jueves, 29 de julio de 2021

Asumió Pedro Castillo como presidente de Perú, con la promesa de un "cambio responsable" y un "golpe de inversión pública"

El nuevo mandatario juró por "los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva Constitución". En su discurso inaugural hizo hincapié en las zonas rurales y más pobres.



El flamante presidente de Perú, Pedro Castillo, prometió en su discurso inaugural un "cambio responsable", con respeto a la propiedad privada y a los avances logrados en los últimos años, y adelantó que habrá "un golpe de inversión pública" e hizo hincapié en las zonas rurales y más pobres.

Castillo afirmó que es "totalmente falso" que su Gobierno vaya a incurrir en expropiaciones o estatizaciones, como afirman sus adversarios, pero advirtió que habrá un sistema en el que "las grandes empresas no estafen al fisco" y en que el Estado asuma un rol fiscalizador en "la defensa del ambiente y los derechos de los consumidores".

Uno de los ejes de su Gobierno será el envío al Congreso de un proyecto de ley para reformar la Constitución a través de la creación de una una asamblea constituyente, que redactará el texto que luego deberá ser aprobado en un referendo popular, adelantó.

"Todos saben que una de nuestras principales banderas políticas es la convocatoria de una Asamblea Constituyente. Insistiremos en esto pero siempre en el marco de la ley y la actual Constitución", prometió el mandatario y aseguró que ese cuerpo tendrá una composición con paridad de género y cuotas para los pueblos originarios, gremios, organizaciones populares y movimientos sociales.

No dio muchos detalles pero habló de "una nueva constitución política que permita adaptar los cambios actuales" y "garantizar los ingresos del Estado nacional".

"Un Gobierno del pueblo ha llegado para gobernar con el pueblo y por el pueblo. No los defraudaré", afirmó el mandatario en el discurso pronunciado ante el Congreso inmediatamente después de que jurara como presidente para el período 2021-2026.

El mandatario, un profesor de izquierda de 51 años destacó, en ese marco, que es el primer presidente campesino y maestro rural y que está respaldado por un partido fundado fuera de Lima.

"Es la primera vez que nuestro país será gobernado por un campesino, una persona que pertenece como muchos de los peruanos a los sectores oprimidos por tantos siglos y de un maestro rural para presidir la República", afirmó y agregó que "yo soy el niño que un día estudió en la escuela rural 10465 de (el caserío de) Puña", agregó. Además, afirmó que "la historia del Perú silenciado es también mi historia".

Castillo se comprometió a seguir en la lucha contra la epidemia de Covid-19 y prometió un sistema que permita "acercar la salud a la población". En ese marco, garantizó un fuerte incremento en la cobertura de seguro y en el equipamiento de los centros médicos.

Para el presidente, la pandemia demostró que las críticas que se hacían al sistema liberal “no solo eran justas, sino además legítimas”, por lo que se comprometió con el cambio. Antes de jurar en el cargo había insistido en la necesidad de una nueva Constitución y afirmó que "la población pide cambios y no está dispuesta a renunciar a ellos".

"Queremos construir un país más próspero, más justo, en el que las riquezas se distribuyan de manera más equitativa entre los ciudadanos", destacó.

Asimismo, adelantó propuestas concretas de desarrollo de infraestructura, incluso con las partidas presupuestarias que destinará. "Impulsaremos un golpe de inversión pública", prometió y destacó la "ayuda directa a familias vulnerables" y la construcción de infraestructura y saneamiento rural en los municipios.

También anunció que creará un Ministerio de Ciencia y Tecnología para que el país "sume más valor agregado" a su producción, y se comprometió con políticas para enfrentar la violencia sexual contra las mujeres en la sociedad peruana. A su vez, dijo que cambiará el nombre al Ministerio de Cultura por Ministerio de Culturas "porque este es un país diverso" y anunció que esta última cartera trasladará su sede al actual Palacio de Gobierno. En el plano social, también anunció que "los jóvenes que no estudian ni trabajan deberán acudir al servicio militar".

Jura

Castillo asumió como presidente de Perú en la sede del Congreso, en Lima, para el período 2021-2026, en medio de gran expectativa y polarización en el país.

"Juro por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva Constitución", dijo el docente rural y sindicalista de izquierda de 51 años, cuando la presidenta del Congreso, Maricarmen Alva, le tomó el juramento y, de inmediato, le fue colocada la banda presidencial.


En cuanto al combate contra la corrupción, destacó que no es aceptable que solo los dirigentes políticos vayan presos, mientras que los empresarios señalados o sospechados quedan libres.

Vestido con un traje sobrio con cierre y detalles de diseños de ropa autóctona de su región y su tradicional sombrero blanco, el mandatario electo, que derrotó en segunda vuelta el 6 de junio a la líder de derecha Keiko Fujimori, por un 50,1% contra un 49,9%, asumió el cargo y, acto seguido, lo hizo su vicepresidenta, Dina Boluarte.

La ceremonia

Castillo había llegado acompañado de una delegación multipartidista del Congreso, que fue hasta el palacio Torre Tagle, sede de la Cancillería, para invitarlo formalmente a tomar parte de la ceremonia, tal como estipula el protocolo.

En ese segundo acto oficial de la jornada, fue condecorado con las órdenes nacionales.En la sede del Congreso, hacía rato lo esperaba Boluarte y la familia del flamante presidente.

Minutos antes de la asunción, el ahora expresidente Francisco Sagasti se despidió de los mandatarios de América Latina que participan de la toma de posesión -"Hasta la próxima, en segundos entregó la banda, y vuelvo a ser un ciudadano"- y luego entregó la banda presidencial en la puerta del Congreso. No ingresó al pleno ni participó de la ceremonia, como sí hicieron muchos de sus antecesores. Rápidamente Alva, la flamante titular del Congreso y dirigente opositora, se colocó la banda allí mismo.

Los actos oficiales de eayer, que se iniciaron con un tedeum celebrado en la Catedral por el arzobispo de Lima, Carlos Castillo, coinciden con el Bicentenario de la proclamación de la independencia de Perú por parte del Libertador argentino José de San Martín.

A la medianoche de ayer, Lima, que paradójicamente entró a esa misma hora en toque de queda en el marco de la lucha contra la pandemia de Covid 19, se llenó en diversos barrios de fuegos artificiales, en recuerdo de la proclamación, consolidada tres años más tarde con el triunfo sobre los españoles en la batalla del departamento andino de Ayacucho.

La unanimidad en la celebración del Bicentenario contrasta con la evidente división derivada de la hostilidad entre Castillo y Fujimori y de los frustrados intentos de ésta por desconocer la legitimidad del triunfo del profesor de escuela rural, un hombre de modesto origen que ha vivido siempre en su pequeño caserío natal de Puña, en los Andes norteños.

Los invitados

A la investidura asistieron como invitados el rey Felipe de España, los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Sebastián Piñera, y Ecuador, Guillermo Lasso, y el ex
presidente boliviano Evo Morales, entre otros.

Castillo, quien tiene su gran base de respaldo popular en los Andes de Perú, en contraste con la hostilidad de Lima, repetirá este jueves su juramento en forma simbólica en la zona de Ayacucho en que se libró la célebre batalla definitiva en diciembre de 1824.

La Secretaria de Comunicación Estratégica y Prensa de la Presidencia entrante informó que también en Ayacucho jurará en el cargo este jueves el presidente del Consejo de Ministros, mientras que recién al día siguiente, de vuelta en Lima, harán lo propios los ministros del gabinete.

Originalmente, todos iban a asumir ayer a laa tarde. No se informó la razón para la postergación, pero según fuentes periodísticas, Castillo está tratando de equilibrar las elecciones de funcionarios para que el resultado sea un gabinete satisfactorio para los intereses, tanto de sus simpatizantes desde la primera vuelta electoral hasta sus quienes se convirtieron en sus aliados en la segunda. Aún no se conocen los nombres de ninguno de estos futuros miembros del Gobierno de Castillo.

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