Una revisión de estudios realizada por investigadores de la Universidad de Pekín entre 30 millones de personas reveló que el 40% de las infecciones no presenta ningún síntoma. Y clasificó a estos pacientes en grupos.
La figura del paciente asintomático o presintomático hizo su entrada estelar durante esta pandemia de COVID-19 que está pronta a cumplir dos años. Por definición, significa que no hay síntomas.
Se considera que una persona es asintomática tanto si se recuperó de una enfermedad o afección y ya no presenta ningún síntoma, o bien si cursa una enfermedad o padecimiento, pero no presenta síntomas de ello.
Con el correr de la crisis sanitaria desatada a causa del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 se presentó la particularidad de que algunas personas daban positivo al test de PCR que detecta la presencia de virus sin manifestar ninguno de los síntomas característicos de la infección.
Ahora, una revisión de casi 100 estudios realizada por investigadores de la Universidad de Pekín en Beijing demostró que más del 40% de las infecciones son asintomáticas, según un análisis que incluyó a 30 millones de personas.
Anteriormente se pensaba que alrededor de una quinta parte de los portadores de COVID-19 eran asintomáticos, lo que dificultaba controlar los brotes incluso con pruebas masivas. Pero la reciente revisión internacional encontró que hasta el 40,5% de las personas positivas al nuevo coronavirus pueden ser en realidad “propagadores silenciosos”. Y encontró que los casos asintomáticos son más comunes entre las mujeres embarazadas, de las que el 54% no muestra signos de enfermedad.
Los estudios se llevaron a cabo en el primer año de la pandemia, cuando el virus original o la variante Alpha dominaban en todo el mundo, por lo que no está claro cómo encajan las variantes más nuevas y virulentas como Delta y Ómicron.
Los investigadores no especularon por qué fue así, pero notaron que las mujeres embarazadas tienen más probabilidades de hacerse la prueba que la persona promedio.
Así, el equipo escribió que la alta tasa de casos asintomáticos “resalta el riesgo potencial de transmisión” que presentan los llamados esparcidores silenciosos, los cuales sólo se pueden identificar a través de pruebas extensas y rastreo de contactos cercanos, dijeron los investigadores.
Si bien desde el inicio de la pandemia los principales síntomas de COVID-19 descritos son fiebre, tos, dolor de garganta, y pérdida del gusto o el olfato, según el Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido. Sin embargo, los expertos advirtieron que los síntomas eran más amplios y se habían vuelto más leves y parecidos a un resfriado a medida que aumentan los casos de Ómicron en el Reino Unido, lo que podría estar impulsando aún más su propagación.
Los investigadores buscaron en las bases de datos de revistas científicas PubMed, EMBASE y ScienceDirect en febrero para identificar estudios sobre infecciones asintomáticas informadas. E identificaron 95 estudios que incluyeron a 29,7 millones de personas a las que se les había realizado la prueba de COVID.
Lo que más llamó la atención es que entre los que dieron positivo en la prueba, el 40,5% no presentaba síntomas. Y la cifra fue más alta para las mujeres embarazadas (54,1%), los viajeros aéreos o en cruceros (52,9%) y los residentes y el personal de residencias de ancianos (47,5%).
Los investigadores dijeron que se pueden registrar más casos asintomáticos entre estos grupos debido a que es más probable que se sometan a testeos de forma rutinaria.
Según los expertos, “a medida que más países realicen pruebas mejoradas, los estudios encontrarán cada vez más que hay más casos asintomáticos entre otros grupos”.
Asimismo, el personal de salud sin síntomas podría “contribuir a la propagación de la enfermedad dentro y fuera de los hospitales”, por lo que probarlos es importante para el control de infecciones, escribieron los investigadores.
La alta tasa entre las personas que regresaban de vacaciones sugiere que examinarlas y ponerlas en cuarentena cuando llegan a los aeropuertos es “importante para reducir las transmisiones comunitarias, especialmente en países sin transmisión local”, consideró el equipo.
Por otro lado, la tasa de casos asintomáticos varió entre diferentes partes del mundo, con casi la mitad de los infectados en los Estados Unidos con 46,3% de los infectados sin ningún síntoma, en comparación con el 44,2% en Europa y el 27,6% en Asia.
Los investigadores dijeron que la tasa de infección asintomática era más alta en los países más desarrollados, en las personas más jóvenes: en estudios que analizaron las infecciones entre menores de 20 años, el 60,2% de los casos fueron asintomáticos, mientras que casi la mitad de los jóvenes de 20 a 39 años no presentaban síntomas.
Y tras resaltar que “la carga viral (la cantidad de virus en la nariz y la garganta de una persona) entre las personas asintomáticas era similar a la de las personas infectadas”, los investigadores concluyeron que “las infecciones asintomáticas deben considerarse una fuente de infecciones por COVID que juegan un papel importante en la propagación del virus dentro de la comunidad a medida que la vida pública regresa gradualmente a la normalidad”.
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