El ex juez español Baltasar Garzón, quien inició las investigaciones del caso Gürtel por el que finalmente cayó el presidente español Mariano Rajoy, señaló que toma la resolución de la moción de censura contra el líder conservador como “una reivindicación y una reparación” dado que muchos intentaron impedir que siguiera el caso en su momento e incluso lo inhabilitaron del Tribunal Supremo cuando empezó a seguir las denuncias de corrupción en el Partido Popular (PP).
"Había indicios de delito y trataron de impedir la investigación y a mí me costó el puesto como juez", recordó ayer a la mañana el ex magistrado.
A dos días de que el Congreso confirmara la moción de censura contra Rajoy y que asumiera en su lugar el líder de los socialistas Pedro Sánchez, Garzón celebró que el fallo de la Audiencia Nacional contra el PP respaldara su pesquisa. “Lo importante es que la Justicia ha funcionado, funcionó con grandes presiones al comienzo de la investigación con una persecución atroz sobre mi persona", subrayó el ex juez especialista en derechos humanos, quien agregó que "llevo 8 años suspendido por esto y ahora el tribunal dice que hice estuvo bien. Es una reivindicación y una reparación".
La investigación por la cual la Justicia española condenó el pasado 24 de mayo al Partido Popular por una enorme trama de corrupción- que incluyó coimas, desvío de fondos y adjudicaciones ilícitas de obra pública- se inició hace una década. A raíz del aporte del ex concejal del PP José Luis Peñas de material incriminatorio, y luego de casi un año de investigación, el 6 de febrero de 2009 Garzón sacó a la luz la trama de corrupción que se venía arrastrando desde los noventa.
Fue en ese momento que lo apartaron de la Asamblea por ordenar escuchas telefónicas en prisión entre los principales miembros del PP implicados en la trama y sus abogados, y ya en 2012 lo expulsaron finalmente de la Justicia. "Tras algunas denuncias el Tribunal consideró que no se podían interceptar unas comunicaciones de los máximos responsables y ahora dice que mi actuación fue correcta", señaló al ratificar que la investigación la había iniciado porque “la ciudadanía está harta de tanta corrupción y de que no hubiere respuestas firmes”.
También reconoció que lo sucedido “habla de una gran independencia del poder judicial” aunque aclaró que “eso no quiere decir que no haya ejemplos negativos”. En esa línea, dijo estar preocupado por “el papel del poder judicial en Argentina con dinámicas que parecen más ajustes de cuentas que otra cosa".
El ex magistrado, quien investigó los crímenes del franquismo y de la dictadura argentina, advirtió que es “peligroso” lo que está sucediendo con el giro a la derecha a nivel regional. "En todo el mundo se está viviendo un giro hacia lo conservador y la derecha, es muy peligroso. La brecha entre los que más tienen y los que menos se está agrandando y eso se ve en Latinoamérica", afirmó y luego se refirió en particular al caso argentino, al señalar que “hay noticias permanente sobre la realidad social de la Argentina y de un gobierno que incumplió las cosas que prometió".
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