La lista de unidad implica la reunificación del bloque de la UCR en la Cámara baja y el reparto de los cargos. El fascista jujeño quiere que Negri presida el bloque y buscará que Rodrigo de Loredo haga lo propio en el interbloque.
Haciendo gala de la tradición radical en donde prima el “se dobla pero no se rompe”, el Comité Nacional logró una lista de unidad que llevó a la presidencia a Gerardo Morales y ahora, con esa interna resulta, el centenario partido busca avanzar en su disputa de poder con el PRO dentro de la alianza de derecha Juntos por el Cambio.
La lista de unidad con el sector de Martín Lousteau que dejó a Morales como líder político de la UCR trae como consecuencia la unificación del bloque radical en la Cámara de Diputados. “No se puede estar unidos acá -en el Comité Nacional- y separados en la Cámara”, dijo uno de los 94 delegados radicales que consagraron la fórmula por unanimidad. “Trabajar para la unidad forma parte del acuerdo”, agregó otro con un alto puesto dentro del centenario partido.
El acuerdo implica que se trabajará en la unión de la bancada con fecha límite el 1º de marzo, que es cuando empiezan las sesiones ordinarias. Pero el entendimiento trae algunos otros acuerdos internos y que buscan resolver el motivo de la fractura: el liderazgo.
Según confirmó el propio Morales, se trabajará para unir al bloque con la condición de que Mario Negri se mantenga como el presidente. El problema es que esa continuidad fue la que generó el quiebre con el sector de Evolución que comanda Lousteau. “Ahí vamos a ir a discutir la presidencia del interbloque que puede ser para alguien de Evolución”, reconoció el gobernador fascista de Jujuy.
Negri ya avisó que no está interesado en mantener ese cargo -fue el último presidente del interbloque- y que se quiere quedar como el jefe del bloque. En esas idas y vueltas, surgió con fuerza que la propuesta radical sea el representante de Evolución, Rodrigo de Loredo.
El problema que enfrenta la idea del carcelero de Milagro Sala es que no solo desde el PRO encontrará resistencia, sino que desde la Coalición Cínica tampoco miran con agrado que se utilice la presidencia del interbloque como prenda de la interna radical. “A nosotros nadie nos dijo nada y el interbloque no está para solucionar la interna radical. Nosotros acordamos decidir esto para marzo y no veo que se pueda adelantar”, explicó una fuente del bloque del partido de Elisa Carrió.
Aunque el plazo es marzo y los bloques más importantes de Juntos por el Cambio acordaron no tomar ninguna resolución hasta esa fecha, la discusión plantea la primera pelea frente a frente entre Morales y Horacio Rodríguez Larrata en la previa al 2023.
Ambos quieren ser los candidatos, o por lo menos trabajan para serlo, de la fórmula que va a disputar la presidencia en 2023 y saben que buena parte de la discusión política pasará por el Congreso de la Nación. La exposición a la hora de plantear las ideas será un valor importante.
Pero las internas recién están comenzando. Algunos entendidos en la política parlamentaria señalan que será difícil para el titular del Comité Nacional conformar a todos. En especial a los de Evolución.
“Falta para que se defina, todo es posible de acá a marzo y el acuerdo es que recién para esa fecha se discuta. Mientras tanto, el radicalismo deberá reordenarse porque hoy están todos discutiendo algo. Una vez que se reordene podrá avanzar. Además, en el caso de Evolución, deberían ordenar mejor la estrategia porque firmaron un dictamen en la comisión de Presupuesto y se pelearon con el resto de Juntos por el Cambio para diferenciarse, eso no cayó bien”, explicó una fuente del interbloque que sigue de cerca las negociaciones.
La moneda ya está en el aire. Gerardo Morales buscará avanzar, primero en replicar la unidad de la lista del Comité Nacional en el bloque y, luego, disputarle al PRO la presidencia del interbloque como parte de esa idea que recorre a todos los de boina blanca de que llegó el momento de dejar de ser furgón de cola para pasar a ser locomotora.
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