lunes, 14 de mayo de 2018

En el conurbano bonaerense sólo el 38,1% tiene empleo formal

Por Alejandro Iglesias, para Diario Popular

El número surge de un informe de la UCA y la Defensoría del Pueblo bonaerense, según el cual 3 de cada 10 trabajadores del Gran Buenos Aires (GBA) necesitan trabajar más horas para llegar a fin de mes.


Sólo el 38,1% de la población económicamente activa del conurbano bonaerense tiene acceso a un empleo formal, lo que significa que en ese territorio existen más de 3.542.000 personas que no pueden acceder a un trabajo pleno de derechos, tales como aportes al sistema jubilatorio y al de seguridad social, entre otros beneficios.

La cifra se desprende del último informe elaborado por la Defensoría del Pueblo bonaerense y el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, que muestra además que en el Gran Buenos Aires 3 de cada 10 trabajadores necesita trabajar más horas para llegar a fin de mes.

Según el relevamiento, del total de 5.577.000 personas en condiciones de trabajar que establece el INDEC en el GBA, hay casi 2.125.000 que sí pueden gozar de trabajar “en blanco”. Los otros 3.542.000 se dividen en el mercado informal de trabajo, con un 27% que trabaja de manera precaria (fuera del sistema de seguridad social), un 24,3% que tiene empleo inestable (changas y programas de empleo), además de casi un 10% que está desocupado.

Según el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino, “estas cifras evidencian déficit serios como la persistencia de un sector informal y posibilidades limitadas de acceso a un trabajo pleno de derechos, que se agrava aun más en el caso de las mujeres”.

El investigador especialista en Trabajo y Desigualdad de la UCA, Eduardo Donza, le pone nombre a esta cuestión. “Hay un núcleo duro de la precariedad laboral y algunos fuertemente, con niveles de ingresos muy bajos. Lo que lo hace estructural es que no van y vienen entre los dos sectores. Empieza a haber una exclusión de algunos trabajadores de lo que es el sector formal, que cada vez están con menos posibilidades de ingresar”, señaló el especialista.

El estudio mostró a su vez que el 33,6% de los trabajadores que cuentan con un salario no recibe los aportes de seguridad social por parte de su empleador. Entre ellos, sólo 1 de cada 3 tiene obra social.

En ese sentido, tras analizar otras variables del informe, Lorenzino expresó que “observamos que con los excesivos aumentos en los servicios públicos y la inflación, que se come el salario de la gente, 3 de cada diez trabajadores necesitan trabajar más horas y 1 de cada 4 quiere cambiar de lugar de trabajo porque se les hace imposible llegar a fin de mes”.

Para Donza, todo este combo se genera porque “no hay una generación de puestos de trabajo suficiente”.  Al respecto, precisó que “las mejoras fueron muy importantes hasta el 2009, cuando se estancó la generación de empleo de calidad y luego otro tanto con el trabajo precario. No lo logró el gobierno anterior, al menos en la medida en que se necesitaba, y tampoco lo está solucionando el actual”.

El investigador alertó además sobre el drama del desempleo, que no sólo tiene que ver con las dificultades del día a día: “si un trabajador hace mucho está desocupado y tiene una posibilidad laboral, probablemente el empleador elija a otro que haya estado desocupado menos tiempo. Es muy complicado salir de ese círculo. Muchos incluso terminan con enfermedades típicas de la pobreza y no pasan los chequeos preocupacionales. Además de que no pudieron renovar sus habilidades”.

Al plantear una solución a futuro, consideró que “la más viable es la generación constante de puestos de trabajo”, aunque para eso, aclaró que “debería haber políticas de Estado que incluyan a empleadores, formadores de precio, sindicatos, organizaciones de base y asociaciones de sociedad civil. Como tienen los países centrales, más allá de progresismo o centro derecha”.

Consultado sobre si la negociación del gobierno con el Fondo Monetario Internacional puede afectar al mercado de trabajo, Donza resaltó que “hay dos discursos. Algunos dirán que así se podría generar puestos de trabajo, pero también es muy importante sostener los derechos de los trabajadores, porque el FMI puede pedir una flexibilización laboral”.

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