Por Javier Lewkowicz para Página/12
El equipo encabezado por Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, Jefe de misión, subrayó "la importancia de continuar un proceso colaborativo con los acreedores privados".
Julie Kosack,subdirectora del Departamento del Hemisferio
Occidental del FMI, que encabezó la misión junto a Luis Cubeddu
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El FMI consideró que la deuda externa argentina “no es sostenible” y que por lo tanto se requiere que la reestructuración se haga en base a “una contribución apreciable de los acreedores privados”.
Esto quiere decir que el organismo abogó por una negociación de deuda que no sólo modifique plazos en el repago de las obligaciones con tenedores privados sino que además implique una considerable quita, ya sea de capital, intereses o ambos.
Hubo otros guiños del FMI hacia el gobierno, con consideraciones positivas sobre las primeras medidas implementadas y en relación a la coherencia el plan económico. Sin embargo, el FMI no hizo autocrítica ni se refirió al hecho de que el gobierno anterior desarrolló de forma aplicada las recomendaciones del organismo a la hora de tomar los fabulosos créditos, de modo que el fracaso estuvo de entrada en el gen del programa. El Fondo dejó en claro que no acepta ni quitas ni reperfilamiento en sus propios créditos otorgados, lo cual obliga al gobierno argentino a entrar en un nuevo programa de financiamiento para cubrir los enormes vencimientos de capital previstos para 2022 y 2023.
Ayer concluyó la misión técnica del Fondo en el país, liderada por Julie Kozack, Subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, Jefe de Misión para Argentina. El resultado más palpable es el comunicado emitido por el Fondo, que en líneas generales es favorable al gobierno argentino porque le permite apuntalar la negociación con los acreedores privados. La declaración del Fondo acerca de la falta de sostenibilidad de la deuda pública y de la necesidad de que haya una quita en el valor presente de los bonos en manos de tenedores privados es un paso más en el camino de gestos del organismo hacia la nueva administración. En esa línea también estuvo la reunión en Roma entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y la titular del FMI, Kristalina Georgieva, quien señaló en ese momento que “las medidas adoptadas hasta el momento van en la dirección de restaurar la estabilidad macroeconómica y proteger a los pobres”.
El gobierno enfrenta en las próximas semanas la negociación con los acreedores privados, cuyo resultado será determinante para el resto de la gestión. “El personal del FMI ahora evalúa que la deuda de Argentina no es sostenible. Nuestra visión es que el superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y un crecimiento del producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factible. En consecuencia, se requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados, para ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda con una alta probabilidad”, señaló el Fondo.
El organismo considera que la reestructuración tiene que hacerse de una vez y bien, algo que también tiene en claro el propio Guzmán, quien ha estudiado numerosos casos de negociaciones a medias que no sirven porque al poco tiempo el país vuelve a entrar en una situación de insostenibilidad. Para el FMI, tiene que haber quita porque el reperfilamiento no va a alcanzar. Se entiende a la quita como una rebaja del valor presente neto, ya sea por recorte de capital o de intereses.
Kristalina Georgieva puede brindar nuevos gestos a la posición argentina en la reunión que mantendrá con Martín Guzmán en Riad, Arabia Saudita, donde se va a desarrollar en los próximos días la reunión de ministros del G-20. También mantendrá un encuentro con el secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin. Así, Guzmán busca llegar con más aire a la negociación con los acreedores privados, cuya agenda de vencimientos este es imposible de afrontar para la economía nacional.
El otro gesto del Fondo al gobierno argentino tiene que ver con el apoyo a las primeras medidas tomadas. “Las reservas internacionales y el peso se han estabilizado con el apoyo de los controles de capital y el superávit comercial. La inflación y las expectativas de inflación han bajado en los últimos meses, pero esfuerzos adicionales serán necesarios para reducirlas aún más desde sus altos niveles actuales”, indica el comunicado.
Durante su estadía en Buenos Aires, los funcionarios del FMI se reunieron con Guzmán y su equipo; la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca; el presidente del Banco Central, Miguel Pesce y los ministros de Trabajo, Salud y Desarrollo Social.
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