lunes, 10 de enero de 2022

El primer minisatélite argentino nació en un aula de una escuela pública marplatense

Diseñado en la Escuela de Educación Técnica Número 5 de Mar del Plata, el MDQubeSAT1 San Martín pesa 461 gramos y será el pionero de la constelación Libertadores de América para, entre otras utilidades, brindar servicios de comunicación en áreas aisladas sin conectividad del país y de la región.



Cuando en 2019 el profesor de la materia Electrónica Aplicada de la Escuela de Educación Técnica Número 5 de Mar del Plata les propuso a sus estudiantes hacer un satélite, el desafío fue aceptado con timidez y hasta incredulidad. Casi tres años después, en enero de 2022 ese satélite tomoó cuerpo y será lanzado en un cohete Falcon 9 desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, en Florida, Estados Unidos.

“Primero los alumnos no levantaban la mano ni locos porque era un desafío muy grande. Hasta que se animó uno, dos, tres, cuatro hasta ser mayoría”, recuerda el docente Alejandro Cordero, líder del proyecto y CEO de Innova Space, la compañía que nació para que el primer picosatélite construido en la Argentina deje el aula marplatense y se convierta en un desarrollo profesional.

Los satélites se pueden clasificar y reciben un nombre según su tamaño y peso; en este caso se trata de un picosatélite que se puede sostener en una mano ya que tiene una dimensión de 10 por 10 por 5 centímetros y un peso de 461 gramos. Luego de su lanzamiento previsto para el 13 de enero a las 12.25, hora argentina, y si las condiciones climáticas lo permiten, estará en una órbita polar a unos 400-500 kilómetros de altura.

Para Cordero los satélites pequeños tienen una serie de ventajas como la posibilidad de producirse un gran número en poco tiempo y con bajo costo de lanzamiento. “Es como un flete terrestre -compara- si un paquete pesa un kilo tiene un precio y el de 100 kilos otro, es más caro. Esto es lo mismo, en este caso el transporte es el cohete. Eso nos permite lanzar muchos más satélites con el mismo costo que el de un solo satélite convencional”.

Los picosatélites funcionan en una constelación para contar con mayor grado de cobertura en comunicación es por eso que el MDQubeSAT1 San Martín será el primero de la constelación Libertadores de América. “Este año vamos a lanzar entre 4 y 6, el año que viene entre 12 y 16 y en 2024 alrededor de 90 picosatélites”, asegura con entusiasmo Cordero.

La principal aplicación de estos picosatélites es comunicar, brindar conexión a Internet en lugares aislados y está pensado para asistir con servicios al sector productivo. “Lo vamos a comercializar recién dentro de dos años. Ahora, como siempre se hace en esta industria, haremos todas las pruebas de concepto para dejar óptimo el sistema”, adelanta el docente quien también es técnico electrónico, licenciado en Educación a lo que se le suman posgrados en Negocios y en Tecnología.


“Esto empezó como un sueño, nunca pensamos que íbamos a lanzar un satélite. Pero como también soy una persona de negocios fui entendiendo que no era solo una idea, sino que podía llegar un modelo de negocios que dé rentas”, explica el CEO de Innova Space.

La aspiración del profesor y de los 12 estudiantes que trabajaban a diario en el diseño de un satélite no sólo atrajo la atención de los medios de comunicación marplatenses, sino también de la aceleradora de proyectos Neutrón que realizó una primera inversión en 2019. Eso motivó a que Cordero junto a dos ex alumnos, Luca Uriarte e Iván Mellina, crearan la startup Innova Space. Y en el año 2020 obtuvieron el financiamiento por 14.500.000 de pesos de un Aporte No Reembolsable (ANR) del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.

“La inversión del proyecto -detalla Cordero- fue de alrededor de 250 mil dólares de la aceleradora y otros 150 mil del ANR, con eso tuvimos fondos para el satélite, el lanzamiento y más de un año de trabajo”.

En el proyecto también intervinieron instituciones públicas como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que trabajó en el ensamble de los paneles solares del picosatélite. Además, en las instalaciones del Grupo de Estudios del Medio Ambiente (GEMA) de la Universidad de La Plata se expuso al equipo a ensayos de vibraciones con el fin de determinar su calificación para el lanzamiento, que superó con éxito.

A pesar de la proximidad a la fecha del lanzamiento, Cordero no muestra signos de nerviosismo, tampoco lo inquieta el momento en que el satélite sea puesto en órbita baja y deba desplegar la antena y los paneles solares que le proveerán de energía. “Ya doy por hecho que esto es un éxito. Es histórico, hasta ahora en el país no se había podido desarrollar un satélite en nueve meses desde cero”, asegura y agrega que “ahora estoy pensando en los próximos dos lanzamientos que ya estamos pagando. Esto recién empieza y va a ser una carrera muy rápida. En menos de siete meses lanzaremos dos más”.

Para el líder del proyecto lo conseguido fue gracias al trabajo y la pasión. A esta dedicación que cuenta el satélite se le suma como sello personal de cada uno de los desarrollos de Cordero una imagen de las Islas Malvinas en el techo “para reivindicar a nuestros héroes”.

El nombre de la constelación Libertadores de América surgió “para expresar la libertad de poder comunicarse y hacer todo lo que queramos; tiene que ver con el espíritu libertador de todos lo que pensaron en esta América grande”, expresa Cordero.

También es una forma de recordar a su padrino, con quien dialogaba sobre los próceres del país. “Mis orígenes son muy humildes, mis vacaciones eran irme en bicicleta a la casa de mi padrino, de un barrio a otro, y quedarme en su biblioteca. Eso queda grabado por siempre en nuestra mente. Tiene que ver con nuestra fundación, uno no tiene que olvidar de donde viene, es el mejor homenaje que puedo hacer”.

Mientras piensa en los próximos proyectos, Cordero hace una pausa con el fin de dejar un mensaje para los jóvenes: “Que se la crean, en el buen sentido, que crean en lo que quieran hacer porque junto con la pasión y el trabajo, no hay nada que no se pueda lograr”.
Por Cecilia Farré, de la Red Argentina de Periodismo Cientícico, para Télam

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