Tras el velatorio en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires, los restos de la célebre estrella de la televisión argentina, que murió el jueves a los 87 años, fueron sepultados ayer.
El jueves 8 de diciembre se confirmó la triste noticia de la muerte de Lidia Satragno, conocida popularmente como Pinky.
Ocurrió en su hogar, tenía 87 años y una destacada trayectoria en el modelaje, la televisión, el cine e incluso en la política, ya que ocupó una banca como diputada nacional entre 2007 y 2011 por la provincia de Buenos Aires.
La célebre estrella de la televisión fue velada el sábado en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires y, ayer, tuvo lugar el último adiós. Muy temprano, partió el cortejo fúnebre con un recorrido que terminó en el cementerio de la Chacarita, donde recibió un responso ante un mínimo de personas, incluyendo a su hijo Gastón, que se congregaron en el lugar para despedirla.
Los restos de la conductora fueron ubicados en el nicho municipal número 19, ubicado en el segundo subsuelo de la Chacarita. Después de innumerables mensajes de dolor y tristeza por su muerte tanto en los medios de comunicación por parte de diferentes colegas y por su querido público en las redes sociales, solo pocos personas compartieron los últimos minutos con llamada desde siempre “Señora televisión”.
“Hoy jueves 8 de diciembre, a sus 87 años, nuestra querida Pinky falleció por la mañana, acompañada por su hijo Gastón, en la tranquilidad de su casa de Palermo, la de toda la vida. Lo hizo después de pasar una noche en paz, sabiéndose respetada y amada”, dice el comunicado emitido por sus seres queridos, quienes agradecen “el enorme cariño que en estos momentos le vienen dedicando a través de todos los medios y apreciamos que sepan respetar nuestro dolor. Durante décadas sus seguidores le atribuyeron el apodo de ‘el ángel de la televisión argentina’. Hoy lo es”, había señalado la familia en un comunicado difundido minutos después del deceso de la conductora.
Gastón, el hijo de Pinky y de Raúl Lavié, reveló detalles de los últimos días de la querida estrella de la televisión argentina. “A mi mamá la abandonaron, la dejaron absolutamente de lado, desde amistades a los medios”, dijo con mucho dolor. Y continuó: “Ella la estaba pasando muy mal, pero no solo por su problema de Alzheimer, sino por las circunstancias que la rodearon al final. Toda mi familia siente lo mismo y lo peor de todo es que ella también lo sentía”.
“Mi mamá era todo, fue una gran madre, quizás fue ese prototipo de madre italiana, sobreprotectora, perfeccionista, que estaba muy encima nuestro, era muy cariñosa, de mucha personalidad y con un carácter muy bravo, muy italiana. Ella siempre estaba pendiente del otro, de que estuviera a gusto, no era una persona indiferente a los demás, todo lo contrario. Era una mujer increíble. Yo tuve un Edipo muy fuerte durante mucho tiempo, igual que con mi tía Raquel, tenía una vara muy alta y después me costaba encontrar chicas tan lindas”, explicó.
Con respecto a la reciente muerte de Cacho Fontana, íntimo amigo y compañero de Pinky de toda la vida, su hijo aseguró que “le pegó muy mal”. Y también aclaró que hace tres días falleció la hermana mayor de la conductora, Susy, que tenía 89 años. “Mi mamá llegó a enterarse porque estaba consciente, lamentablemente”, destacó.
Nació en el 11 de noviembre de 1935 en San Justo y debutó en televisión en 1956, luego de un recorrido como modelo de comerciales. Fue su colega Trudy Tinky Tomis quien la rebautizó a Lidia como Pinky debido a su piel rosada y dos años más tarde ya estaba conduciendo su propio programa, Buenos días Pinky. Poco después incursionó fugazmente en el cine al integrar el elenco de La caída, dirigida por Leopoldo Torre Nilsson, en 1959.
Hacia 1961 cambiaría el curso de los programas periodísticos de la televisión al imprimirle cierta mirada política y social a la conducción de Nosotros, junto a Bernardo Neustadt. En 1964 se casó con Raul Lavié, con quien tuvo a sus dos hijos Gastón y Leonardo.
Afianzada como la gran figura de la televisión argentina, el jueves 1 de mayo de 1980 condujo la transformación de la televisión en blanco y negro al todo color, hecho con el que además se inauguró Argentina Televisora Color (ATC).
Entre sus destacadas apariciones en televisión, en marzo de 1982 condujo en compañía de Cacho Fontana el tan histórico como polémico Las 24 horas de las Malvinas, célebre teletón montado para recibir donaciones para los combatientes. Pero después de haber estado al frente de otros éxitos televisivos y radiales en esa década, para mediados de los 90 había decidido retirarse de los medios.
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