciales y políticos. Pero en la Casa Rosada aseguran que las visitas a los mandatarios de esos países no tienen consecuencias en los diálogos con el organismo por el Programa de Facilidades Extendidas.
Días atrás, Alberto Fernández expresó su postura al respecto: “Las relaciones internacionales se rigen por el principio del multilateralismo. Eso supone no alinearse con nadie y hacer lo que al país le resulta conveniente”, dijo y agregó que “cuando hablo con Biden, no me pongo contra China. Y cuando hablo con Xi Jinping, no me pongo contra USA. Y cuando hablo con Putin, no me enfrento ni a China, ni a Europa ni a Estados Unidos. Es toda una enorme simplificación. Cuando viaje a China, lo haré sabiendo que China es en el FMI mucho más duro con nosotros que USA misma. A mi cada día me impresiona más la simplificación periodística a la hora de leer la realidad”.
En paralelo, Alberto Fernández busca regar las relaciones con la Casa Blanca. El próximo 18 de enero, el canciller Santiago Cafiero viajará a Washington para encontrarse con el secretario de Estado, Antony Blinken y, posiblemente, con Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional. El objetivo central de esos encuentros será aceitar los vínculos con el gobierno estadounidense y lograr una mejor posición de la Argentina en la lista de prioridades internacionales del gobierno de Joseph Biden. Cafiero aspira a poder concretar una reunión entre el Presidente y su par de Estados Unidos.
En China, Alberto Fernández tiene previsto participar de la inauguración oficial de los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, un evento deportivo que Estados Unidos cuestiona por las violaciones a los derechos humanos en Xinjiang que el régimen comunista ejecuta contra la minoría étnica Uigur. El presidente considera a la potencia asiática como un socio estratégico y durante su visita tiene previsto firmar la incorporación de la Argentina al programa conocido como la Ruta de la Seda.
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