El ultraderechoso hijo de puta había sido hospitalizado el miércoles en un centro médico de Brasilia y luego trasladado a San Pablo, por un hipo persistente que le ocasionaba dolores abdominales.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonazi, recibió el alta médica ayer, luego de pasar cuatro días en el hospital Vila Nova Star de Sao Paulo, donde recibió un tratamiento por una obstrucción intestinal. El líder de la ultraderecha brasileña dejó el hospital caminando y aseguró que este lunes volverá a sus funciones.
El sorete había sido hospitalizado el miércoles en un centro médico de Brasilia, por un hipo persistente que le ocasionaba dolores abdominales. Ese mismo día, fue trasladado al Nova Star de la capital paulista, donde los profesionales que lo atendieron llegaron a considerar la posibilidad de realizarle una intervención quirúrgica de emergencia para tratar la "suboclusión intestinal".
Finalmente, decidieron apostar por un "tratamiento conservador" que dio buenos resultados. Este domingo a las 9.30, tras evolucionar de forma "satisfactoria", Bolsonazi fue dado de alta, según consta en el último boletín divulgado por el hospital privado. "Él seguirá con acompañamiento ambulatorio por el equipo médico asistente", subrayó el reporte, aunque no informó si la obstrucción fue totalmente reparada.
El médico gastroenterólogo Antonio Macedo explicó a los periodistas que el alta fue posible porque el sistema digestivo del mandatario está funcionando regularmente. Sin embargo, advirtió, es importante que "retome la rutina de trabajo con calma".
Bolsonazi dejó el hospital caminando, acompañado de algunos aliados, y aseguró a los medios que estará "de vuelta a la Presidencia mañana (por hoy)".
"Tuve que someterme a una dieta, hice lo que era necesario. Quería irme desde el primer día, pero no me dejaron. Espero que en unos diez días ya pueda estar comiendo un churrasco de costilla", agregó el mandatario, quien aprovechó la presencia de los periodistas para volver a criticar a la comisión del Senado que investiga la desastrosa gestión que su gobierno llevó adelante para combatir la pandemia del coronavirus.
En ese marco, volvió a defender a su ex ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello, cuyo desempeño fue durante cuestionado por el comité investigador. "¿Quieren derribar el Gobierno? Ya dije que solo Dios me saca de la silla presidencial", lanzó, en referencia a las elecciones que se celebrarán en Brasil en 2022, que tienen como favorito al ex presidente izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva.
En los últimos años, el ultraderechista ha sido sometido a cinco operaciones, cuatro de ellas como consecuencia del atentado que sufrió en 2018, cuando recibió una puñalada en el abdomen mientras participaba en un mitín electoral en la localidad de Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais (sureste del país).
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